El Bernabéu la tomó con Benzema

“Tiene que pasar siempre un examen. Todo el mundo tiene que hacerlo, pero él quizá más que otros», decía un resignado Zinedine Zidane sobre Benzema en la previa del encuentro que ha enfrentado al Real Madrid y al Sporting de Gijón. El galo es uno de los mayores protectores del delantero y era consciente de que frente a la escuadra asturiana se iba a enfrentar al examen más complicado, el del Santiago Bernabéu.

Es probable que parte de la grandeza del Real Madrid resida en la exigencia que siempre impone su público. Una afición fría, que exprime al máximo a sus jugadores y que está cuando más se la necesita. Ante el Sporting, Benzema se encontró al madridismo más helado que le regaló alguna pitada. Y eso que Karim volvía a casa tras ser el héroe el pasado martes en Lisboa haciendo el gol de la victoria. Pero contra el Sporting no dio la talla.

Benzema estuvo desaparecido. Se volvió a ver al francés más gélido que tanto de quicio saca a la parroquia blanca. Nadie duda de su calidad, pero su frialdad en determinados momentos hace que el Bernabéu siempre le espere con desconfianza. Pocas cosas gustan menos por Chamartín que la indolencia de sus jugadores. Y Karim de eso tiene a raudales.

Frente al equipo dirigido por Abelardo sólo gozó de una ocasión de gol. Fue en la segunda mitad cuando enganchó un cabezazo que atajó Mariño en lo que fue una gran intervención. Poco más se puede destacar de su actuación. Fue el jugador del Real Madrid que menos tocó el balón, el que menos pases dio y tan sólo tiró una vez a portería. Unos registros que provocaron que el Bernabéu le pitara en la segunda mitad, cuando la paciencia se había terminado.

Benzema, que conoce perfectamente su casa, sabe que tiene que dar un poquito más para que le demuestren cariño. Pero él es así y ya piensa en vacunar al Barcelona en el próximo sábado para limar asperezas con los que más le quieren y a la vez más le exigen.