El emotivo texto con el que Ana Obregón se despide del verano "más triste de mi vida"

La llegada del otoño suele ser sinónimo de cambios y nuevas etapas y, en el caso de Ana Obregón, no podía ser más cierto. La actriz se despide del que ha sido, en sus propias palabras, el verano «más triste de su vida», el primero que ha tenido que vivir en soledad tras la muerte de su hijo, Álex Lequio, hace cuatro meses. Regresó a Madrid hace apenas unos días tras pasar toda la temporada estival en la casa familiar de Mallorca, donde ha estado rodeada de los que más la quieren. Sin haber desvelado sus próximos planes, Ana ha querido despedirse del calor y el buen tiempo con un mensaje en el que, una vez más, se ha vuelto a acordar de su queridísimo hijo.

La bióloga ha viajado al pasado para recordar un verano muy diferente al de este 2020, en el que Álex y ella se lo pasaron en grande y disfrutaron juntos del mar. «Así despedíamos uno de los 27 veranos que me regalaste y que fueron los más felices de mi vida», ha escrito, aprovechando para dar las gracias a su pequeño «por tanto amor».

«Me toca decir adiós al primer verano sin ti, el más triste de mi vida y aprender a respirar de nuevo, aprender a vivir con este dolor sabiendo que ‘las huellas de las almas que caminaron juntas jamás se borraran’», sigue escribiendo Ana, que no se olvida de lo que vendrá detrás, por mucho que le cueste.

«También me toca dar la bienvenida y desearos un otoño lleno de salud y responsabilidad para acabar con esta pandemia», pide a sus seguidores. Pero Ana Obregón se ha querido acordar también de todos aquellos que, como su hijo, luchan contra el «maldito» cáncer. A ellos les manda «toda mi fuerza y la de Aless desde el cielo». «Si cierro los ojos escucho su voz diciendo: ‘ánimo luchadores’», sentencia.

Ella es, junto a Alessandro Lequio, quienes más sintieron la pérdida de Álex, quien hasta el último momento intentó curarse y aprovechar el tiempo para disfrutar de su familia, su novia, sus amigos y su trabajo. Incluso cuando estaba en pleno tratamiento sacaba fuerzas de donde no las había para recuperar, por unos instantes, su vida de siempre. Por demostraciones como esa, Álex se convirtió aun más en el orgullo de su madre.