Ana Obregón, sobre sus fotos en ‘Playboy’: "Hay retoques. Sé que no tengo 20 años"
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Vuelve por todo lo alto y como solo ella sabe hacerlo: con pasión y polémica. Ana Obregón se ha reinventado. La presentadora y actriz ha sido la protagonista indiscutible del relanzamiento en España de la revista ‘Playboy’. A sus 62 años confesos, la Obregón se convierte en la madrina oficial del mítico magazine, que salió a la venta este pasado miércoles. Es lo que le quedaba por hacer a la polifacética artista: ser ‘conejita’. Un ‘título’ que abandera con el mismo pundonor que el de bióloga, como ha asegurado la actriz en conversación con LOOK. Ella se siente orgullosa de su trabajo, pero sabe perfectamente que habrá críticas descarnadas. Y las ha habido.
Dardos envenenados que atentan contra su edad y los muchos retoques de sus fotos. «De eso prefiero reírme. Llevan metiéndose con mi edad desde que empecé, cuando no saben que me río de ellos y que todos van a envejecer. Es lo más claro que tenemos en este mundo. Todavía hay mucho machismo en este país. Eso de un hombre no se cuestiona», asegura Ana Obregón a LOOK. Se carcajea de los que apuntan a que miente sobre su edad, en concreto, de Pilar Eyre, quien esta semana aseguraba que ‘la fantástica’ tenía 65 años y no 62. «¿Quién es Pilar Eyre? Yo no conozco a ninguna Pilar Eyre. ¿Que dicen que tengo 65? Qué gilipollez. Tengo los años que tengo y punto. Hablar de eso con una mujer es de mala educación», ha ironizado la actriz sobre el comentario de la periodista.
La primera sorprendida cuando la llamaron para proponerle el proyecto fue ella. «Ha sido todo muy rápido y ni me lo pensé, aunque creía que me estaban tomando el pelo. Eso sí, dejé muy claro que quería unas fotos naturales, con retoques muy básicos. Soy consciente de la edad que tengo, no soy una chavala de 20 años», ha asegurado, entre risas. Anita ya acaparó la portada de ‘Playboy’ en dos ocasiones: la primera en enero de 1985 y la segunda, en noviembre de 1986.
Eso sí, Anita aparece en bañador, no muestra un desnudo integral en ninguna de las instantáneas. Se trata de la nueva línea editorial de la publicación, que no quiere elevar la temperatura de sus lectores con desnudos: «En su vuelta quieren a personas con títulos universitarios y mujeres cualificadas. Mira, de alguna manera esta portada me la tomo como una reivindicación feminista. Ahí está mi granito de arena».
La popular actriz está «encantada y feliz» con esta portada y asegura que las ventas se han disparado: «Me han dicho que las ventas van como la espuma. ‘Playboy’ lleva solo 24 horas en el mercado y ya está siendo un éxito arrollador. Con esta acogida ha merecido la pena las horas que tuve que pasar a tres grados y lloviendo a cántaros durante las sesiones». No para de conceder entrevistas en España y allende los mares: «Me han entrevistado en Colombia, Chile y Argentina a cuenta de la portada. Es una repercusión brutal. Allí ya me conocen por mi carrera de actriz».
Cargada de proyectos y aliviada por la mejoría de Teresa Campos
Ana Obregón está repleta de proyectos y asegura a LOOK que le faltan horas al día para poder atenderlos todos: «No paro por casa. Mi hijo hace días que no me ve. Estoy muy contenta porque en enero de 2018 he cerrado una serie de televisión con Televisa, escrita y dirigida por mí. Además, voy a protagonizar mi segunda obra de teatro en breve. La rueda de prensa será la próxima semana. Quedé encantada con ‘Sofocos Plus’ y quiero seguir sobre el escenario. ¡Lo estoy contando en exclusiva!», confiesa Ana a este medio.
La intérprete es una mujer muy familiar y por fin respira aliviada ante la recuperación de su padre y las leves mejorías que experimenta su madre, Ana María, aquejada hace unos meses de un derrame cerebral: «Todos los días busco un hueco para darles un beso. Valoro mucho tener a mis padres vivos. Son mi vida. Lo he pasado muy mal cuando han estado enfermos». En esta línea, Obregón ha estado muy pendiente de la evolución de María Teresa Campos: «Cuando me enteré de su ictus lo pasé fatal. He estado en contacto casi diario con Terelu, preocupada por la salud de Teresa. Me alegro que esté ya en casa. Ahora espero que la dejen tranquila, que se reponga en soledad».