Francisco Rivera Ordóñez se queda sin su cita taurina más querida: La Goyesca de Ronda
En 1957 se celebró con Antonio Ordóñez, abuelo de Francisco y Cayetano, en el cartel
El primer cartel de 1954 torearon Antonio Bienvenida, César Girón y Cayetano Ordóñez
Una noticia triste para Francisco Rivera Ordoñez. Hijo, hermano, nieto, bisnieto y sobrino nieto de figuras del toreo; y embajador por excelencia de la corrida Goyesca de Ronda. Tres dinastías taurinas en sus genes. Hoy pasa un mal trago, pues su querida cita taurina en Ronda no puede ser celebrada este año. Justo cuando se cumplen 70 años de su primera vez. Y justo cuando se celebra la Prensa en Madrid a la que acude junto al Rey.
«Se suspenden los festejos taurinos de la Feria de Pedro Romero 2024. Así lo ha anunciado esta mañana la Junta de gobierno de la Real Maestranza de Caballería. Decisión según un estudio que determina que no se puede garantizar la seguridad al 100% en caso de lleno».
Así se acaba de anunciar en su perfil de Instagram. La cita taurina más importante para Francisco Rivera no se podrá dar este año. La fiesta taurina que toma su nombre de Goya, no tendrá lugar este 2024.
Cayetano Ordóñez, ‘Niño de la Palma’, toreó la primera corrida Goyesca allá por 1954. Fue anunciado como «Niño de la Palma» porque su padre tenía en Ronda una zapatería llamada: «La Palma» y de ahí le viene su apodo. En 1957 ya se celebró la corrida Goyesca con Antonio Ordóñez, abuelo de Francisco y Cayetano, en el cartel. Comienza entonces una tradición y una cita taurina y social que nadie se quiere perder. Isabel Preysler fue a la pasada edición, donde la plaza lució llena de luz y color, una vez más en su 66 edición.
La Corrida Goyesca de Ronda es la cita más especial de cada temporada para la familia Ordóñez. Figuras del toreo y de la crónica rosa se dan cita cada año en la plaza. Los vestidos de torear con estética goyesca son dignos de admiración y la bella ciudad de Ronda también se engalana y se viste de fiesta.
Ronda se ha convertido, cada primeros de septiembre, en lugar de peregrinación de aficionados y curiosos de todo el mundo, que llegan con la intención de dar un salto atrás en el tiempo y disfrutar con la estética del toreo del siglo XVIII, el que reflejó la paleta de Francisco de Goya y Lucientes.
La historia
En la propia página web se repasa su historia. La corrida Goyesca es una creación de los Ordóñez, cronológicamente la segunda saga de grandes toreros que dio la ciudad del Tajo. Cayetano Ordóñez Araújo, hijo del mítico Niño de la Palma, fue el impulsor de la primera edición de esta corrida. La conmemoración del segundo centenario del nacimiento de Pedro Romero sirvió para poner en marcha un festejo que se recordará, por la indumentaria de los diestros, vestidos como en la época del «creador del toreo a pie», tal y como rezaba en el encabezamiento del aquel primer cartel de 1954. Esa Goyesca inaugural la torearon Antonio Bienvenida, César Girón y Cayetano Ordóñez, que había tomado la alternativa en 1948 y se anunciaba como Niño de la Palma hijo.
En 1955 y 1956 no hubo Goyesca. Volvió en 1957, ya con Antonio Ordóñez en el cartel. El maestro Ordóñez fue el alma de la Goyesca. La toreó en 17 ocasiones y la organizó hasta el mismo año de su fallecimiento. Fue Antonio Ordóñez Araújo quien encumbró a La Goyesca. En 1973, une dos apellidos grandes del toreo: Ordóñez y Rivera. Dos dinastías que corren por la venas de Francisco Rivera y de su hermano Cayetano.
Toros y familia
Francisco Rivera, ‘Paquirri’, que había tomado la alternativa en 1966, vestía por primera vez ese año 73 el traje goyesco y se medía con su suegro y con El Niño de la Capea. Siete años más tarde, Antonio Ordóñez y Paco, ‘Paquirri’ compartirían mano a mano. Dos figuras, suegro y yerno, mano a mano en Ronda con toros de Núñez.
Desde 1980, Ordóñez se centró en su tarea de empresario y se preocupó de mantener siempre muy alto el listón de Ronda. Carteles muy rematados para un día de lujo, ésa fue su filosofía y así hasta 1998, cuando ya gravemente enfermo, volvió a presenciar y dirigir desde el callejón su última tarde. Recibió aquel día el brindis de José Tomás. Al año siguiente, su nieto Francisco Rivera Ordóñez brindó un toro a su memoria. No pudo contener las lágrimas. Y cogió el testigo y el legado.
Empresario de la plaza
La Real Maestranza de Ronda, propietaria el caso, decidió poner en manos del continuador de la dinastía tal tesoro. Los maestrantes sabían que Francisco, hijo de ‘Paquirri’, y nieto de Ordóñez, era el perfecto heredero para entender, sentir y continuar el espíritu de la corrida Goyesca.
Así, con el cambio de siglo, Rivera Ordóñez comenzó a ejercer como empresario de la Maestranza rondeña. De su abuelo aprendió a rematar bien los carteles, de él siguió el ejemplo de torearla cada año, y de ambos aprendió a dar lo mejor de sí en el ruedo. Había toreado la primera Goyesca en 1995, el año de su alternativa, y la primera que organizó Rivera Ordóñez fue la del año 1999 que compartió cartel con Espartaco y José Tomás. Este año, se suspende por razones ajenas a la dinastía.