Esto es lo que vas a cobrar con el nuevo salario mínimo en 14 pagas

El SMI o salario mínimo interprofesional es la cantidad mínima que debe cobrar un trabajador por su jornada laboral, sea cual sea su sector o tipo de contrato. El SMI no se calcula, sino que se fija cada año por el Gobierno, mediante la publicación en el BOE de un Real Decreto. Para establecer el valor del SMI, el Gobierno tiene en cuenta factores como el IPC, la productividad media nacional, el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional y la coyuntura económica general, además de tener como objetivo garantizar un nivel de vida digno a los trabajadores y sus familias así que tras darse a conocer cuál es la nueva subida, ya podemos saber lo que se va a cobrar con el nuevo salario mínimo en 14 pagas.

Lo que vas a cobrar con el nuevo salario mínimo en 14 pagas

El SMI para 2024 ha sido objeto de una intensa negociación entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal, que no ha llegado a un acuerdo. Finalmente, el Gobierno ha decidido aprobar una subida del 5% del SMI, con el apoyo de los sindicatos mayoritarios, CCOO y UGT, y el rechazo de la patronal, CEOE y CEPYME, que pedían una subida más moderada o incluso una congelación.

De este modo, el SMI para 2024 se ha fijado en 1.134 euros brutos mensuales por catorce pagas, lo que supone un aumento de 54 euros respecto al SMI de 2023, que era de 1.080 euros. Si se prorratean las pagas extras, el SMI mensual sería de 1.323 euros. El SMI diario se sitúa en 37,80 euros, y el SMI anual en 15.876 euros. Esta subida del 5% se aplicará con carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2024.

La subida del SMI afectará a más de 2,5 millones de trabajadores, según las estimaciones del Gobierno, de los cuales un tercio son mujeres y jóvenes. Estos trabajadores verán incrementados sus ingresos en unos 756 euros brutos al año, lo que supone un aumento del poder adquisitivo y una mejora de sus condiciones de vida.

Qué impacto tendrá el SMI en los trabajadores y las empresas

La subida del SMI tiene como objetivo principal reducir la pobreza laboral, es decir, la situación de las personas que trabajan pero no tienen unos ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 había en España más de 2,8 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social a pesar de tener un empleo.

La subida del SMI también pretende acercar el salario mínimo español al 60% del salario medio, que es el umbral que recomienda la Carta Social Europea para garantizar una remuneración adecuada a los trabajadores. Según el Ministerio de Trabajo, el salario medio en España en 2023 era de 1.808 euros brutos mensuales, por lo que el 60% sería de 1.085 euros. Con la subida del 5%, el SMI se sitúa en el 62,7% del salario medio, lo que supone un avance significativo respecto al 59,7% que representaba en 2023.

La subida del SMI también tiene un efecto sobre la recaudación fiscal y la Seguridad Social, ya que al aumentar los ingresos de los trabajadores, también aumentan las cotizaciones y los impuestos que pagan. Según el Gobierno, la subida del SMI generará unos ingresos adicionales de unos 500 millones de euros para las arcas públicas.

Sin embargo, la subida del SMI también tiene un impacto negativo sobre las empresas, especialmente las más pequeñas y las más afectadas por la crisis económica derivada de la pandemia. La patronal considera que la subida del SMI supone un incremento de los costes laborales que puede poner en riesgo la viabilidad y la competitividad de muchas empresas, y que puede frenar la creación de empleo o incluso provocar la destrucción de puestos de trabajo.

Según la CEOE, la subida del SMI tendrá un coste adicional para las empresas de unos 1.500 millones de euros, lo que supone un aumento del 0,8% de la masa salarial. La patronal advierte de que esta medida puede afectar especialmente a los sectores más castigados por la pandemia, como el turismo, la hostelería, el comercio o la cultura, que son los que tienen una mayor proporción de trabajadores con salarios bajos.

Como vemos el SMI es una herramienta fundamental para garantizar un nivel de vida digno a los trabajadores y sus familias, y para reducir la pobreza laboral y las desigualdades sociales y económicas. Sin embargo, el SMI también tiene un impacto sobre las empresas y el mercado laboral, que puede ser positivo o negativo dependiendo de la magnitud, el momento y las condiciones de su aplicación. Por ello, la fijación del SMI debe ser el resultado de un diálogo social equilibrado y consensuado entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal, que tenga en cuenta las necesidades y las capacidades de los trabajadores y las empresas, y que se adapte a la realidad económica y social de cada momento.