La movilidad es fundamental para el cuidado y desarrollo corporal de todas las personas. Su aporte permite mantener un bienestar general del organismo para realizar las funciones indispensables de todos los sistemas. Según el Ministerio de Sanidad de España, la actividad física es esencial para el mantenimiento y mejora de la salud y la prevención de las enfermedades. «La actividad física contribuye a la prolongación de la vida y a mejorar su calidad, a través de beneficios fisiológicos, psicológicos y sociales, que han sido avalados por investigaciones científicas», afirman desde el Ministerio. En todo ello tiene mucho que ver la hora exacta a la que debes salir a andar según la ciencia.
Según las autoridades del Ministerio de Sanidad, la actividad física reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, tensión arterial alta, cáncer de colon y diabetes. «A su vez, ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal. También fortalece los huesos, aumentando la densidad ósea, y fortalece los músculos mejorando la capacidad para hacer esfuerzos sin fatiga», explican miembros del Ministerio de Sanidad. Para la Asociación Estadounidense del Corazón, caminar es una de las formas de ejercicio más versátiles porque se puede hacer prácticamente en cualquier momento y en cualquier lugar. Los profesionales informan que la mayoría de los adultos deberían intentar realizar al menos 150 minutos (2,5 horas) de actividad física de intensidad moderada a la semana.
Cuáles son los beneficios de salir a andar
Ante este cronograma de actividad física, realizar treinta minutos de caminata rápida al menos cinco días a la semana es una forma de alcanzar este objetivo. La modalidad puede variar de acuerdo a tu disponibilidad horaria, compromiso y actividades.
En la Clínica Mayo destacan la importancia de una caminata a paso ligero para llevar una vida más saludable. «Caminar a paso ligero con regularidad puede ayudarte a mantener un peso saludable y perder grasa corporal, prevenir o controlar diversas afecciones como las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares, la hipertensión arterial, el cáncer y la diabetes tipo 2», indican autoridades de la Clínica.
Al andar, se registran mejoras en tu estado de salud a nivel cardiovascular, fortaleces los huesos y los músculos. A su vez, se mejora la resistencia muscular y aumentan los niveles de energía.
«Una caminata logra mejorar el estado de ánimo, la cognición, la memoria, el sueño, el equilibrio y la coordinación. Además, se fortalece el sistema inmunitario, hay una reducción del estrés y la tensión», afirman los profesionales de la Clínica Mayo.
Es importante llevar a cabo una planificación de la rutina para salir a andar. Entre las cuestiones a tener presente, se debe utilizar un equipo adecuado con calzado que absorba el impacto, suela gruesa y flexible. Otra sugerencia es vestir ropa que se adapte al clima de la estación, holgada y cómoda.
En cuanto a los accesorios para la protección corporal, es importante llevar protector solar, sombrero y gafas de sol si vas a salir durante el día. «Al salir a andar, elige tu dirección cuidadosamente. Si vas a caminar al aire libre, evita los caminos con aceras agrietadas, baches, ramas bajas o césped irregular, y haz ejercicios de precalentamiento», recomiendan en la Clínica Mayo.
La preparación de la caminata y el momento posterior a realizarla requieren de un ciclo de calentamiento y relajación muscular para prevenir cualquier tipo de lesión o molestia que ocasione dolores e incomodidades físicas.
Cuál es la hora ideal para salir a andar
Según un estudio de la editorial académica Springer Nature, el momento recomendado para efectuar una caminata es cuando llevas un período extenso de sedentarismo. «La caminata de intensidad leve mostró una mayor atenuación de la glucosa y la insulina en comparación con las interrupciones de pie y el sedentarismo prolongado», explican en la editorial académica.
El informe del estudio recomienda caminar con intensidad leve para lograr reducciones clínicamente significativas en la glucosa y la insulina posprandiales en comparación con el sedentarismo prolongado.
En este sentido, agregan que en investigaciones futuras deberían implementar descansos sedentarios en un entorno de vida libre, como el entorno laboral, para probar la viabilidad de los descansos sedentarios e investigar las consecuencias para la salud a largo plazo.
«Se evidencian mayores mejoras en la glucosa posprandial y la insulina al realizar caminatas de intensidad leve en comparación con estar sentado durante un tiempo prolongado y estar de pie de forma intermitente», añaden los académicos de Springer Nature.
A su vez, caminar permite disfrutar de enormes beneficios sociales porque se promueven la interacción, los vínculos y la sociabilidad para compartir con familiares, amigos, parejas, compañeros o un grupo de entrenamiento en un centro recreativo y deportivo. Por lo tanto, hay un aumento de la autonomía y la integración social.
En síntesis, la hora para salir a andar puede ser cualquier momento que te permita la activación motriz tras estar en un extenso período de sedentarismo y fortalecer tus condiciones físicas, psicológicas y sociales.