España inmersa en el caos de la reapertura de las fronteras mientras Italia ya recibe turistas

Primero fue la cuarentena de 14 días que deben guardar todos los turistas extranjeros, ahora al Gobierno de Pedro Sánchez le ha entrado prisa para salvar la temporada estival del turismo español y ha cambiado la estrategia para pasar a impulsar la locomotora de la economía nacional. Una decisión que llega tarde, ya que España se sitúa a la cola de la reapertura de las fronteras, mientras Italia se mantiene a la cabeza con la llegada de turistas.

Europa se ha lanzado a la caza de los turistas extranjeros con el objetivo de conseguir la reactivación del sector en la temporada estival, mientras España se distancia de sus socios europeos. En juego: 27 millones de empleos directos y el futuro de más de dos millones de empresas en la eurozona.

Caos en la reapertura de fronteras

Una situación que se suma a la desconfianza que está generando en los viajeros extranjeros las constantes enmiendas del Gobierno de Sánchez durante la gestión de la crisis del coronavirus. En esta ocasión la marcha atrás ha tardado menos de tres horas desde que esta mañana, la ministra de Industria, Turismo y Comercio, Reyes Maroto, informase de que las fronteras con Francia y Portugal se abrirían el 22 de junio. Sin embargo, ha rectificado: la movilidad internacional tendrá lugar a partir del 1 de julio. Nunca antes.

«Con arreglo al principio de gradualidad, y teniendo en cuenta los compromisos anunciados de reapertura del turismo internacional, la movilidad internacional segura tendrá lugar a partir del 1 de julio», explica la nota que desmiente el anuncio de Maroto.

Un mes después de Italia

El Gobierno anunció el pasado 25 de mayo que España levantará la cuarentena para los turistas extranjeros el próximo 1 de julio, con lo que ponía fecha a la reapertura al turismo internacional. Sánchez eliminará las restricciones que impuso al sector turístico un mes después que Italia, que desde el pasado 3 junio recibe visitantes procedentes de otros países.

Giuseppe Conte ha tomado la delantera en Europa. Italia fue el primer país en echar el cerrojo para contener el avance del coronavirus, pero también el primero en comenzar la carrera por recuperar turistas este verano, tras la parálisis en el sector provocada por la limitación de los desplazamientos dentro y fuera de sus fronteras para controlar la evolución del coronavirus. De esta forma, el Gobierno italiano opta por asumir «un riesgo controlado» y abrir el país al turismo.

En el aeropuerto de Fiumicino de Roma se prevé la llegada de una treintena de vuelos internacionales, aunque sólo estará operativa una terminal. El Gobierno de Conte ha desplegado importantes medidas de seguridad como controles de temperatura y la obligación de usar mascarilla.

Mientras el resto de Europa…

Por su parte, el Gobierno alemán tiene planeado levantar las restricciones de movilidad para los países europeos a partir del 15 de junio. El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, ha anunciado este miércoles que el país pondrá fin a estas restricciones este día para 29 países europeos.

Misma fecha que Portugal. Así, el Gobierno portugués mantendrá el cierre de fronteras terrestres con España para la llegada de turistas hasta dicha fecha y seguirán las medidas impuestas para frenar la transmisión del coronavirus.

Otro de los grandes competidores de España en la caza de los turistas extranjeros es Grecia, que reabrirá el turismo el próximo 15 de junio, pero solo para personas procedentes de 29 países, la mayoría de la Unión Europea, aunque de momento España no se encuentra en la lista. Si podrán viajar turistas procedentes de Alemania, Corea del Sur o China.

Sánchez sitúa a España a la cola de Europa

Un calendario que sitúa a España a la cola de Europa, a pesar de que el sector turístico aporta el 15% al Producto Interior Bruto (PIB) a la economía nacional y que mueve casi el 15% de la población activa española. En juego: más de dos millones de empleos.

Además, España se enfrenta a un desplome del turismo sin precedentes, tras encadenar cuatro meses de pérdidas por el impacto de la crisis del coronavirus. Los negocios dependientes del ‘sol y playa’ español se enfrentan a la temporada estival, después de perder 30.000 millones de gasto turístico y 27 millones de visitantes extranjeros.