El debate sobre entrenar en ayunas: pros y contras

¿Es conveniente ejercitarse cuando no se ha desayunado?

entrenar en ayunas

Hombre entrenando a la salida del sol.

Entrenar en ayunas se ha convertido en una práctica cada vez más común. No es sólo cuestión de tiempo. Mucha gente considera que comenzar el día con un alto rendimiento físico, no les agota sino todo lo contrario. Les prepara para un buen arranque y además consideran que entrenar con el estómago lleno no es nada conveniente sin olvidar que también consideran que hacerlo les permite acelerar el metabolismo y con ello, la pérdida de peso. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en todo ello? ¿Es realmente bueno ponerse a correr o a entrenar en casa o en el gimnasio cuándo estamos recién levantados?. Repasamos al detalle la tendencia creciente de entrenar en ayunas con todos sus pros y contras, teniendo en cuenta además que es lo que considera la ciencia al respecto.

En la constante búsqueda de optimización del rendimiento físico y la mejora de la salud, los métodos y estrategias de entrenamiento son frecuentemente revisados y actualizados. Entre estos, entrenar en ayunas se ha consolidado como una tendencia creciente, impulsada tanto por promesas de eficacia mejorada en la quema de grasas como por su supuesta capacidad para potenciar el rendimiento atlético. Sin embargo, esta práctica no está exenta de controversias y debates.

El concepto de entrenar en ayunas, es decir, realizar actividad física sin haber consumido alimento alguno durante un período significativo, ha ganado adeptos especialmente entre aquellos que buscan arrancar el día con otra energía y también maximizar la pérdida de peso o mejorar su adaptación metabólica. Esta técnica, que implica iniciar una sesión de ejercicio después de un período de entre 8 a 12 horas sin ingesta calórica, promete activar mecanismos fisiológicos que podrían estar menos activos en estados alimentados.

Dicho esto, la adopción de esta modalidad debe considerarse con cuidado. Aunque para muchos puede ser una herramienta valiosa, para otros puede representar riesgos o incluso ser contraproducente, dependiendo de una variedad de factores individuales, como la condición física, la salud metabólica, y los objetivos específicos de entrenamiento. A continuación, exploraremos en detalle los pros y los contras de entrenar en ayunas, apoyándonos en investigaciones científicas y en la opinión de expertos del sector.

Pros de entrenar en ayunas

Mejora en la eficiencia metabólica

Uno de los beneficios más citados del entrenamiento en ayunas es la mejora de la eficiencia metabólica, especialmente en lo que respecta al uso de grasas como fuente de energía. Un estudio publicado en el Journal of Physiology indicó que los sujetos que entrenaron en ayunas mostraron un incremento significativo en sus capacidades para oxidar grasas durante el ejercicio en comparación con aquellos que consumieron carbohidratos antes de entrenar.

Potenciación de la función adaptativa

Entrenar en ayunas no sólo afecta la composición corporal, sino que también puede influir en la respuesta adaptativa del cuerpo al estrés del ejercicio. Esta condición podría promover un aumento en la producción de ciertas proteínas relacionadas con la mejora de la capacidad de resistencia y un mejor manejo del estrés oxidativo.

Impacto en la longevidad y salud general

Algunas investigaciones sugieren que la restricción calórica, incluido el ayuno, puede tener efectos beneficiosos sobre la longevidad y la reducción del riesgo de varias enfermedades crónicas. Aunque el mecanismo exacto aún está bajo estudio, la teoría sugiere que estos beneficios se relacionan con la mejora en la gestión de la energía y la reducción de la inflamación.

Contras de entrenar en ayunas

Riesgo de pérdida de masa muscular

Uno de los riesgos asociados con el entrenamiento en ayunas es la posible pérdida de masa muscular, especialmente si los entrenamientos son muy intensos o prolongados sin una adecuada nutrición post-entrenamiento. La falta de aminoácidos disponibles puede llevar a que el cuerpo comience a catabolizar el tejido muscular para obtener energía.

Posibles efectos sobre el rendimiento

Aunque algunos estudios sugieren mejoras metabólicas, otros indican que el entrenamiento en ayunas puede comprometer la intensidad y la calidad del entrenamiento. La falta de combustible inmediato disponible (glucógeno) puede reducir la capacidad para realizar esfuerzos de alta intensidad, lo cual es crucial en disciplinas como el levantamiento de pesas o sprints.

Impacto en la recuperación y el estado de ánimo

El ayuno prolongado antes de ejercicios intensos puede llevar a una recuperación más lenta y a un impacto negativo en el estado de ánimo y la energía general. Esto se debe a la disminución de los niveles de glucosa, que es un combustible importante para el cerebro y los músculos durante y después del ejercicio.

Cómo hacerlo de forma correcta

Para aquellos interesados en probar el entrenamiento en ayunas, es crucial comenzar gradualmente y escuchar al cuerpo. Comenzar con sesiones de baja intensidad y corta duración puede ser una buena manera de adaptarse. Es también fundamental asegurarse de consumir una dieta equilibrada que compense las horas de ayuno, prestando especial atención a la ingesta adecuada de proteínas y micronutrientes. Además, es recomendable consultar a un médico o un nutricionista antes de comenzar cualquier régimen de entrenamiento en ayunas, especialmente si se tienen condiciones de salud preexistentes.

El entrenamiento en ayunas no es para todos, y como tal, debe considerarse cuidadosamente y adaptarse a las necesidades y objetivos individuales de cada persona. A través de una comprensión profunda de su propio cuerpo y con el consejo adecuado, puede ser una herramienta poderosa para mejorar la salud y el rendimiento deportivo.

Salir de la versión móvil