El Real Madrid desata la tormenta perfecta en Murcia (61-89)

El Real Madrid fue una tormenta, un vendaval que arrasó Murcia y con ello a un UCAM que terminó apalizado por la versión más completa de los blancos, que siguen líderes de Liga Endesa y demostrando semana a semana que son el equipo más en forma de la competición. Bajo la dirección de un gran Llull y con la muñeca de Carroll atinada, el equipo dirigido por Pablo Laso borró de la pista a su rival para sumar la decimosexta victoria del curso.

Dos bajas importantes como las de Rudy (lesión) y Ayón (descanso), no amedrentaron a un Real Madrid que salió a comerse el Palacio de los Deportes de Murcia. Con un Felipe dominante desde la posición de cinco y una defensa en zona y de altura, dos tapones escandalosos de Randolph incluidos, los blancos borraron del mapa a una UCAM que sólo sobrevivía desde los triples de Benite, insuficientes para hacer frente a la marea blanca, que inundaba de baloncesto el partido.

Inconformistas en el día a día, la entrada de Chapu Nocioni, que comienza a coger peso, le dio un punto más de intensidad a los de Pablo Laso, que imposibilitaron el ataque de los universitarios, totalmente superados ante el dominio aplastante de un rival sin grietas patentes en la pista. Bajo la dirección de Llull y Draper, los blancos establecieron ventajas alrededor de los veinte puntos de diferencia y confirmando una de las mejores primeras partes de la temporada tanto en defensa como en el lanzamiento exterior.

El color del partido no había dejado nada satisfecho a Fotis Katsikaris, que le puso las pilas a los suyos y obtuvo como resultado un parcial de 9-2 para reducir las distancias aunque sin bajar la barrera de los diez puntos. Sin conocer nervio alguno, Sergio Llull tomó las riendas para seguir poniendo piedras en su balanza, que subía a la vez que caía la de un desquiciado Campazzo, y bajo su mandato los veinte de diferencia volvieron al marcador.

El partido solo lo estaba jugando el Madrid, y muestra de ello fue la entrada de Trey Thompkins, inédito en la primera parte, pero que con cinco puntos casi seguidos puso una ventaja de treinta puntos y decía adiós a las pocas opciones de agarrarse al partido que le quedaban a UCAM. Los minutos, de la basura, sirvieron para dar minutos a Álex Suárez, disfrutar un rato más de un gris Doncic y cerrar una victoria del Real Madrid que este domingo sí pudo jugar, y arrasó.