Ni nadar, ni caminar: el ejercicio que deberías hacer a partir de los 50, según los expertos

Ni nadar, ni caminar: el ejercicio que deberías hacer a partir de los 50, según los expertos

A medida que pasan los años, el cuerpo experimenta cambios naturales que afectan a la masa muscular, la densidad ósea y la movilidad. A partir de los 50 años, estos cambios pueden volverse más evidentes, lo que aumenta el riesgo de pérdida de fuerza, fatiga, lesiones y problemas de equilibrio. Sin embargo, la actividad física adecuada, en especial el entrenamiento de fuerza, en particular, puede contrarrestar estos efectos y mejorar significativamente la calidad de vida.

El entrenamiento de fuerza no solo está destinado a los atletas o a quienes buscan un físico trabajado. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ejercicios de resistencia muscular son esenciales para prevenir enfermedades crónicas, mejorar la postura, fortalecer las articulaciones y aumentar la energía. Además, numerosos estudios han demostrado que el ejercicio de fuerza en adultos mayores reduce el riesgo de osteoporosis, mejora la funcionalidad diaria y contribuye a una mayor longevidad. Veamos cuáles son los beneficios del entrenamiento de fuerza después de los 50 años, los ejercicios más recomendados y cómo incorporarlos de forma segura en la rutina diaria. Con la edad, la masa muscular disminuye progresivamente en un proceso llamado sarcopenia. Este deterioro puede afectar la movilidad, la estabilidad y la capacidad de realizar tareas cotidianas. Según nombra la European Society of Clinical Nutrition and Metabolism (ESPEN), el entrenamiento de fuerza puede prevenir y revertir la sarcopenia, manteniendo los músculos fuertes y funcionales.

Ejercicios de fuerza tras los 50 años: clave para la salud y el bienestar

Protección de las articulaciones y reducción del dolor

El ejercicio de fuerza fortalece los músculos que rodean las articulaciones, lo que ayuda a prevenir lesiones y reduce el dolor en personas con problemas como artritis o desgaste articular. Además, mejora la flexibilidad y la estabilidad, y ello disminuye el riesgo de caídas y fracturas.

Mejora de la densidad ósea y prevención de la osteoporosis

A partir de los 50 años, la densidad ósea tiende a disminuir, aumentando el riesgo de fracturas. Según  Exercise Physiology Training, el entrenamiento de fuerza estimula la regeneración ósea, reduciendo el riesgo de osteoporosis y fortaleciendo los huesos.

Regulación del metabolismo y control del peso

El entrenamiento de resistencia contribuye a mantener un metabolismo activo. Siendo algo importante para el control del peso y la regulación de los niveles de glucosa en sangre. Esto es fundamental para la prevención de enfermedades como la diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico.

Beneficios psicológicos y emocionales

El ejercicio físico tiene un impacto positivo en el bienestar mental. Aumenta la producción de endorfinas, mejora el estado de ánimo y reduce el estrés y la ansiedad.

Además, contribuye a la autoestima y la confianza, ya que las personas se sienten más fuertes y capaces en su día a día.

Ejercicios de fuerza recomendados para mayores de 50 años

Para obtener los beneficios del entrenamiento de fuerza, es fundamental elegir ejercicios adecuados a la edad y condición física. A continuación, se presentan algunos de los ejercicios más recomendados para fortalecer el cuerpo sin riesgo de lesiones.

  1. Sentadillas (squats)

Beneficios para mayores de 50 años: fortalece piernas, glúteos y zona lumbar, mejora la movilidad y el equilibrio.

Cómo hacerlo:

  1. Flexiones de brazos (modificadas o completas)

Beneficios: Fortalece el pecho, los brazos y el core.

Cómo hacerlo:

  1. Peso muerto con mancuernas ligeras

Beneficios: fortalece la zona lumbar, los glúteos y los isquiotibiales.

Cómo hacerlo:

  1. Elevación de talones (para fortalecer pantorrillas y tobillos)

Beneficios: mejora el equilibrio y la estabilidad.

Cómo hacerlo:

El entrenamiento de fuerza después de los 50 años es una herramienta fundamental para mantener la salud, la independencia y la calidad de vida.

No solo ayuda a preservar la masa muscular y ósea, sino que también mejora el equilibrio, el metabolismo y el bienestar emocional. Incorporar una rutina de ejercicios de fuerza de forma segura y progresiva puede marcar una gran diferencia en la vitalidad y el envejecimiento activo.

 

 

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