Descubrimos la parte del cuerpo de Letizia por la que sí han pasado los años
El gran interés que genera su imagen la convierte en una mujer expuesta en todo momento a una feroz crítica de estilo. La indumentaria, el maquillaje y los cambios físicos que luce la reina Letizia en cada una de sus apariciones públicas ha llenado un gran espacio en la prensa internacional de medio mundo, primero cuando se presentó como la prometida Don Felipe y con más intensidad tras convertirse en Reina de España. Poseedora de una innegable belleza, desde hace ya más de una década el rostro de doña Letizia ha sido objeto de todo tipo de apreciaciones (a falta de una confirmación oficial) acerca de los posibles retoques estéticos a los que se ha sometido para lucir un cutis espectacular y libre de los achaques del paso del tiempo. Unas mejoras muy evidentes que el doctor Ángel Martín, director médico de la Clínica Menorca, se encargaba de confirmar a la redacción de Look.
Sin embargo, un nuevo repaso a las imágenes más destacadas de Su Majestad ha puesto en relieve un nuevo punto caliente en el físico doña Letizia que no hemos podido pasar por alto. Se trata de sus manos. La Reina luce unas manos que, en ocasiones, parecen poco cuidadas, aunque nada más lejos de la realidad. Su propia condición genética sería determinante para que los principales factores que inciden en la piel de sus manos, como las agresiones externas y el paso de los años, hayan hecho que parezcan más deterioradas que, por ejemplo, la piel de su cutis. Si a esto le sumamos la sensible pérdida de peso que ha experimentado con el paso de los años la aparición de las arrugas en esta parte del cuerpo, en la que no hemos recabado desde un primer momento, cobra mayor sentido.
¿Se podría decir por tanto que las manos son la pequeña gran cuenta pendiente ‘beauty’ de la reina? La Doctora Luz García Juan, responsable médico de Clínica Orel (especializada en tratamientos antiedad para las manos) explica la importancia de la apariencia de las mismas con el paso del tiempo: “Las manos delatan frecuentemente la verdadera edad de una persona, ya que son una de las partes del cuerpo más expuesta a las agresiones externas (sol, frío, viento, trabajo doméstico). Muchas veces cometemos el error de centrarnos exclusivamente en el rostro y descuidamos otras zonas muy propensas a mostrar signos de envejecimiento”. Una realidad que parece haber tocado de lleno a la Reina y que hemos tratado de reflejar en nuestra galería.