Rocío Carrasco ya no tiene miedo a Antonio David Flores
La serie documental 'Rocío. Contar la verdad para seguir viva' ha finalizado. Durante trece episodios (12+ el cero) Rocío Carrasco ha narrado todo lo que ha vivido y sufrido desde que Antonio David Flores entrara en su vida. Su historia, la que cuenta, es la de una mujer maltratada. Hemos oído cómo lo contaba, como lo detallaba con pruebas, documentos y testimonios. ¿Y ahora qué?
Han sido 11 semanas pegados a la pantalla. Noche a noche escuchando el relato de una mujer que cuenta su vida junto al padre de sus hijos y lo que siguió tras su traumática y conflictiva separación. La historia de una mujer que, tras 20 años de sentirse maltratada y en tratamiento psiquiátrico, decide denunciarle por lesiones psíquicas, quebrantamiento de custodia e inducción de menores. La Justicia, sin embargo, con resoluciones contradictorias, no la avala, de momento.
Rocío Carrasco ya ha terminado su documental / Gtres
En su relato público muestra pruebas, informes periciales de expertos del equipo de Unidad de Valoración Integral de Violencia de Género, adscritos al Tribunal de Justicia de Madrid que la examinaron cuando presentó la denuncia contra su exmarido. Las lesiones psíquicas existen. No hay duda; que las agrava, además, la conducta de Flores, tampoco. “Pueden conectarse con la grave situación familiar que presenta y con las declaraciones negativas que viene realizando el padre de sus hijos acerca de su persona…”, pero al haber iniciado el tratamiento psiquiátrico varios años después de que comenzaran el presunto maltrato, no se puede determinar que la conducta de su exmarido padre de sus hijos sea la causa directa de sus lesiones. Agua.
Hay indicios de criminalidad en la conducta de su exmarido. Así lo determinó la juez del nº 1 de Violencia de Género, pero la Audiencia Provincial de Madrid no comparte que esos indicios sean suficientes para juzgar al denunciado Flores. Reconoce que los informes realizados por el equipo de valoración son exhaustivos, pero incompletos. Solo se cuenta con la versión de la víctima. Señala esa deficiencia. ¿Si faltaba que los peritos judiciales valoraran a Antonio David, por qué no se hizo? La decisión fue sobreseer provisionalmente. Tocada.
En su relato público Rocía Carrasco muestra numerosas pruebas /Telecinco
Sobreseído el caso provisionalmente, esta mujer ha narrado públicamente, por algo se considera a la prensa el cuarto poder, su sufrimiento, su pánico, su angustia y su inmenso dolor como madre al ver que las amenazas de su exmarido de que le iba a quitar a sus hijos, “te van a odiar”, según ella misma declaró, se cumplían. Amenazas, insultos, humillaciones públicas, una luz de gas que fue asfixiándola hasta que un día, tras 7 años de ruptura con su hija mayor, quien se fue de casa tras agredirle y denunciarla, supo que, de la mano de su padre, aparecería en televisión defendiéndole públicamente en un reality. Hacía 7 años de aquella dolorosa mañana de golpes y huida en la que sintió que fue el padre quien le propinaba cada patada y agresión. No la veía desde entonces y ahora aparecería en televisión de la mano de quien ella considera su verdugo, el causante de sus lesiones psicológicas aún sin curar. Fue entonces cuando quiso acabar con su vida. No podía soportarlo más. Tocada y hundida. Para entonces, su hijo menor también vivía con su padre. Denunció el incumplimiento de custodia. Instaron al padre a la ejecución forzosa de entregar al niño a su madre, pero nunca lo cumplió. Alegó que el menor, con capacidades limitadas quería vivir con él. Cuando se celebró la vista, su hijo era ya mayor de edad. Ya solo quería acabar con todo. Sobre ingesta de medicamentos. El ingreso en urgencias al que su marido, Fidel Albiac, la llevó al encontrarla, le salvó la vida. El hombre al que denunció por lesiones psicológicas y al que decidieron no juzgar por falta de indicios, intentó vender a los medios los informes médicos del intento autolítico y la idea de que se lo había inventado, según la información que manejé en su momento. La propia denunciante lo ha declarado en la serie documental. El terror de Rocío Carrasco a merced de su intención de facturar. No lo consiguió. Finalmente, el Juzgado nº 1 de Violencia de Alcobendas cuestionó el intento de suicidio. No había razón para reabrir el caso. Tras tocar fondo totalmente hundida tomó aire y reaccionó. Quería vivir y comenzaría por contar la verdad.
esta mujer ha narrado públicamente, por algo se considera a la prensa el cuarto poder, su sufrimiento, su pánico, su angustia y su inmenso dolor como madre / Gtres
Durante dos décadas, su exmarido había difundido falsedades estampándole en la frente, y en titulares que se vendían como churros y que nos comimos como tales, la etiqueta de mala madre. Episodios que nunca existieron y que laboriosamente guionizaba, presuntos hechos que no eran más que una mentira vestida de aparente verdad, esa que siempre resulta más efectiva. En muchos casos, incluso conseguía colocar esa mentira verdadera en boca de terceros, no sé si por astucia o por nula valentía. Mejor que lo cuente otro. Y así ha ido la cosa.
Rocío Carrasco ha roto su silencio y no piensa volver a callarse / Gtres1
El deseo de custodia compartida vociferada en el programa ‘Crónicas Marcianas’ con Javier Sardá de testigo y su inexplicable retraso en firmarla; falsa insolvencia para no pagar la pensión de sus hijos – que lo llevará en breve a juicio – o la intervención quirúrgica a su hijo que, según él, Rocío Carrasco nunca autorizó; la infame denuncia de maltrato que interpuso contra ella, de la mano de su hija adolescente, sin olvidar la omisión de su deber de informar de ingresos hospitalarios de los menores ni la mentira sostenida sobre el abandono de los niños, de no recoger al pequeño del colegio, de cómo su madre no contaba con su pequeño en su boda… Y así, toda una vida, desde que se separaran en 1999. Más de una de esas me vendió como verdad en llamadas telefónicas o cara a cara, pero en cuanto el cuento me resultó tan confuso como dudoso, descubrí su estrategia. Jugaba con ventaja: el silencio de Rocío. Ella nunca le respondía; solo en los juzgados, donde no siempre encontró respaldo. Cuando la llamabas, era repetitiva y poco esclarecedora: “Me voy a mantener en mi postura y me defenderé en donde crea conveniente, pero no voy a entrar”. Al comenzar la serie documental “Rocío. Contar la verdad para seguir viva”, entendí que esta mujer no ha estado callada porque sí, o porque no tenía argumentos. Tenía miedo. Perfectos aliados para Flores: su miedo y su silencio, dos armas que le han financiado la vida. Ahí están las portadas, los reportajes exclusivos, algunos utilizando a sus hijos, e intervenciones televisivas, numerados, contrastados y documentados.
El narcisismo y la simpatía de Antonio David disfrazaban a un machista manipulador / Gtres
Tras escuchar el relato de esta madre anulada, de esta mujer que cuenta como la ha maltratado, cómo la agredió físicamente, cómo la amenazó con su “Rociíto te vas a cagar”, he comprendido que el narcisismo y la simpatía de Antonio David disfrazaban a un machista manipulador. Cuando comencé a cuestionarlo, reaccionó mal, sin control. Recuerdo cómo me gritó y avasalló en los pasillos de Telecinco. En mi opinión, Rocío Carrasco lo ha desmontado públicamente. ¿Y ahora qué? Por primera vez en 20 años, ya no hay silencio ni miedo. Solo heridas, pero seguirá luchando.