5 maneras de disfrutar del nuevo lujo sin gastarte una fortuna
Hoy en día el concepto de lujo ha cambiado. Ya no se necesitan infinitos ceros en la cuenta bancaria para sentirse afortunado, sino un lugar en el que alcanzar una desconexión total. La búsqueda de la tranquilidad, del bienestar del cuerpo o la independencia de dispositivos electrónicos y de redes sociales son el paradigma de la calma. Un rato sin televisión, ni móviles, ni ordenadores y sin el mundanal ruido que respiramos día a día en las ciudades, nos convierte en miembros de una rara avis, una nueva élite que añora el detox tecnológico.
El silencio es a veces necesario. La tranquilidad espiritual se fomenta en clases de yoga y con la práctica del mindfullness, pero lo cierto es que vivimos conectados al mundo que nos rodea y eso no siempre es positivo. Encontrar instantes para alimentar nuestro sosiego es una de las claves de la felicidad. En países como Francia, la desconexión digital tras la jornada laboral es un derecho desde el pasado 1 de enero de 2017. Y como no es más rico el que más tiene, lo es quien menos (conexión) necesita, te damos cinco placeres en forma de momentos que demuestran que estar fuera del mundo 2.0 es el auténtico lujo del siglo XXI.
Un restaurante sin wifi
El exceso de conexión se ve reflejado en un acto tan cotidiano como irte a cenar con tu pareja y mirar el WhatsApp u otras redes sociales en la mesa. Los restaurantes sin wifi están en especie de extinción y es muy difícil encontrar uno. En Madrid existe el Ocsi Café El Mar, un lugar donde se sirven infusiones, café, cerveza vegana, comidas caseras y sanas, raciones, tartas, desayunos y meriendas, a la vez que se pueden adquirir productos ecológicos y de comercio justo. Todo ello sin mirar la pantalla del móvil.
Un ‘black hole’ tecnológico en forma de hotel
Desde hace algún tiempo, ha proliferado el término de agujeros negros tecnológicos (black holes) lugares carentes de cualquier tipo de conexión a internet. Pese a tener cobertura, unos pocos hoteles han apostado por la filosofía de la desconexión, como por ejemplo el Vincci Selección Estrella del Mar de Marbella, que ofrece a sus clientes un tratamiento détox de nuevas tecnologías. Te dan la bienvenida con un zumo depurativo y una sesión de spa, pero a cambio te piden tus dispositivos electrónicos.
Utilizar un teléfono sin conexión a internet
No os lo vais a creer, pero hubo un día en el que los teléfonos no tenían WhatsApp ni Facebook ni Instagram. Si te sientes esclavo de las redes sociales y necesitas resetear, viaja al pasado y hazte con un dispositivo como el nuevo Nokia 3310, del que seguro guardas buenos recuerdos, pero en versión mejorada.
Un pueblo sin cobertura
Puestos a iniciar nuestra desconexión digital, ¿te imaginas viajar a un lugar donde no llegase apenas la red telefónica? ¡Existe! Está en Teruel y su nombre es Miravete de la Sierra. Coloquialmente se le llama “el pueblo donde nunca pasa nada”, ya que comunicarse más allá del boca a boca es poco menos que un milagro. La antena más cercana está a 5 kilómetros y la población en invierno es de… ¡7 habitantes! Rompamos una lanza a favor de los eternos debates nocturnos con sillas y pipas.
Acariciar (literalmente) la naturaleza
«En el bosque no hay wifi, pero podemos asegurar que encontrará conexión». Así se resume el concepto de este alojamiento en su web. Un alojamiento rural llamado Mals Els Terrats y situado en el pantano de Susqueda (Girona) con piscina natural y donde entrar en contacto directo con la naturaleza es posible. Senderismo, pesca o beber agua de manantial son algunas de las actividades que se pueden llevar a cabo. Disfrutar de respirar aire puro y sin mirar una pantalla, algo tan necesario como olvidado en nuestro entorno y contexto actual.