22 años sin Diana de Gales: así ha influido su figura en Kate Middleton y Meghan Markle

Han pasado 22 años desde que Diana de Gales perdiese la vida en un trágico accidente de coche en París. Más de dos décadas en las que el largo de su sombra no ha hecho más que crecer, siendo, a fecha de hoy, todo un icono de bondad, naturalidad y sencillez que, para desgracia de Meghan Markle y Kate Middleton, sirve de vara de medir a la hora de examinar con lupa cada una de las cosas que hacen o dejan de hacer.

Al igual que ocurre con sus nueras, Lady Di no pertenecía a la realeza por lo que su entrada en la vida de Buckingham no fue con el paso firme de quien ya sabe a qué atenerse antes de cruzar un umbral. Pero la inseguridad fue una baza que jugó a favor de Diana, cuyo desgarbo y timidez, unidos a su naturalidad y sencillez, terminaron por conquistar a todo el pueblo británico. Con Kate y Meghan la historia se repite. Aunque la inglesa procede de una familia aristocrática y la americana de la pompa de Hollywood, ningún precedente sirve de ejemplo de cara al protocolo que rige a la Corona británica. Así, conscientes de lo odioso de las comparaciones, las duquesas de Cambridge y Sussex respectivamente han optado por crear sus propios caminos, paralelos, eso sí, al ya marcado por la que hubiera sido su suegra.

Los guiños estilísticos a Diana de Gales han sido -y son- una constante en las dos mujeres. Si bien es cierto que en fechas especiales como la presentación de sus respectivos hijos, bodas reales o cenas de gala es casi impensable no encontrar un homenaje a la malograda princesa, Kate y Meghan también han convertido sus jornadas más informales en un marco idóneo para recordar a la madre de Harry y William. Joyas, complementos o estilismos completos son la excusa perfecta para imitar a quien, a pesar de haber desaparecido hace mucho tiempo, es el mejor ejemplo para ellas.

Si por algo se caracterizó la primera mujer de Carlos de Inglaterra fue por su profundo compromiso con las causas sociales. “No soy una figura política, ni quiero ser una. Pero vengo con el corazón”, dijo Diana de Gales una vez que fue preguntada por su labor humanitaria. Durante años, la princesa inglesa caminó en campos plagados de minas antipersona, visitó leproserías, se acercó a enfermos de VIH y apeló a la caridad y solidaridad del pueblo para facilitar la vida a los más necesitados. Tanto Meghan como Kate han seguido las guías marcadas por su suegra, amadrinando actos de caridad de todo tipo y sacando adelante, junto a sus parejas, sus propias fundaciones solidarias.

A pesar de que Diana Spencer nunca llegó a mostrarse del todo cómoda rodeada de las rígidas normas de palacio, esto no impidió que se impusiera a ellas, rompiendo el protocolo cada vez que lo veía necesario. Igual que hiciera la abuela de sus hijos, Meghan y Kate no dudan nunca en acercarse a la gente que con cariño reclama su saludo en cada uno de sus actos oficiales. Mención especial tiene la devoción que las tres mujeres sienten por los niños, razón por la que en más de una ocasión las nietas políticas de la reina Isabel II han dejado sin habla a su equipo al agacharse para compartir confidencias con sus fans más pequeños.

Lo cierto es que, a pesar de que la muerte de Lady Di puso en jaque a la Corona inglesa sumiéndole en la mayor crisis de popularidad que se haya vivido nunca entre las paredes de palacio -debido a que el pueblo británico no entendió la frialdad y demora con la que se trató la tragedia-, la figura de Diana de Gales sigue siendo un ejemplo clave para la vida dentro y fuera del palacio de Buckingham.