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¿Con qué combinar el básico de todos los tiempos?: la camisa blanca

Si hay una prenda que describa a la perfección el fondo de armario, un diseño que sea atemporal y de lo más combinable, esa sin duda es la camisa blanca; y es que internacionalmente está considerada ese clásico que nunca pasa de moda y que puede ser nuestro mejor aliado tanto para las ocasiones más formales como para las más casual.

Eso es porque su color combina con todo y es la más pura expresión de la elegancia, ya que solo las personas más cuidadosas son capaces de lucirla impecable durante todo el día.

Además, aporta luminosidad a nuestro rostro y su escote en V siempre favorece nuestro cuello, pero una de las cosas más divertidas sobre esta prenda tan alabada ¡son sus inicios!

Un poco de historia de la moda

Su predecesor fueron los camisones románticos que se usaban para dormir y que los caballeros empezaron a vestir bajo la ropa para protegerse del frío. Fue entonces cuando estos empezaron a experimentar una evolución natural que les llevó cada vez a ser más cortas y ajustadas, es decir la prenda perfecta para llevar bajo cualquier otra capa.

Aunque ahora nos encanta llevarla también por fuera aunque es innegable el estilo que el cuello de una camisa blanca puede aportarle a un jersey básico.

Y es que aunque ahora pueda ser la protagonista de un look impoluto, como ves empezó siendo una prenda secundaria que solía esconderse, pues se consideraba interior e íntima.

Y ya después, en el siglo XX, la camisa fue saliendo de ese segundo plano hasta llegar a convertirse en un símbolo de la aristocracia, y es que lo único que hoy en día conservamos es esa valoración de la capacidad de mantener la prenda impoluta, pues en plena revolución industrial, pocas eran las personas de clase obrera que conseguían mantener la blancura de las camisas, algo que lograba distinguir la clase baja de aquellas personas más acomodadas.

Lo cierto, pero, es que le debemos el significado que hoy tienen las camisas blancas a los años 20, pues fue entonces cuando se impuso entre las mujeres el estilo garçon, algo que consolidó el uso de esta prenda y que marcó el inicio de la tendencia atemporal que permitiría que hombres y mujeres la llevasen por igual.

Una prenda atemporal ¡que también se adapta a las modas!

Eso si, actualmente la moda es muy exigente con la originalidad y la creatividad y por ello esta prenda también ha tenido que adaptarse a las tendencias ¡aunque la clásica camisa recta siempre será un triunfo combinada tanto con jeans como con pantalones de traje!

Y ¿cómo se ha adaptado? Pues dándole volumen a sus mangas para poder introducirla como un clásico rediseñado y adaptado a la tendencia de las mangas abullonadas, haciéndola extra grande para venderla como el básico indispensable en la época de la fiebre oversize…

Incluso ahora que se llevan los corsés ¡se ha convertido en la prenda perfecta que llevar debajo de estos! Y no solo eso pues la hemos podido ver con bolsillos de todas las clases, diferentes tipos de botones, muchas longitudes diferentes e incluso en formato vestido (cómo olvidarse de los vestidos camiseros) o con los cortes alterados para convertirla en una prenda de lo más asimétrica, jugando con los bajos, las mangas, el escote e incluso con pesos diferentes por delante y por detrás.

La cuestión es, que se hace casi imposible imaginar que haya un solo armario de alguien a quién le guste la moda en el que falte -por lo menos- ¡una camisa blanca! Y es que siendo el diseño mejor conservado de todos los tiempos, por lo menos deberíamos tener un par de quita y pon ¿no?

Rescata la tuya del fondo de tu armario y empieza a sacarle partido ¡o hazte con una nueva versión actualizada! Seguro que no te arrepientes pues se trata de la prenda más versátil que ha existido nunca. ¿Cómo es la tuya?

¿Cómo combinar la camisa blanca?

Pues prácticamente con todo, aunque hay que saber el tipo de camiseta de la que estamos hablando. Si lleva volantes o bien transparencias, es que es el momento de la elegancia y entonces mejor llevarla con falda y pantalón negro o bien en traje chaqueta.

Si la camisa lleva botones y es más estándar entonces va bien con jeans y deportivas, pero gracia a su versatilidad, también te la puedes plantar con una falda bien larga o unos shorts y verás cómo la conviertes en otra prenda totalmente diferente si te pones tacones.

Como ves, hay muchas maneras de llevar bien la camisa blanca y nunca te vas a cansar de ella. Triunfas seguro en todas las ocasiones, es el comodín que sirve para todo.

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