Carlos Sainz no puede terminar su carrera más increíble

Carlos Sainz Jr. demostró que es un piloto de raza, de puro pundonor, tras casi firmar una gesta al alcance de muy pocos. El madrileño salió el último en el Gran Premio de Rusia tras convencer a los médicos de que era apto para tomar parte en la carrera. «Sólo me dolía el cuello y la espalda. Con Ibuprofeno estaba bien para competir», comentó. El joven corredor no iba de farol. No en vano, llegó a ir en la séptima posición de carrera hasta que los frenos de su Toro Rosso dijeron basta. Había remontado 13 puestos desde el vigésimo puesto en la parrilla de salida y hubiese terminado quinto de continuar tras los abandonos de Ricciardo y Bottas en los últimos lances.

El GP de Rusia se caracterizó por los múltiples incidentes en carrera que provocaron que el coche de seguridad tuviera que entrar en dos ocasiones en trece vueltas. Los abandonos fueron muy bien aprovechados por Alonso y Sainz para ganar posiciones arriesgándose a ir con un único juego de ruedas el resto de la carrera. «Pienso que estaba haciendo mi mejor carrera del año. Fui guardando frenos y gasolina desde la vuelta 20 para prevenir lo que al final me ocurrió. Yo estaba muy bien, pero todo se fue al traste», dijo Sainz, visiblemente decepcionado tras tanto esfuerzo. El español se quedó a seis vueltas de terminar tras hacer un trompo con sus frenos de disco en llamas.

Tanto accidente corrió en beneficio de un Fernando Alonso que pudo celebrar su carrera 250 con un punto sobre la bocina. El español se benefició de una colisión entre Kimi Raikkonen y Valtteri Bottas, que acabó con el segundo de ellos contra un muro neumático. «Hemos hecho una buena carrera cumpliendo el objetivo que era seguir dando pasos adelante en cuanto a fiabilidad. Los dos coches en los puntos es buena noticia. Ahora queremos mejorar las prestaciones y sacar más información de cara a la próxima temporada», dijo Alonso. La FIA, sin embargo, entró posteriormente de oficio y le quitó el punto obtenido por «sobrepasar reiteradamente los límites de la pista».

La carrera fue un monólogo de Lewis Hamilton tras el abandono de su compañero Nico Rosberg por problemas en el pedal del acelerador. El británico no cedió en ningún momento la primera posición y en el próximo Gran Premio, en Austin, podría proclamarse tricampeón del mundo de Fórmula 1.