La segunda juventud de Modric

• Nacho Atanes
• 17/07/2020 19:00

El título de Liga del Real Madrid ha tenido como base la regularidad de una plantilla equilibrada y con escasas grietas, pero el rush final post-confinamiento, con 10 victorias en otros tantos partidos, ejerció de elemento diferencial para llevar al museo del Bernabéu la 34ª Liga. En ese tramo, varios jugadores fueron los líderes esperados y en ese grupo, aunque a priori no se le esperaba, estuvo también Luka Modric, preparado para destacar en el momento justo.

Luka ha sido titular en todos los encuentros posteriores al parón a excepción del triunfo en Anoeta ante la Real y el duelo frente al Granada, en el que cumplió sanción por acumulación de tarjetas amarillas. Camino de los 35 años, la cuesta abajo de Modric parecía una realidad, pero su rendimiento se ha empeñado en afirmar lo contrario hasta el punto de que Zidane, jugándose la Liga en cada partido, no se pudo permitir el lujo de prescindir del ’10’ en ocho de los nueve choques en los que estuvo disponible.

Modric es desequilibrio desde el puesto de interior, pero también es inteligencia, táctica y llegada. Todo ello es lo que le hizo ser elegido Balón de Oro 2018 y lo que ha vuelto a auparle a la élite en un tramo en el que ha recordado al jugador que mandaba en Europa y lideró el centro del campo en el triplete de Champions del Real Madrid.

El nivel de Luka, unido a la regularidad, dentro de la excelencia, de Casemiro y Kroos en sus roles, explica la fortaleza del Real Madrid y su triunfo en un encuentro tras otro después del confinamiento. El Real Madrid tiene una columna vertebral marcada, y en ella, con Modric de nuevo al 100%, hay tres piezas en el centro del campo, algo que ningún equipo en el planeta puede igualar.

Se planteó marcharse a final de temporada

El nivel de Modric llevó al club y al propio jugador a plantearse, a final de 2019, una salida del equipo a final de temporada, con la MLS apretando para hacerse con sus servicios. Sin embargo, el Real Madrid puso la decisión en manos de Luka, y el croata, ya antes del confinamiento, optó por permanecer una temporada más en la disciplina merengue.

Modric no quería despedirse del Real Madrid como suplente –Fede Valverde se había hecho con el puesto en el once– y trabajó a destajo para volver a ganarse la confianza de Zidane si había reanudación. El resto ya es historia y el ’10’ completó un tramo final de Liga casi perfecto, haciendo honor a su número, y que tendrá su prolongación en la 2020-21, donde volverá a formar parte del equipo que le ha elevado a la categoría de leyenda del siglo XXI.