RAMÓN TENÍA RAZÓN

Los consejos a Vinicius

Quien hace referencia a la raza de una persona con ánimo de ofenderla está profiriendo un insulto racista. Si todos tuviéramos claro esto que resulta tan sencillo de entender cuando se lee, no escucharíamos la sarta de barbaridades que tratan de justificar lo que está ocurriendo con Vinicius.

A los críticos, u odiadores en muchos casos, de Vinicius les molestan muchas cosas del brasileño. Cómo celebra los goles, que regatea mucho, que protesta cuando le hacen falta o contra los árbitros o que se revuelve muy rápido cuando le provocan. Incluso que inicia peleas. Para todas esas actitudes de Vinicius existen términos válidos para criticarlas. Le podrían llamar chulo, chupón, bocazas o incluso macarra. Sin embargo, cuando el racista utiliza el color de su piel para molestar a Vinicius, muchos nos acaban explicando que esas actitudes explican por qué a Vinicius sí y a otros no. Como si llegasen a ese tipo de razonamientos cuando hablan de acoso escolar. Siempre hay un pero que invalida o matiza la crítica al insulto racista anterior. Y no se dan cuenta porque en muchas ocasiones es la fobia antimadridista lo que les impulsa contra Vinicius.

A Vinicius se le dan consejos para hacerse pasar por un buen negro. Uno de esos que no moleste y, por tanto, no saque el racista que lleva dentro el que le insulta. «Es la forma más inteligente de llevarlo», le dice gente que después no aguanta ni un segundo sin saltar en cualquier tertulia futbolera en la que siente atacado a su equipo o se siente ofendido por el comentario de otro tertuliano. Resulta fácil vender consejos a quien lleva sufriendo un acoso repugnante desde que aterrizó en este país a los dieciocho años. Y claro que pueden existir personas que lo llevasen «mejor», pero en ningún caso eso resulta exigible a la víctima.

Vinicius, estrella mundial del Real Madrid, no está dispuesto a llevarlo mejor o ignorarlo. Primero porque le afecta y segundo porque ha detectado que está ante una oportunidad única de darle visibilidad a un problema que debería avergonzarnos como sociedad. Vinicius no piensa ganarse la paz siendo un negro bueno y dócil. Vinicius tiene derecho a ser un bocazas y que eso no lleve al racismo y acoso permanente. Ya hace tiempo que me di cuenta que darle consejos para llevarlo mejor, además de inútil, era otra forma de alimentar el problema.

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