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Una nueva Susanna Griso parece asomar por el horizonte. Este cambio no se trata de nada relacionado con su aspecto físico, ya consumado hace varios años, sino más bien de aspectos relacionados con su personalidad. A tenor de sus últimas apariciones se ha visto a la catalana mucho más dispuesta a mostrar aspectos de su vida más personal, esos que no se ven cuando se pone delante de las cámaras.
Esta idea nace de su presencia en importantes eventos celebrados en la capital de España, como el que tuvo lugar esta misma semana: el estreno del documental Starlite 1 década, que rinde homenaje a los primeros diez años del festival que cada verano da lustre a la cantera marbellí de Nagüeles. Por sus instalaciones pasan lo más granado de la sociedad y de músicos nacionales e internacionales. Para esa cita se cambió la Costa del Sol por la Gran Vía madrileña y Susanna Griso no se la quiso perder. Vestida con un elegante mono blanco sin mangas, con pernera acampanada, complementado con unos peep toes a juego y un colgante de aguacate, la periodista brilló acompañada de otros rostros femeninos muy conocidos como Ágatha Ruiz de la Prada, Beatrice de Orleans, Andrea Levy, Begoña Villacís o Carla Pereyra.
Este aumento de vida pública no ha sido su único momento con protagonismo de las últimas semanas. A raíz de la comentadísima ruptura entre Tamara Falcó e Íñigo Onieva, Griso quiso mostrar su opinión en un artículo de opinión escrito en Antena 3. «Hemos vivido sus amores y sus desamores, los años en los que abrazó la fe, y pensamos que se hacía monja, también cuando se puso el delantal de chef y hasta el momento en el que, por sorpresa, su padre le dejó en herencia el título de marquesa. No debería, por tanto, sorprendernos que muchas digan ahora «Todas somos Tamara», escribe con una franqueza lejana al férreo rigor con el que informa en Espejo Público.
Otra nueva faceta que Susanna Griso ha descubierto recientemente en su vida es la reivindicativa. La presentadora ha querido sumarse a otros rostros importantes como Fernando Tejero para protestar contra la enmienda del PSOE, que quiere dejar fuera del ámbito de la futura Ley de Protección Animal a los perros usados para cazar. Son varias las protectoras de animales que han denunciado la desigualdad que sufrirán razas como el galgo si esta enmienda sale adelante: «Abre la puerta al maltrato, la cría indiscriminada y sin control, la matanza de cachorros recién nacidos en función del sexo deseado, el sacrificio de adultos que no reúnen las características buscadas para su uso y el abandono del galgo sucio, el que se rompe una pata o no sirve para criar, entre otros», dice la nota de prensa difundida. Y Susanna no ha querido dejar pasar la oportunidad de alzar la voz contra aquello que no le parece justo.
Por si fueran pocas novedades, su corazón late más rápido desde hace meses. Y el culpable no es otro que Iñigo Rodríguez Afán de Ribera, un hombre separado y que cuenta con cinco hijos de una relación anterior. De momento, ambos llevan su romance con el hermetismo habitual en la vida privada de Susanna Griso.