Un año desde que Britney Spears pidiera cárcel para su padre: así ha cambiado su vida
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Britney Spears pide cárcel para su padre
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Britney Spears parece estar enmendando su vida. Tras conseguir su ansiada libertad después de 13 años bajo la tutela de su padre y afrontando la pérdida del bebé que esperaba junto a su marido, la intérprete de Baby one more time ha decidido celebrar el amor por todo lo alto, sellando su romance junto a Sam Asghari. El 9 de junio, la pareja se dio el ‘sí, quiero’ en una ceremonia íntima que contó con una exclusiva lista de invitados, en la que no se dejó ver el nombre de Jamie Spears.
Un anillo de compromiso
Fue el pasado mes de septiembre cuando la cantante anunció su compromiso a través de sus redes sociales, mostrando orgullosa su anillo de diamantes obra de Roman Malayev. “No me lo puedo creer”, compartió con sus miles de seguidores. Una feliz noticia que llegó tan solo una semana después de que su padre manifestara su rendición, pidiendo así al tribunal que pusiera fin a la tutela de su hija. Además, la pareja manifestó que uno de sus mayores deseos era convertirse en padres.
Una trágica pérdida
Siete meses después, la cantante comunicó que estaba esperando su tercer hijo, el primero junto a su prometido. “Quiero casarme y tener un bebé”, dijo en el mes de julio, durante la que fue la primera vista judicial en dos años. Sin embargo, la feliz noticia tuvo el peor de los desenlaces y, tan solo un mes después, la artista se pronunció de nuevo en sus redes sociales para comunicar que había perdido al bebé tras un aborto espontáneo.»Es con nuestra más profunda tristeza que tenemos que anunciar que hemos perdido a nuestro bebé milagroso al principio del embarazo», dijo.
Una larga lucha
Y es que, durante este año desde que Britney pidiera cárcel para su padre, su vida ha dado un giro de 180 grados. Sin embargo, estos últimos años no han sido nada fáciles para ella. La estrella del pop estuvo bajo tutela legal desde 2008, siendo su padre junto a otros tutores legales quienes controlaban sus finanzas y su vida personal durante trece años. Sin embargo, en la última etapa, la cantante de Toxic mostró resistencia a esta situación, pidiendo el 23 de junio de hace justo un año que su padre fuese destituido.
Todo se remonta a enero de 2007 cuando, en medio de su divorcio con Kevin Federline, la cantante decidió raparse la cabeza e internarse en un centro de tratamiento, perdiendo además la custodia de sus dos hijos. Justo un año después, fue internada contra su voluntad en un hospital psiquiátrico y su padre, Jamie Spears, y su abogado, Andrew Wallet, recibieron la tutela temporal de la artista, la cual se extendió de forma indefinida. En noviembre de ese mismo año, MTV estrenó el documental Britney: For the Record, en el que la cantante comparó sus circunstancias con una sentencia de cárcel sin fin. Hasta 2016, la cantante lanzó tres álbumes musicales y en 2019 anunció una “pausa laboral indefinida”. En marzo de ese mismo año, Wallet renunció de forma voluntaria a ser co-tutor de Britney, por lo que su padre se quedó como único tutor legal. Tan solo seis meses después, Jamie fue reemplazado como tutor de su hija, aunque continuó controlando sus finanzas. En agosto de 2020 comenzó a sonar con fuerza el movimiento #FreeBritney para conseguir la libertad de la artista, que afirmó oponerse firmemente a que su padre volviera a controlar sus asuntos personales. Ya en marzo de 2021, los abogados de Britney pidieron a Jamie que renunciara a su función como tutor, afirmando que la artista se reservaba “el derecho a solicitar la terminación de esta tutela”.
Finalmente, el 23 de junio de 2021, Britney compareció ante un tribunal de Los Ángeles por primera vez en trece años de tutela. “Señoría, mi papá y todos los involucrados en esta custodia, incluida mi manager, que tuvo un papel clave en mi castigo… deberían estar en prisión”, aseguró Spears, quien además amenazó con demandar a su familia por lo que le habían hecho. Entre las denuncias que la estrella del pop hizo frente a la jueza se encontraron la alegación de que se vio obligada a consumir medicamentos después de negarse a trabajar, además de que su equipo no le permitió tener otro hijo. “La razón principal por la que estoy aquí es que quiero terminar la tutela sin tener que ser evaluada”, dijo por aquel entonces. En septiembre de ese mismo año, Jamie Spears presentó una petición en la Corte Superior de Los Ángeles para renunciar como tutor, y fue el 12 de noviembre cuando la jueza Penny puso fin a la tutela, haciendo así que, por fin, la intérprete de Criminal consiguiera la libertad.