El paso del tiempo genera que las personas deban tomar más precauciones y tratamientos para lograr una vida más saludable. Desde la alimentación, los controles médicos, el descanso y la práctica de actividad física, todos son hábitos que buscan proteger y fortalecer los aspectos fisiológicos, psicológicos, emocionales y sociales. En el caso de las personas mayores, poder hacer rutinas de entrenamientos les permite obtener mejores condiciones a nivel óseo, muscular y de las articulaciones, y también se favorecen los vínculos de socialización entre ellos. Por lo tanto, es importante prestarle atención a cuál es el ejercicio físico que todas las personas mayores deben realizar para una condición de vida más saludable.
Hay diferentes actividades que son más recomendadas según el ciclo de vida que tienen las personas mayores, sus posibilidades de movilidad, flexibilidad, fuerza, coordinación y objetivos. En muchos casos existe la creencia de que la edad imposibilita realizar algunas actividades físicas por temor de que se produzcan lesiones y malestares. Sin embargo, por el contrario, está demostrado que los adultos que se mantienen activos con ejercicios y entrenamientos logran mayor bienestar, mejores estados de ánimo, metabolismo más regular y descanso más placentero. Una de las claves para que las personas mayores lleven a cabo ejercicios físicos seguros, eficientes, dinámicos y prácticos es consultar en primer lugar con un profesional médico para evaluar el estado de salud general y, luego, recibir asesoramiento y orientaciones de especialistas en educación física y deportiva. También se puede complementar con una consulta a un nutricionista para elaborar una dieta pautada de alimentación equilibrado y variado.
Qué ejercicios físicos son recomendables para las personas mayores
Es clave identificar la condición física, si existen antecedentes de lesiones y enfermedades antes de que las personas mayores realicen una rutina de entrenamiento. Desde el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento consideran que es preferible complementar ejercicios físicos aeróbicos, fuerza, resistencia, flexibilidad y coordinación, ya que todas estas opciones permiten favorecer la movilidad y el equilibrio corporal.
La práctica del yoga es una actividad de bajo impacto que no ocasiona tensión en las articulaciones. A su vez, contribuye a fortalecer los músculos, estabilizar el centro del cuerpo, mejorar la flexibilidad y fortalecer los huesos. La actividad de pilates también contribuye a una mejor condición física y bienestar general para el equilibrio y la estabilidad con una reducción de los síntomas de artritis, esclerosis múltiple y Parkinson.
“La modalidad de ejercicios aeróbicos aporta resistencia a tu estado de salud. De esta manera, tu función cardiovascular se ve favorecida, al igual que los pulmones y las vías respiratorias que regulan y benefician la oxigenación. En los entrenamientos aeróbicos puedes nadar, andar en bicicleta y salir a caminar”, explican desde el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento.
El tipo de entrenamiento de fuerza ayudar a contrarrestar la pérdida de masa muscular y favorece el proceso corporal de quemar grasas. Los ejercicios físicos que todas las personas mayores pueden realizar para entrenar fuerza son flexiones de brazos contra la pared, subir escaleras, realizar sentadillas y pararse en una pierna.
Qué beneficios aporta realizar ejercicios físicos en las personas mayores
Según el Ministerio de Sanidad de España, la actividad física reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, tensión arterial alta, cáncer de colon y diabetes. «Los ejercicios ayudan a controlar el sobrepeso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal, fortalece los huesos, aumenta la densidad ósea, fortalece los músculos y mejora la capacidad para hacer esfuerzos sin fatiga».
A partir del aumento en la densidad ósea, las personas mayores pueden tener huesos más fuertes y resistentes. Esto reduce el riesgo de padecer fracturas y lesiones, a la vez que les otorga más estabilidad, equilibrio y coordinación que contribuye a un estilo de vida independiente. Otra de las ventajas y beneficios de la actividad física es que ayuda a aliviar la inflamación de articulaciones, por lo tanto, las personas mayores pueden mejorar su bienestar físico y anímico al reducirse el dolor y la rigidez.
A su vez, se genera un aporte considerable en aspectos psicológicos, debido a que los ejercicios físicos mejoran el estado de ánimo, disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad, depresión y se consigue un aumento de la autoestima. En términos de vínculos y comunicación, la práctica de ejercicios fomenta la sociabilidad, aumenta la autonomía e integración social.
Las personas mayores que realizan ejercicios físicos muestran un aumento considerable de su condición inmune. A partir de una rutina de entrenamiento aeróbico y cardiovascular, los adultos presentan mayor resistencia a contraer enfermedades respiratorias agudas gracias a los efectos antiinflamatorios que aportan los ejercicios en la función inmunológica, según el Consejo Nacional sobre el Envejecimiento.
En conclusión, los ejercicios físicos que todas las personas mayores deben realizar tienen como objetivo incrementar la movilidad, flexibilidad, coordinación, fuerza y equilibrio para mejorar su estado de salud general, prevenir lesiones y enfermedades.