Una infidelidad y un crimen aparentemente pasional: Arturo del Burgo da el salto a la novela negra

Arturo del Burgo (Pamplona, 1979), abogado de profesión y escritor por verdadera devoción, regresa con una nueva novela, pero en esta ocasión ha cambiado completamente de escenario y de género. No mientas. Toda infidelidad merece un castigo (Newton Compton Editores) es un trepidante relato sobre la investigación de un crimen que, sin duda, engancha desde el primer segundo. Su debut en el género de suspense ha conquistado a los lectores, pero también a los críticos. De hecho, sus derechos audiovisuales ya han sido adquiridos por Filmax para una futura adaptación.

Daniela aparece asesinada en un hotel en las afueras de San Sebastián. Hasta allí se traslada de inmediato la subinspectora de Policía, Adriana Collante, con el fin de poder dirigir una investigación que se hace complicada desde el principio porque prácticamente no hay sospechosos, aunque la sensación del lector es que todos lo son.

El asesinato de la bella Daniela

Y es que Daniela tiene una aventura con un importante empresario del sector tech, Goyo, que es a quien espera en la habitación de hotel el día en el que encuentra la muerte. Cuando entra encuentra a su bella amante esposada y con los ojos vendados, simulando de esta forma un inocente juego sexual, y con varias puñaladas muy violentas. De esta forma, y quedando al descubierto la infidelidad, los principales sospechosos de este crimen pasan a ser el propio Goyo, su esposa y el marido de Daniela, Gorka.  

En esta historia, además, también hay un periodista, Igor, que recibe un e-mail del asesino anunciando el crimen de Daniela antes de que ocurriera. En principio, el periodista cree que es una tomadura de pelo, pero al ir al hotel por curiosidad e instinto periodístico, descubre que lo que relataba el asesino era la más pura verdad.

Del Burgo ha disfrutado escribiéndola

Es verdad que todo comienza con una infidelidad, lo que nos hace pensar que estamos ante un crimen pasional, de celos y de venganza por parte de sus parejas; pero todo se torna mucho más complejo de lo que parecía en un principio. A través de una página web imposible de suprimir o desactivar se van anunciando asesinatos en serie sólo unos minutos antes de que sucedan. De esta forma, la subinspectora Adriana y su equipo comienzan a trabajar a contrarreloj para encontrar a un asesino que, a pesar de los avisos, siempre les da esquinazo.

No mientas es una historia con una trama muy bien hilada, sin lagunas y nacida con la capacidad de tener el corazón en vilo página a página. Todo ello denota que Del Burgo se ha documentado muy bien para escribir esta novela marcada por el crimen y que, además, ha disfrutado escribiéndola para unos lectores ávidos de saber qué pasará con este asesinato a sangre fría.

Lo sórdido de la mente humana

Pero, además, con este thriller de suspense, Del Burgo muestra cómo la mente humana tiene un gran interés en los crímenes y en la parte más sórdida de las personas.

La página web donde se relatan los hechos antes de que pasen, crece como la espuma una vez que la noticia de la muerte violenta de Daniela se conoce a través de la prensa. Todo eso hace que las descargas de los relatos se multipliquen, financiando –quizá sin querer– los asesinatos de un psicópata ávido de muerte. 

Cada uno de los personajes tiene su poder sobre el lector, pero es la subinspectora Adriana quien se cuela en el corazón de los lectores. Es una policía que cree en su trabajo y en sus compañeros, con los que trabaja con respecto y admiración.

Es un personaje femenino con muchísima fortaleza, igual que la protagonista de su anterior novela –Un lugar al que volver– que tiene una gran capacidad de trabajo, es instintiva e inteligente; pero también Del Burgo es capaz de mostrarnos que tras una agente de Policía como esta, con responsabilidad y con compromiso, también hay dramas y problemas personales que tiene que resolver. Porque aquellos que luchan contra el crimen y la maldad, también tienen que lidiar con sus propios fantasmas, los del pasado y los del presente.

El final tiene un giro fascinante.