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Su lado más personal

Sandra Sánchez, la campeona olímpica que aplazó su sueño para cuidar de su madre

  • Alberto Ardila
  • Periodista especializado en crónica social, exclusivas y televisión.
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Sandra Sánchez ya conoce el sabor del oro. La talaverana ha conseguido proclamarse campeona olímpica de kata en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y hacer historia puesto que es la primera vez que el kárate figura como deporte olímpico.

La talaverana ha vencido a la que ha sido su rival durante los últimos 7 años, la japonesa Kiyou Shimizu, en el lugar donde se inventó esta disciplina, lo cual añade más heroicidad a su triunfo. Ya había sido seis veces campeona de Europa y figura como vigente número 1 de su especialidad, pero ganar un oro en unos JJ.OO no tiene parangón. Detrás de este oro olímpico esta la historia de una luchadora nata de 39 años a quien su máximo logro le llega como premio a una vida de plena dedicación, no solo deportiva.

Sandra Sánchez no lo ha tenido fácil. Procede de una familia humilde en la que su padre se ha dedicado a la jardinería durante la mayor parte de su vida. Fue el mismo que cometió un craso error de apuntarla a baile en vez de a kárate, como a su hermano. Rabió, lloró y no cesó hasta conseguir iniciarse en él. Sus progenitores le decían a su profesor en la escuela que la dejaran entrenar dos o tres días a la semana hasta que se le pasara el capricho. Pero de capricho nada ya que desde el primer día cayó rendida a la disciplina de origen asiático. Ahí se inició un camino que le ha llevado a escribir su nombre en el Récord Guiness por la cantidad de trofeos conseguidos. Dicho con otras palabras, la mejor karateka española de la historia.

Nada de lo conseguido habría sido posible sin la existencia de Jesús del Moral, su entrenador y pareja. Han sido muchísimas horas de exigente preparación física juntos que derivaron en un bonito romance que hoy experimenta una magnífica alegría.

Su preparador también estuvo ahí en uno de los momentos más dramáticos de su vida. Sandra Sánchez había sido reclutada para el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde se preparan los grandes atletas para la competición, cuando recibió una muy mala noticia. Su madre había sido diagnosticada con cáncer y ella tan solo llevaba un mes allí. Con tan solo 20 años se vio en la tesitura de tener que tomar una decisión de altura. Pero hizo caso al corazón y aparcó su sueño: «Quería vivir la enfermedad de cerca. No paré de competir. Seguía mis entrenamientos», comenta en una entrevista con ‘ABC’. Aún así, pareció no ser suficiente para los rectores: «Llegaron a decirle a mi maestro que había desaprovechado mi momento. Durante muchos años, a pesar de ganar medalla en los campeonatos de España, nunca me llevaron a una concentración», dice. Este oro olímpico también es para ellos. Felicidades, Sandra.

Sandra Sánchez, medalla de oro de kata en Tokio 2020 / Gtres

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