El Olympiacos protege la banca

El Olympiacos ha cumplido con los pronósticos y se ha convertido en el primer finalista de la Euroliga después de eliminar al Monaco (76-62) en el partido inaugural de la Final Four de Kaunas. Faena exigente pero exitosa para el mejor equipo de la liga regular, que perdía por 12 puntos al descanso y exhibió su mejor versión en la segunda parte apoyado por su afición, inmensamente superior en número para convertir el Zalgirio Arena en el Pireo.

El equipo griego, tricampeón de Europa, vuelve a una final de la máxima competición europea seis años después de su última presencia, cuando perdió con el Fenerbahce en Estambul. Aún más lejos hay que remontarse a su último título, concretamente hasta 2013, en aquella final que le ganó al Real Madrid en Londres.

A veces basta con poner el microscopio sobre una parte para explicar el todo. En este caso, en el tercer cuarto de esta primera semifinal, cuando el Olympiacos desató un vendaval que arrasó con el partido y con las ilusiones del Monaco. Diez minutos celestiales en cada milímetro de la cancha para sellar un parcial de 27-2 y destrozar a su rival, debutante en una Final Four.

PARA CULMINAR UN 27-2 DE PARCIAL EN EL TERCER CUARTO, para que 5.000 griegos tiren abajo el Zalgirio Arena 🙌🏻🙌🏻

De perder de 12 al descanso a ganar de 13. ¡La reacción de Olympiacos es un verdadero escándalo! 💥💥💥

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— DAZN España (@DAZN_ES) May 19, 2023

Y eso que los monegascos amenazaron con hacer saltar la banca tras una sobresaliente primera parte en la que brillaron en defensa y encontraron a Mike James en ataque (29-41). Su sueño de grandeza murió atropellado por el tren griego pilotado por el MVP Sasha Vezenkov (19 puntos) y Kostas Papanikolaou (15).

Con el viento soplando muy a favor y un +13 favorable, el Olympiacos controló el juego sin problemas en el último parcial y confirmó su pase a la final sin agobios para delirio de su afición, tan ruidosa y exaltada como siempre. El baloncesto griego vuelve a situar a un equipo entre los mejores del continente tras un lustro de zozobra.