Según Carmena hay 160 prostitutas en Madrid pero la Policía le enmienda la plana: hay más de 1.000

El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado esta semana un plan «contra la trata de mujeres y otros abusos de derechos humanos en contextos de prostitución». En el documento se dice expresamente que hay «160 mujeres que diariamente se encuentran en contextos de prostitución en las calles de Madrid». Sin embargo, se trata de una cifra muy optimista ya que la Policía Nacional lo eleva a más de un millar.

Tal como informa el Cuerpo Nacional de Policía, tan sólo en la capital hay 400 pisos apartamentos donde se ejerce la prostitución. En cada uno hay al menos dos o tres mujeres. Por tanto, hay entre 800 y 1.200 prostitutas en pisos madrileños. A esto habría que sumar la prostitución callejera.

La alcaldesa Manuela Carmena ha aprobado este jueves un documento en el que recoge literalmente una realidad muy distinta: «Según los dispositivos municipales, la estimación de las mujeres que diariamente se encuentran en contextos de prostitución en las calles de Madrid es de 160 mujeres». En 2006, la primera edil pedía legalizar la prostitución y acabar con el delito de explotación sexual.

«No hay cifras trabajadas»

Fuentes del área de Políticas de Género y Diversidad, que gestiona la edil Celia Mayer, argumentan a OKDIARIO que «no hay cifras muy trabajadas de nadie». «Se intenta hacer una estimación pero cada organización hace la suya. Se registran denuncias por un lado y mujeres atendidas por diferentes organizaciones y dispositivos por otro. Ni siquiera esas cifras se ponen en común», se justifican desde dicha concejalía.

En ese sentido, desde el Consistorio indican que con el plan aprobado se hará una «investigación a fondo» para determinar con más exactitud la cifra real. «Hay datos de organizaciones que trabajan con víctimas y datos del Ayuntamiento que van registrando en la experiencia diaria, pero no hay datos buenos, una base de datos», indican fuentes oficiales.

Esas supuestas 160 prostitutas que trabajan a diario en Madrid, según el citado plan, se concentran en varios puntos. Entre otros, las calles Montera, Gran Vía, Desengaño, Ballesta, plaza de Benavente, calle Atocha, en la zona de Lago y Batán de la Casa de Campo, Capitán Haya y Cuzco, en los alrededores de Méndez Álvaro, en la colonia Marconi, en el polígono El Gato o en el paseo del Rey.

Más pisos

Ayuntamiento y Policía sí que coinciden en el fenómeno de los pisos clandestinos. El plan municipal detecta un aumento de los pisos y recoge que la última década se ha incrementado de forma exponencial el número de mujeres en prostitución.

El cambio de tendencia pasa porque muchas mujeres han comenzado o intensificado el ejercicio en espacios cerrados como clubs, pisos o por medio de Internet, lo que incrementa su vulnerabilidad al quedar invisibilizadas e inaccesibles a los recursos de atención, tanto públicos como privados. También se disparan los ‘flyers’ (folletos) con anuncios de servicios sexuales en las calles de la ciudad.

Mayer ha presentado con el plan 33 medidas y en total cinco millones de euros para esta cuestión. Por ahora no se interpondrán multas a los clientes, algo que podría cambiar con la ordenanza sobre esta materia que está promoviendo el PSOE de Puri Causapié.

Perfil

Las prostitutas son mayoritariamente nigerianas y rumanas, aunque cada nacionalidad tiene sus peculiaridades. En el primer caso, son redes donde hasta las familias están involucradas. La trata está aprobada por los padres de las mujeres al entender que es un sacrificio por el bien del porvenir colectivo. Estas mujeres son acogidas por una madame y hacen una ceremonia vudú. Además el ‘contrato vudú’ incluye el pago de una deuda de entre 30.000 y 50.000 euros para ser libre. Cruzan África por Argelia y Marruecos, donde también sufren agresiones sexuales.

Las mujeres rumanas caen en la técnica del lover boy o falso marido, que engatusa a mujeres muy jóvenes en pésimas situación económica y con familias desestructuradas. Aprovechan la vulnerabilidad de chicas de entre 15 y 17 años para comenzar obligarlas a prostituirse valiéndose de la dependencia emocional, del aislamiento y del control.

La franja de edad más frecuente es la de entre 35 y 44 años. Antes solían ser las de entre 25 y 34 años, al menos según el registro de atenciones. Según el Consistorio, el 25% de las prostitutas sí están claramente en situación de explotación sexual. Otra cuarta parte podría estarla sufriendo y la mayoría, el 51%, no sufre explotación.