El romántico detalle que pasó desapercibido en la boda de Tamara Falcó
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Anillos, problemas varios, preboda, boda, posboda, looks de invitados y más. El «sí quiero» entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva ha dejado un sinfín de detalles que van saliendo con cuentagotas. El Rincón acogió su última gran celebración antes de -presumiblemente- ser traspasado y no podía ser otra que el día más especial para la heredera del palacio, propiedad del marqués de Griñón. De todo lo que sucedió en su interior ya hemos venido informando, pero ahora hemos querido poner la lupa en otro aspecto.
Siempre es interesante ver los estilismos de gala que ponen en liza las invitadas a una boda. Pero en ocasiones hay detalles que en un primer momento pasan desapercibidos pero que acaban teniendo una historia que contar. Ese es el caso de los abanicos lucidos por la propia Tamara y por algunas de las asistentes a la boda del año.
¿De qué marca y cómo son los abanicos que se utilizaron para combatir el intenso calor de Madrid durante la ceremonia y fiesta posterior? La marquesa eligió a La Maison OLIVIER BERNOUX – única casa en el mundo especializada en abanicos y clutch Haute Couture – para diseñar juntos dos abanicos exclusivos que reflejen la esencia de este día tan especial.
Tamara y el diseñador Olivier Bernoux, escogieron dos bordados de seda sobre seda que expresen la elegancia y el estilo inconfundibles de la novia. Un bordado floral refinado, exquisito que confieren al abanico un toque romántico y poético. Para el segundo abanico se eligió un bordado de unas hojitas vaporosas que dan al bordado un aspecto de ligereza y un aire contemporáneo.
Las sedas bordadas por los Maestros Artesanos, fueron tratadas y montadas sobre varillajes lacados en dos tonos diferentes. Un plata muy clarito y mate para realzar la belleza del bordado de las hojas, y un blanco satinado y discreto para recalcar el diseño romántico.
El toque exclusivo y definitivo a los abanicos se dió con la realización en oro blanco de la firma personal de la novia, que el mismo diseñador montó con la técnica de la marquetería a la cabera del abanico. Este complemento se presenta como la opción más lujosa, elegante y el complemento perfecto para las bodas, tanto para novias como para invitadas, tal y como dicen desde la propia maison.
Para el diseñador, la delicadeza de los materiales con los que se crea cada pieza y su composición personalizada, hace que este accesorio se convierta en el más codiciado del momento. Sencillos o complejos, descarados o sutiles, a medida o diseños de las colecciones, cualquier modelo es válido para el día más especial de la vida de una novia.
Tampoco podemos olvidarnos de las invitadas, damas de honor y madrinas, a quiénes también les encanta lucir abanicos y piezas llenas de brillos o bordados artesanales, para poder complementarse con las protagonistas del día.
Olivier Bernoux destaca entre otros por su filosofía, aquella basada en no seguir las tendencias y dar alas a los sueños y deseos de sus clientes. Es por ello que, en todas y cada una de sus opciones, destaca siempre la variedad de materiales, el refuerzo de madera lacada de los abanicos, los bordados o las lentejuelas, cosidas cuidadosamente a mano. Un savoir faire inconfundible que hace que el protagonismo no sólo sea del vestido sino de complementos llevados al más puro arte.