Isabel Jiménez: "Los primeros días de coronavirus acabé muy tocada"
La presentadora Isabel Jiménez cuenta cómo está viviendo la crisis del coronavirus, tanto profesional como personalmente
Isabel Jiménez es una de las periodistas que cada día sale de su casa para ponerse al frente de un informativo y contar lo que está pasando en el mundo, especialmente sobre el coronavirus, un tema que conoce a fondo. Informar es ahora más importante que nunca y la andaluza es consciente de ello, a pesar de que salir del hogar supone un riesgo diario, sobre todo teniendo en cuenta que es madre de un niño pequeño de apenas un año.
Pregunta: Lo primero, ¿cómo se encuentra tu familia frente a esta situación? ¿Todos están bien?
Respuesta: Sí, todos bien, pese a mi situación, que es dramática y tremenda, estamos todos bien. El foco grande está en Madrid y toda mi familia es de Almería. Almería es, además, la provincia de Andalucía en la que menos casos hay.
P: ¿Cómo lo estáis llevando en el trabajo?
R: El panorama es desolador. Imagínate una redacción que normalmente es gigante, cerca de cien personas trabajando, y ahora no llegamos ni a la cuarta parte. Hay mucha gente que está teletrabajando y otros se están turnando. (…) Además han comprado una máquina de ozono y están desinfectando todo muy a menudo.
P: ¿Tú practicas alguna medida de seguridad en concreto?
R: Yo en mi caso lo que hago es usar mucho el gel, que tenemos las manos quemadas de usar el gel desinfectante. Además somos muy responsables con nuestra distancia social, con el gel y en el caso de las mascarillas pues las usan algunos. Hay gente que tiene asma o por ejemplo las usan en el control que tienes que estar hablando a un micrófono para dar órdenes. El servicio de maquillaje nos lo han quitado desde hace tiempo, he perdido la noción del tiempo, pero creo que fue desde que se decretó el estado de alarma. Todos los que salimos en Mediaset nos maquillamos nosotros.
P: ¿Se te hace duro ir a trabajar así?
R: Pues sí, y luego están los pasillos vacíos, mucha gente en su casa, pues una desolación, como lo que estamos viviendo todos.
P: ¿A nivel personal cómo lo estás llevando?
R: Pues el resto de mi vida está paralizada, como la de todo el mundo. Yo siempre he tenido mil cosas que hacer por la tarde de compromisos. Mis salidas son estrictamente de casa a la tele, desde el informativo vuelvo a casa.
P: ¿Extremas las medidas de seguridad al llegar a casa ya que estás todo el día fuera de ella?
R: Yo, por lo que ha hablado con mis compañeros, sobre todo los que tenemos niños, lo que hacemos es directamente, que esa es la pena, imagínate, un bebé que está deseando ver a su madre y tienes que ir directa a tu cuarto, al baño, a cambiarte la ropa que has utilizado durante todo el día y directamente a lavar y luego todos los días nada más llegar a casa me ducho. La piel se nos va a caer de esto.
P: ¿Se te hace duro los días que tienes que pasar sin salir de casa?
R: Yo no puedo hablar del confinamiento de 25 días como lleva la mayoría de la gente porque no lo estoy viviendo así pues salgo a trabajar cada día. Lo que sí está siendo durísimo es a nivel emocional, y mira que nosotros estamos curtidos en noticias y hemos contado de todo. Al final un informativo son pocas las veces que cuentas cosas buenas, pero como esto… Esto está siendo emocionalmente devastador.
P: Entiendo que sea difícil presentar cada día un telediario.
R: Emocionalmente es durísimo. El hecho de los turnos más allá de ser una cosa práctica a nivel de medida por responsabilidad empresarial, también es por paz mental porque es durísimo. Yo los primeros días acabé muy tocada y lo sigues estando, lo que pasa es que al final todo se acostumbra uno, a lo bueno y a lo malo.
P: La carga emocional que soportáis es muy fuerte
R: En el informativo muchas veces tienes que tragar saliva, respirar hondo porque tienes la emoción… Acaba un vídeo y dices, ¿cómo salgo yo ahora? Es muy complicado.
P: Tu hijo no se ha dado cuenta del confinamiento, ¿no? Es muy pequeño aún.
R: Lo bueno para nosotros ha sido que él tiene una edad que ni siquiera te demanda salir a la calle. Al final él es feliz en su casa, está aprendiendo a andar. Es más feliz que nunca porque nos tienen más tiempo en casa a los dos. El problema va a ser cuando volvamos a la rutina. Yo me imagino que una familia con niños de seis o siete años metidos en un piso…. Hay que hacerles un reconocimiento, aunque es verdad que los niños se adaptan a todo.