Contenido
- 0.1 No es correr ni nadar: un estudio en mayores de 50 años revela el ejercicio que podría combatir el declive cognitivo
- 0.2 Este ejercicio cubre 150 minutos de cardio a la semana, y un experto dice que es el secreto de la longevidad
- 0.3 Ni yoga ni hacer pesas: el ejercicio de pilates que tienes que hacer a partir de los 40 para tener abdominales
- 1 Este es el mejor ejercicio para mayores de 55 años de edad, según los expertos
- 2 Cómo empezar con este ejercicio sin complicarte
- 3 Cuáles son los beneficios de correr a los 55 años
A medida que pasan los años el cuerpo avisa. Un día notas que subir una escalera pesa más de lo habitual o que cargar las bolsas de la compra te exige un esfuerzo que antes no notabas. Otro día el pulso se acelera más de lo normal. Y es entonces cuando uno entiende que no existe una pastilla milagrosa capaz de poner orden en todo eso, sino que la única salida que de verdad ayuda es hacer ejercicio.
Las opciones para mantenerse activo son muchas. Uno puede apuntarse al gimnasio, nadar o seguir cualquier rutina guiada. Sin embargo, varios especialistas coinciden en que la respuesta suele estar en algo mucho más sencillo, algo que cualquiera ha hecho desde pequeño y que sigue funcionando igual de bien.
Este es el mejor ejercicio para mayores de 55 años de edad, según los expertos
El portal especializado en fitness Tom’s Guide señala que una de las formas más recomendadas de iniciarse es el Jeffing. Esta técnica combina carrera y caminata en intervalos cortos. Su creador, el olímpico estadounidense Jeff Galloway, lo explica con claridad: alternar permite mantener el esfuerzo sin agotar al cuerpo y llegar más lejos sin forzar.
La práctica es muy sencilla, se corre unos segundos, se camina otros y se repite desde el primer minuto del entrenamiento. Lo habitual son tandas de 10 a 60 segundos de carrera y 30 segundos de caminata. Esa mezcla reduce el impacto, aumenta la autonomía y ayuda a crear hábito sin miedo a las lesiones.
Además, hay datos que respaldan la eficacia de correr en general. Un estudio conocido, «Running as a Key Lifestyle Medicine for Longevity», indica que quienes corren viven, de media, tres años más que quienes no lo hacen. El riesgo de mortalidad prematura disminuye entre un 25 y un 40 por ciento.
Lo más llamativo es que no hace falta correr mucho, con cinco o 10 minutos al día ya se observa una caída notable del riesgo de infarto, ictus y varias enfermedades crónicas.
Cómo empezar con este ejercicio sin complicarte
Para empezar con este ejercicio sólo hace falta una rutina sencilla, cinco minutos de calentamiento con una caminata ligera o estiramientos suaves. Después, uno o dos minutos de carrera muy tranquila y cuatro minutos caminando, hasta completar unos 20 minutos.
El ritmo importa, debe ser tan cómodo que puedas hablar sin ahogarte. Al final, otros cinco minutos de caminata para dejar que el cuerpo vuelva a su sitio. Tres sesiones por semana son suficientes, dejando un día de descanso entre medias para asimilar el esfuerzo. Con el tiempo puedes ampliar los minutos de carrera y recortar los de caminata.
Cuáles son los beneficios de correr a los 55 años
Correr ayuda a mejorar la movilidad, refuerza los huesos y facilita el control del peso. También aporta una estabilidad que reduce el riesgo de caídas. Además, el riego sanguíneo mejora y la cabeza lo nota, porque se refleja en más memoria, más concentración y una agilidad mental que se agradece en el día a día.
La parte emocional también muestra cambios claros. Las endorfinas que libera el cuerpo reducen la ansiedad y ayudan a dormir mejor. Diez minutos al aire libre pueden cambiar por completo un día que empezaba torcido.
Y quizá lo más llamativo es lo poco que se necesita para empezar. No hace falta un equipamiento caro ni rutinas complicadas, sólo ganas de moverse, escuchar el propio cuerpo y mantener cierta continuidad.






