La razón por la que no debes ducharte después de hacer deporte, según un experto

Ejercicio

Este es el número de veces que debes ducharte a la semana, según un médico experto

Hacer ejercicio de forma regular es una de las mejores decisiones que puedes tomar para cuidar tu cuerpo y tu mente. La actividad física fortalece los músculos, mejora la salud cardiovascular, ayuda a controlar el peso y libera endorfinas que favorecen el bienestar emocional. Sin embargo, muchas personas cometen el error de ducharse inmediatamente después de hacer deporte sin dejar que el cuerpo se recupere adecuadamente. Este hábito puede tener efectos negativos en el organismo, ya que interrumpe procesos esenciales como la termorregulación y el restablecimiento del flujo sanguíneo.

Tras hacer deporte, el cuerpo permanece en un estado de activación: la temperatura corporal está elevada, los vasos sanguíneos dilatados y el corazón aun trabajando a un ritmo acelerado. El Dr. José Manuel Felices Frías explica que «mientras entrenamos, los músculos queman energía y eso produce calor, lo que eleva la temperatura de tu cuerpo. Si terminamos el entrenamiento y nos vamos corriendo a la ducha, interrumpimos el proceso de regulación de la temperatura». Lo más recomendable es esperar entre 15 y 30 minutos antes de ducharse, hacer estiramientos suaves, hidratarse bien y permitir que el cuerpo vuelva a su estado basal. Al ducharte, opta por agua tibia y finaliza con un breve chorro de agua fría para estimular la circulación, pero siempre escuchando cómo responde tu cuerpo. Así, cuidas tu salud sin renunciar a la higiene.

Las consecuencias de ducharte inmediatamente tras hacer deporte

Interferencia en la termorregulación

Después del ejercicio, el cuerpo necesita tiempo para volver a su temperatura normal. Si te duchas con agua fría justo al terminar, puedes alterar este proceso natural, provocando escalofríos, tensión muscular o malestar general.

Bajada de tensión o hipotensión post-ejercicio

Detener la actividad física de forma repentina y ducharte sin hacer una pausa puede generar una disminución brusca de la presión arterial, causando mareos, debilidad o incluso desmayos.

Eliminación de toxinas por el sudor

El sudor es una de las vías naturales que el cuerpo utiliza para eliminar toxinas y desechos metabólicos generados durante el ejercicio. «Si nos duchamos enseguida, no permitimos al cuerpo que termine de excretar esas toxinas», asegura el Dr. Frías.

Problemas musculares

El contacto con agua fría en músculos aún calientes y tensos puede provocar contracturas o espasmos musculares, lo que dificulta la recuperación adecuada del entrenamiento.

Sudoración prolongada

Si te duchas sin esperar tras hacer deporte, el cuerpo puede seguir sudando incluso después del baño, ya que no ha completado su fase de enfriamiento. Esto hace que la ducha pierda efectividad en términos de higiene y limpieza.

Sistema inmunológico debilitado

Cambios bruscos de temperatura tras el ejercicio pueden estresar el sistema inmunológico, dejándote más vulnerable a resfriados u otras afecciones respiratorias.

Alteración en la regulación del ph

El sudor también cumple una función importante en la regulación del pH de la piel, creando un entorno ligeramente ácido que protege frente a bacterias y microorganismos.

Si te duchas demasiado pronto, puedes interrumpir este equilibrio natural, afectando la barrera cutánea y aumentando la sensibilidad o el riesgo de irritaciones.

Interrupción de la recuperación metabólica

El organismo necesita tiempo para reabsorber ácido láctico y otros subproductos del ejercicio. Ducharte inmediatamente podría interrumpir ese proceso, afectando la recuperación muscular y generando más fatiga.

Consejos tras hacer deporte y antes de ducharse

Para evitar estas consecuencias y permitir que tu cuerpo se recupere correctamente tras hacer ejercicio, es importante seguir una serie de recomendaciones sencillas:

Haz una fase de enfriamiento

Dedica al menos 5 a 10 minutos al final de tu rutina para caminar lentamente y bajar gradualmente las pulsaciones. Este paso es clave para una buena recuperación cardiovascular y muscular.

Realiza estiramientos suaves

Los estiramientos ayudan a evitar lesiones, relajar los músculos y prevenir la rigidez posterior. Aprovecha este momento para oxigenar tu cuerpo y prepararte para el descanso.

Hidrátate adecuadamente

Beber agua o bebidas con electrolitos después del entrenamiento ayuda a restablecer el equilibrio hídrico, reducir el riesgo de calambres y apoyar los procesos metabólicos.

Espera entre 15 y 30 minutos antes de ducharte

Este tiempo es suficiente para que tu cuerpo vuelva a su temperatura normal y el ritmo cardíaco se estabilice. Puedes aprovecharlo para hacer tus estiramientos, hidratarte o simplemente descansar.

Evita duchas frías inmediatamente

Aunque el agua fría puede tener beneficios para la recuperación muscular, no debe usarse justo después de entrenar. Si deseas hacerlo, espera un poco y comienza con agua tibia, finalizando con un chorro frío si lo deseas.

Usa ropa limpia y transpirable tras el ejercicio

Si no puedes ducharte enseguida, cambia tu ropa sudada por una limpia y fresca. Esto evitará la proliferación de bacterias y malos olores.

Escucha a tu cuerpo

Si estás mareado, con náuseas o excesivamente fatigado, no te duches de inmediato. Descansa, respira profundo y asegúrate de estar estable antes de entrar al baño.

 

 

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