Nadal anula a Basilashvili y se cita con Thiem en cuartos

Rafael Nadal despejó cualquier tipo de duda sobre su favoritismo para ganar el US Open. Después de un duelo de tercera ronda en el que estuvo contra las cuerda por mérito de Khachanov, el número uno del cuadro se deshizo de Nikoloz Basilashvili en poco más de tres horas en un encuentro en el que Rafa siempre estuvo uno o dos puntos por encima de su rival, a pesar de la notable actuación de este. En cuartos de final espera Dominic Thiem, que se cargó al vigente finalista del torneo, Kevin Anderson.

El único precedente entre ambos jugadores no era la mejor referencia para medir las posibilidades de Basilashvili de cara al encuentro. Rafa no venía tras su mejor partido, en el que el desgaste físico y mental podía mediar en su contra, pero el 6-0. 6-1, 6-0 que le endosó al georgiano en su duelo en Roland Garros 2017 era imposible de evitar a la hora de asegurar el favoritismo total del de Manacor.

Los primeros juegos de Basilashvili dejaron constancia de la estrategia a seguir por el georgiano en el partido. Dominio absoluto y concentración al servicio y riesgo máximo en el revés, un todo o nada que Rafa dejó en blanco, paciente a la espera de que su rival se relajara con su saque. Ocurrió en el séptimo juego del partido, con dos errores no forzados innecesarios de Nikoloz, que derivaron en un break que puso en marcha el parcial finiquitado en el 6-3 con el que se cerró la manga inaugural.

Muchas de las opciones del georgiano para optar a la victoria estaban, tal y como sucedió con Khachanov, en el primer set. Una vez en el bolsillo de Nadal, Basilashvili tardó en asimilar la pérdida y por el camino Rafa se hizo un una rotura inaugural que le daba un pequeño colchón que poder administrar el resto del parcial, siempre que su servicio respondiese.

La ventaja iba a ser demasiado pesada para Basilashvili, pues Rafa confirmó su mejoría al servicio, acompañándola de varios saques directos que contrastan con su cero en tercera ronda. El resultado de este cóctel, aderezado por una nueva cesión del número 37 del ranking ATP, que veía volar también el segundo parcial, y con el mismo resultado del primero. Los cuartos de final estaban sólo a un paso para Nadal.

Un arrebato de inspiración permitió que el aficionado medio viera, con algo de continuidad, el juego más efectista que efectivo de Basilashvili, aunque sólo le sirvió para romper una vez a Nadal. Con casi cualquier otro jugador, Niko habría contado con margen para autodeclararse favorito en el parcial, pero la reacción del líder del ránking no se hizo esperar, con un contrabreak que hizo regresar la paridad a la llegada de los juegos decisivos del set.

La resistencia de Basilashvili propició unos intercambios espectaculares, con un ritmo de bola pocas veces visto y en el que Nadal, a pesar de no ser su juego preferido, se adaptó a las mil maravillas para no salir perdiendo. Una vez llegados al tie break, el nivel de juego de ambos contendientes siguió en todo lo alto, hasta llegar a la sublimación por parte del georgiano, que se apuntaba la tercera manga para delirio de un público deseoso de seguir disfrutando con este gran partido.

La gasolina pareció acabársele a Basilashvili en el cuarto set, hasta el punto de ceder tres de los primeros cuatro juegos iniciales. Sin embargo, el hecho de levantar el quinto, que le habría colocado en caso de perder con pie y tres cuartos fuera del cuadro, resucitó a Nikoloz en uno de los días de mayor inspiración de su carrera. Enfrente, un Nadal extramotivado se frustraba con la cantidad y la calidad de los winners de su rival, pero una vez llegada la hora de la verdad, el balear no falló y sumó tres juegos consecutivos para cerrar poco más tarde el partido y su pase a cuartos, que será una cita con Dominic Thiem.