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MI CASA ES LA TUYA

De las amenazas de muerte de Albert Rivera al Bertín político: las claves de ‘Mi casa es la tuya’

Albert Rivera sacó a pasear, sin duda, su lado más tierno en el programa de Bertín Osborne, ‘Mi casa es la tuya’,en Telecinco. Directo, cercano y sencillo, departió sobre las cuestiones más humanas. Tan descalzado se mostró que incluso provocó que Bertín confesara sus anhelos políticos, que han cogido fuerza en los últimos meses.

Venido de una familia de orígenes humildes y de clase media, relata con lágrimas en los ojos las trágicas muertes de sus tíos: «Uno de mis tíos murió por el tema de las drogas con 35 años. Es un tema que me ha marcado. Y luego perdí otro tío, Alberto, de SIDA en los años 80. Fue un shock porque le quería un montón», aseguró.

No tuvo remilgos en confesar lo fácil que le resultó ser presidente de su partido, ‘Ciudadanos’: «En un congreso se decidió por orden alfabético, y me tocó. Fui un viernes siendo militar, y regresé siendo presidente», detalla. Afirma que su inquietud política le llevó a ser simpatizante del Partido Popular en Cataluña, y que su vida dio un viraje extremo con su nombre como cabeza de cartel de su partido: «Me ha cambiado mucho la vida. La parte pública es la que más cuesta. Los medios dan bastante cera», confiesa.

Aunque se intenta poner siempre un chubasquero para amortiguar los aguaceros, en los inicios fue arduo: «Recuerdo cuando leí mi primer artículo en el que se me criticaba duramente. Me enfurecí porque no lo entendía, ahora ni siquiera los leo. Es parte del negocio», confesó con honradez. Se le aterciopela la voz cuando habla de su hija, en especial de Daniela: «Mi hija va a cumplir seis años y no quiero que sufra con la fama de su padre. Disfruto mucho de ella porque ya puedo mantener conversaciones, hasta de mi trabajo. Y tengo un gran apoyo en ella». Al principio de su despunte, manifiesta, su hija no entendía que la gente le pidiera fotos por la calle: «Se quedaba como atrás, ahora incluso me acompaña al congreso. Quiero que sea libre, que vote a quien quiera. Mis padres me educaron en la libertad», asegura el político.

Albert Rivera en imagen de archivo / Gtres

Albert reconoce que conserva una excelente relación con su ex pareja, y que ha procurado siempre esto en pos de un buen equilibrio para su hija: «Lo he conseguido. Me llevo muy bien con su madre, tenemos una relación cordial. Voy a Barcelona a ver a Daniela sin problema», aclara Rivera. Aunque su profesión es asfixiante a veces en cuanto a dedicación, desvela que hace todos los días un ‘FaceTime’ con su hija: «Y el fin de semana que me toca estar con ella saben mis compañeros que no deben ponerme ningún acto», asevera.

A nivel profesional, Albert Rivera no siempre ha mostrado el mismo grado de entereza: «A veces me he planteado tirar la toalla. He recibido muchas amenazas», se sincera con Bertín Osborne. «Dejaron una vez un paquete con una bala sin percutar con una foto mía diciendo que si no abandonaba Barcelona me iban a matar. Se descubrió que eran de Esquerra Republicana y me indemnizaron con 3.000 euros», relata el trágico episodio. Matiza que incluso sus padres fueron diana también de su ascenso político en su negocio: «Sufrieron también, por todo lo que genera a mi alrededor ser Albert Rivera, me he planteado irme», sostiene.

El presidente de ‘Ciudadanos’ junto a su pareja Beatriz Tajuelo / Gtres

El motivo que lo mantiene erguido y batallando no pasa por el ego: «Para nada, me seduce cambiar las cosas. El ego político lo tengo saciado, pero dejar un buen legado engancha bastante», apostilla. Según Rivera es perfectamente compatible ser bélico en la defensa de tus ideales y mantener una relación no sólo cordial, sino de amistad con tus adversarios políticos. Desvela la excelente química que conserva con Pablo Casado, Eduardo Madina o Cristina Cifuentes. Bertín Osborne se sorprende de que Albert no nombre en su rosario a Pablo Iglesias. El presidente de ‘Ciudadanos’ aclara: «Con Pablo coincidí antes del congreso, pero políticamente fue muy duro con ‘Ciudadanos’ en un momento, y eso me marcó y me distanció».

Una vez en la cocina, Rivera dejó patente su pericia culinaria junto a Bertín y su buen amigo Miguel Poveda, que se unió a los fogones. Hizo un pastel de pescado, que le enseñó su novia Beatriz. Justifica su buen hacer de la siguiente manera: «He estado mucho tiempo viviendo solo y me he apañado bien cocinando», asegura, si bien este hecho no le impide tener percances, como el que sufrió con Osborne, que se rebanó un dedo.

Albert Rivera y su amiga Cristina Cifuentes / Gtres

A nivel personal, asegura llevar dos años viviendo con su actual pareja, Beatriz. Durante la semana están en Madrid y el fin de semana se escapan siempre a Barcelona, confiesa. «Estoy muy contento, si rehaces tu vida y no hay buena relación es complicado, pero estoy muy agradecido por esta buena sintonía», matiza. Eso sí, pasar por la vicaría lo ve improbable a corto plazo: «Cada persona debe actuar desde el amor y ahora mismo estamos bien así», aclara. Rivera rellena el hueco de los hipotéticos futuros hijos con los que ya tiene y con los sobrinos de su pareja, que los entiende como propios.

Resultaba irresistible para Bertín no preguntarle por las políticas de Donald Trump en EEUU: «Este hombre no deja de ser el producto de la frustración de un país y refleja a la América profunda. Allí este señor ha dicho en un acto público que es rico y nadie se escandalizó, es el sueño americano. Si yo, o cualquier político, dijera eso aquí la que se liaría», reflexiona con el cantante en Telecinco. «Me metí en política haciendo el ejercicio de honradez, no de pobreza», asegura para defender el sueldo de los políticos, apostillando que lo que se debe hacer siempre es pagar los impuestos religiosamente.

Miguel Poveda entró en su vida desde la admiración: «Lo conocí en un concierto en Huesca, al que fui con unos amigos y con mi chica. Siempre me ha gustado todo tipo de música. El flamenco me fascina. Nos hicimos amigos desde entonces y ahora quedamos de vez en cuando», ha confesado. Poveda ha aprovechado la coyuntura para definir a Beatriz: «Es un amor de chica, se complementan muy bien y tienen gustos parecidos, van al cine, al teatro… Ella es más tranquila y Albert más nervioso», ha subrayado entre risas.

Ya al final de la entrevista, jugando al ping-pong, Albert Rivera le ha preguntado a Bertín si alguna vez ha sucumbido a la política: «Sí, me han ofrecido y animado a meterme. Y lo cierto es que me metería a político. Lo mismo lo hago ahora que está Trump», ha confesado el cantante. Por su parte, Osborne ha querido saber si Albert ha padecido la ‘cobra’ en algún momento de su vida: «No, yo es que si no lo he visto claro, no me he lanzado. Prefiero que vengan a mí», ha asegurado. Rivera no ha puesto filtro pudoroso con Osborne a la hora de evocarse como presidente del Gobierno: «Si me tocara serlo, por qué no. Estoy para servir a los ciudadanos», ha cerrado su charla en el programa de Telecinco.

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