Carmela Martínez, la hija de Sabina que rehusó triunfar con el apellido de su padre
La hija mayor de Joaquín Sabina prefiere no ser tan mediática como su padre
Sobran las palabras para definir a Joaquín Sabina (69), un genio de la música española contemporánea, capaz de hacer reír o llorar a varias generaciones. Su desgarradora poesía ha conseguido emocionar gracias a una sinceridad elogiable en sus letras. También mucho se ha hablado sobre su estilo de vida y vida privada, pero hay una faceta personal suya que es bastante desconocida, la importancia vital de sus hijas.
La descendencia femenina de Sabina viene de su relación sentimental con Isabel Oliart, hija del famoso ministro de Industria: Carmela (28) y Rocío (26) son las dos hijas del cantautor. Ninguna de las dos es muy amiga de llevar la vida mediática y pegada a los focos que sí tiene su padre y así lo reconoce la mayor en unas palabras que recoge ‘Vanity Fair’: «La verdad es que no entiendo por qué tenemos que ser personajes. Desde muy pequeñas nuestro padre ha intentado protegernos de la prensa y aunque es cierto que nuestra vida profesional se ha cruzado en algún momento, el importante es él y sus conciertos, no nosotras”.
El alejamiento mediático no está reñido con la unión que progenitor e hija tienen. Así ha sido como esta misma semana nos han sorprendido acudiendo juntos -y de la mano- al Festival de Cine de San Sebastián. Una imagen que no esperen se repita con frecuencia y es que sobran dedos de una mano para contar las veces que Sabina y Carmela se han dejado fotografiar juntos. Con Rocío no hay ni una sola foto. Lo que sí que tienen ambas son dos canciones de su padre dedicadas personalmente pero tituladas igual para evitar diferencias: ‘Ay Carmela’ y ‘Ay Rocío’.
Como de casta le viene al galgo, las dos han heredado la pasión por el arte. Carmela es jefa de producción. Realizó el cortometraje ‘Epitafios’, cuya música corría a cargo del propio cantante. Fue la otra vez que les pudimos ver juntos, también con Arturo Valls que participaba en el proyecto. A Rocío le gustaron más las letras y se inclinó por la literatura. Las dos tienen un denominador común: ninguna ha querido utilizar el famoso apellido de su padre para triunfar y han optado por Martínez, primer apellido de Sabina.
La importancia de Jimena en la vida de Joaquín Sabina
Sabina derrocha pasión por sus hijas, pero hay otra mujer a la que le debe mucho. Desde hace diez años, Jimena Coronado es la continuación de Joaquín Sabina. Se conocieron en Lima y la fotógrafa consiguió centrarle y enseñarle a amar a una persona. Él dice que le ha «salvado la vida», sobre todo, por estar muy pendiente de sus adicciones y consiguió alejarle de los bares.
La peruana ha sido la mejor medicina para sus fuertes depresiones y a día de hoy siguen manteniendo intacto su amor. Las tres conforman el triángulo de apoyo de Joaquín Sabina, los pilares sobre los que se sostiene este genio (a veces) incomprendido de la música.