Una gran confianza y una misma pasión: así era la relación entre Cayetano Martínez de Irujo y su madre
La duquesa de Alba confió todo su patrimonio a Cayetano Martínez de Irujo
Cayetana Fitz-James Stuart y el duque de Arjona siempre estuvieron muy unidos
El conde de Salvatierra: "Me encanta recordarla porque su legado se mantiene vivo"
Su nombre completo es María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, sin embargo, es más conocida como Cayetana Fitz-James Stuart, la eterna duquesa de Alba. Nacida el 28 de marzo de 1926, llegó al mundo para hacer historia y convertirse en la tercera mujer que ostentó el título ducal de los Alba por derecho propio, entre otras cosas.
Libre y moderna para su época, pero a la vez una gran defensora de las tradiciones que atesoraba todo su linaje. Así era la aristócrata que siempre mostró su devoción particular por Cayetano Martínez de Irujo, quien fue catalogado como su hijo favorito y este 4 de abril cumple 62 años en un buen momento personal tras conocerse su inminente boda con Bárbara Mirjan, responsable de eventos en OkDiario.
Similares en carácter, Cayetano Martínez de Irujo y la duquesa de Alba compartieron, además de confidencias y muchas conversaciones, su gran pasión: la hípica. Con tan solo cinco años comenzó a montar a caballo influenciado, tanto por la tradición familiar que suponía este deporte, así como por un trabajador de toda la vida de su casa, Florián Cortijo, quien le inculcó la pasión por esta actividad. Aunque cuando el conde de Salvatierra decidió ser jinete a su madre no le fue fácil de asimilar, pero siempre estuvo a su lado mostrando todo su apoyo.
Una triste pérdida
Aunque sí hay un momento que ha marcado la vida de Cayetano Martínez de Irujo esa es la muerte de su querida madre. El 20 de noviembre de 2014, fallecía Cayetana Fitz-James Stuart en el Palacio de Las Dueñas (Sevilla). Hasta el último momento estuvo su hijo a su lado, Cayetano Martínez de Irujo, a quien confió todo su patrimonio.
«Fue inesperado. Surgió un imprevisto de salud que aceleró las cosas. Recuerdo estar hablando con ella en el hospital, en Sevilla y que lo que más quería era irse a casa, es decir, a Dueñas. Me presenté en el hospital y recuerdo que ella estaba con un médico al que le dijo llena de orgullo: ‘¡Este es mi hijo Cayetano!’, y se le iluminó la cara, fue algo muy bonito. Recuerdo que le dije que estaba todo listo para irnos a casa, preparamos la ambulancia, le pusimos el oxígeno y ya nunca más habló. En el hospital dijo sus últimas palabras. Se quedó dormida y ya nunca más volvió a hablar. Al día siguiente por la mañana su asistente personal nos llamó a todos y recuerdo que fui corriendo, llegué a su cuarto coincidiendo con Eugenia y Genoveva y ahí, con nosotros delante, dio sus últimas respiraciones y se marchó», contó a LOOK en declaraciones exclusivas el duque de Arjona sobre cómo fue el momento de la pérdida de su madre.
«Lo que más echo de menos es ese cariño de madre que tuve sobre todo al final de su vida. De adolescente me sentí muy mal haciendo una base emocional nefasta pero los últimos años sí noté su amor de madre y con eso me quedo porque me llenó mucho», añadió. Sin duda, la muerte de la carismática y querida duquesa de Alba dejó un vacío profundo no sólo en sus familiares, sino en la sociedad española.
Un lugar con mucho significado
Tras la pérdida, Cayetano Martínez de Irujo se convirtió en el encargado de homenajear a la duquesa de Alba en el aniversario de su muerte. De hecho, el pasado mes de noviembre, cuando se cumplieron 10 años del fallecimiento, el jinete convocó a sus allegados en la emblemática Iglesia de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, ubicada en la calle Verónica número 6, en pleno Casco Antiguo de Sevilla. Se trata de un templo religioso por el que la duquesa de Alba sentía una profunda devoción, además acudía con bastante regularidad. Y no sólo eso, sino que la restauración integral de la iglesia se produjo gracias a la generosidad de Cayetana. Es importante mencionar que, es en este lugar sagrado donde reposan las cenizas de la aristócrata.
Su especial vínculo, inquebrantable, es algo que recuerda con asiduidad el duque de Arjona. «Mi madre vio en mí una figura leal y confiable, y me encargó la gestión de propiedades y fincas familiares», confesó el aristócrata en su autobiografía titulada De Cayetana a Cayetano.
Así recuerda Cayetano a la duquesa de Alba
Recientemente, Cayetano Martínez de Irujo concedió una entrevista en la que habló del legado de la duquesa. «Me encanta recordarla porque el recuerdo se mantiene vivo, su figura, su persona, el legado humano que dejó… Un personaje histórico de esta envergadura… Tengo el privilegio de ser su hijo. Gente así es una pena que se vaya», comenzó diciendo, visiblemente emocionado a Toñi Moreno en El legado de….
«Los últimos seis años de su vida, cuando me confió todo su patrimonio, me demostró una confianza que había tenido con muy pocas personas en su vida. Entonces, tuve una cercanía con ella extrema, con lo cual me he quedado con buen sabor de boca y con buenas sensaciones y habiendo vivido mucho con ella, pero precisamente eso, haberla conocido tan a fondo y que me confesara tantas cosas, pues dices qué pena que no haya durado más…», recordó con cariño.