Tebas sigue anclado en el pasado: «No habrá ni disminución de clubes ni cambio de formato»

Mientras la industria del fútbol estudia soluciones a la crisis generada por la pandemia y busca nuevos formatos para enganchar a las audiencias jóvenes, directivos como Javier Tebas parecen vivir anclados en el pasado negando cualquier tipo de innovación. El presidente de la Liga atacó a Luis Rubiales por estar abierto a nuevas ideas como la reducción de clubes de Primera División, pese a que todas las grandes ligas se encaminan a ello.

«Pues va a ser que no. Ni disminución de clubes, ni cambio de formato. Rubiales se suma a la ‘barra del bar clandestino’ a las 5 de la mañana y sale desinformado con las ocurrencias que manejan. Eso, o le pasa como a Infantino, que le gusta el proyecto de Superliga pero se esconde», dijo Tebas en su cuenta en Twitter.

El presidente de la Liga, que acaba de ser pasada por la derecha por la Serie A en YouTube, presiona para que los grandes clubes europeos no consigan reformar el fútbol tal y como lo conocemos. Equipos como Real Madrid o Barcelona, que acumulan pérdidas millonarias por la pandemia y por regalar los derechos televisivos a clubes que no generan su notoriedad, han dicho basta y se han alineado para buscar una solución que pasa por la creación de la Superliga Europea.

La UEFA, bastante más consciente que Tebas de la situación, se ha puesto manos a la obra para alcanzar un punto de acuerdo con los grandes clubes sentándose a negociar una reforma de la Champions League. El presidente de la Liga, mientras tanto, continúa liándose la manta a la cabeza pensando que con este comportamiento puede amedrentar a los clubes que le mantienen el chiringuito en pie.

Tebas tiene que vender próximamente en subasta los derechos televisivos de la competición y todo apunta a que ingresará bastante menos de lo que espera. No es culpa del Barça o el Madrid no poder permitirse a Haaland, Mbappé o cualquier estrella que se precie, el problema es que no les salen las cuentas con el reparto actual y Tebas sabe que a este paso sus días pueden estar contados. La evidencia es clara: las estrellas no vienen a España porque no hay dinero.