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Cuando nadie les ve

Cuando Iker y Sara no escondían su amor

Hubo unos años en los que los dos se mostraban muy unidos, pero esa versión acaramelada dio paso al hermetismo más férreo que se recuerda entre ellos.

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Han pasado 11 años desde que se destapó el romance entre Sara Carbonero e Iker Casillas. Todo un bombazo. Piensen que se trataba del mejor portero del mundo en ese momento junto a una de las caras más visibles del periodismo deportivo. Nadie olvida aquel beso tras proclamarse España campeona del mundo en Sudáfrica, pero eso solo fue la escenificación de un amor que llevaba meses cocinándose a fuego lento. Hoy en día las circunstancias son otras. El matrimonio sigue igual de unido a pesar de las adversidades y de la rumorología, pero por algún motivo han dejado de dedicarse gestos de cariño en público.

Cuando Iker y Sara comenzaron su relación, la crónica social les colocó enseguida como una de las parejas del año. A nivel informativo, su caché mediático era indiscutible. Se conocieron porque ella cubría la información del Real Madrid y el intercambio de mensajes hasta altas horas de la madrugada hizo el resto. Poco a poco se fueron dejando ver en su vida privada. Hacían planes juntos como salir a cenar con amigos a restaurantes, acudir al Mutua Madrid Open de tenis, veranear juntos en sus destinos favoritos. La periodista simultaneaba su trabajo en el informativo de Telecinco con citas junto al deportista.

Iker Casillas y Sara Carbonero, paseando por las calles de Madrid / Gtres

Todo era amor, gestos de complicidad y felicidad. Daba igual si las cámaras estaban delante. Iker y Sara vivían su amor en plenitud y sin importarles las miradas indiscretas. El epicentro de su amor fue, sin duda, el comentado beso en Johannesburgo ante la mirada de todo el país. Precisamente, la presentadora bromeó tiempo después y le contó a Bertín Osborne en su programa que «engañó a todos porque Casillas no es tan romántico como hizo ver aquel día».

El nacimiento de su primer hijo en 2014 supuso el asentamiento definitivo de su relación. Dos más tarde darían el primer giro hermético a su vida: casarse en secreto y con su hijo Martín como único testigo. Fue en marzo de 2016 en la madrileña localidad de Boadilla del Monte. Nada de grandes celebraciones ni de muchos invitados. En verano de ese mismo año se consumaría su marcha de la capital de España. Oporto les abría las puertas de par en par para iniciar una nueva etapa. Tiempos de cambio que reflejaron los dos lados de la moneda. La cara fue que Sara Carbonero e Iker Casillas se enamoraron perdidamente de la ciudad y la simbiosis fue total. Pero la cruz fue que allí sufrieron los dos reveses más grandes que pusieron en jaque su vida: el infarto de Iker y el cáncer de ovario de Sara.

Antes del impacto de estos graves problemas de salud, que afortunadamente han solventado, se dejaron ver como un matrimonio muy unido. Conquistaron a la prensa de Portugal mostrándose juntos en las galas de premios y de final de temporada del Porto FC. El portero era un héroe para el equipo ‘dragón’ y la felicidad era plena.

Iker Casillas y Sara Carbonero, en una gala del Porto FC / Gtres

La última etapa en Portugal estuvo marcada por un hermetismo brutal. Tras el infarto del madrileño y el tratamiento oncológico de la toledana, los gestos de cariño publico quedaron reducidos a cero y ambos decidieron reservar su intimidad. No posteaban nada juntos en redes sociales y las únicas imágenes suyas uno al lado del otro las conseguían los paparazis durante sus veranos en Ávila. Los primeros rumores de ruptura empezaron a sonar con fuerza, pero este digital ha podido saber que a día de hoy siguen igual de unidos y sin atisbos de finalizar su romance, aunque hayan decidido de posar juntos.

Repasamos en imágenes los momentos de Iker Casillas y Sara Carbonero «cuando no se escondían». 

Fotos: Gtres

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