Al Barça no le hicieron falta Messi ni Luis Suárez para ganar por pegada

El Barcelona logró estrenarse con victoria en su primer compromiso de pretemporada. El equipo azulgrana se impuso al Celtic de Glasgow por 1-3 en un partido en el que todos los goles llegaron en la primera parte, dando paso a los canteranos en los segundos 45 minutos. Arda, Ambrose (p.p) y Munir fueron los anotadores.

El inicio del partido trajo de inmediato emociones fuertes ya que, tras un error en salida de la defensa azulgrana, Patrick Roberts –el más destacado del Celtic– pudo plantarse en el área culé mandando el balón fuera por pocos centímetros con Masip ya batido. Sólo habían pasado diez segundos desde el pitido inicial y el Barcelona dejaba sus primeras dudas.

Sin embargo, la gran labor del hoy mediocentro Sergi Roberto pronto devolvió la calma a los azulgana, que en el minuto 10 se adelantaron en el marcador tras una virtuosa jugada de Aleix Vidal desde la banda derecha que Arda Turan se encargó de rematar a la red con un colocado disparo ante el que nada pudo hacer el meta del Celtic, Fasan.

Las sensaciones, a pesar del gol, no eran las mejores para el Barcelona, que vio como durante la primera parte el Celtic ejecutó más del doble de disparos –siete, por tres culés– que ellos, viéndose penalizados por la gris actuación de Leo Messi, al que se notó falto de ritmo después de haber regresado hace solo unos días de vacaciones.

El Celtic encontró el premio a su competitividad con un tanto logrado tras un grave error del canterano José Luis Martínez, que falló un control en su propio área, dejando en bandeja a Griffihs el empate. Poco duró la alegría a los escoceses, pues Ambrose introdujo el balón en su propia portería para volver a otorgar ventaja al Barcelona. 

Al filo el descanso, una buena jugada colectiva caía en los pies de Luis Suárez, desaparecido hasta el momento, que regaló a Munir el 1-3, con el que finalizó la primera mitad.

Messi y Suárez fuera, canteranos, dentro

La segunda parte trajo las habituales rotaciones con la entrada de canteranos que, de no estar en pretemporada, no tendrían la oportunidad de vestir la camiseta del Barcelona salvo plaga de lesiones. Messi se quedó en el banquillo y los Samper, Aleña o Carbonell iban entrando al campo para intentar cubrir las exigencias de todo un Barcelona.

La bajada de nivel se pudo ver en el ritmo del partido, que comenzó a estar controlado por los niños culés, que no podían inquietar la meta rival. El Celtic, que también movió su banquillo, no ofrecía respuesta, demostrando que en estos momentos se encuentra muy lejos de su mejor momento. 

Los minutos se sucedían y el Barcelona acabó por cambiar su equipo por completo, a excepción de un Aleix Vidal que ha pasado de ser prácticamente marginado por Luis Enrique dentro de la rotación a portar el brazalete de capitán. Un par de destellos de Aleñá y un disparo de Alfaro fue lo único reseñable de los últimos instantes del estreno de pretemporada del Barcelona.