Tanto en moda, en alimentación, así como en belleza, las nuevas tendencias son imparables… e infinitas. Hoy nos centramos en la última novedad en cuanto a cosmética: slow beauty, la nueva corriente que dice adiós a los estereotipos. Nuestra piel necesita una pausa y el mundo también, slow beauty nos enseña a dedicarnos el tiempo necesario, sin prisas, para poder alcanzar el bienestar interno. Estamos frente a una filosofía de la belleza que conecta con el medioambiente y con uno mismo, ya que no solo busca el autocuidado, sino también usar menos productos y que estos sean responsables con el medio ambiente. En resumen, si queremos potenciar nuestra belleza debemos cuidarnos por dentro, por fuera y a nuestro entorno. ¿Quieres saber más sobre esta corriente de belleza? Sigue leyendo, hoy te contamos todo sobre la slow beauty.
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Slow beauty, la cosmética con alma
Slow beauty llega para quedarse. Esta nueva corriente propone un cambio de actitud en nuestra búsqueda de la belleza, basado en el autocuidado y el bienestar. Sus principios se asemejan a la corriente de la slow food o la slow fashion.
Es una filosofía innovadora que va más allá de las cremas, serúms y aceites. Esta nueva tendencia hace referencia a un cambio de hábitos, a tomarnos la vida con calma, despacio, saboreando cada momento y viviendo acorde a nuestros valores. Supone un cambio de actitud ante la búsqueda de la belleza, sin prisas y basada en la armonía del tiempo y, sobre todo, en el uso de cosmética natural acorde a un ritmo de vida totalmente saludable.
Con la slow beauty nos entregamos a un estilo de vida sano, y para ello, debemos seleccionar aquellos productos y técnicas que nos hagan sentir bien, que sean lo más naturales y saludables para nuestro cuerpo y nuestra mente.
Cosmética detallista y sin complicaciones
Di adiós a las prisas, en la slow beauty no están permitidas y para cumplirlo debemos comenzar con la elección de los productos. Despierta tus sentidos; tacto, vista, olfato… Busca cosméticos con alma y lo más naturales posibles.
No te compliques, utiliza cosméticos que se adapten a tu piel y a tus necesidades, cíñete a lo que te funciona y a lo que te hace brillar. Es fácil, sin complicaciones, solo requiere practica y aprender a conectar con una misma, disfrutar del cuidado personal.
¿Dónde surge el concepto de la slow beauty? Esta corriente comenzó a practicarse en centros de belleza y spas, espacios que son una especie de vía de escape para alejarnos del estrés diario. Poco a poco se fue generalizando.
No estamos hablando de un protocolo técnico en el que se necesiten años de experiencia, más bien todo lo contrario, es aprender sobre la marcha y aprender a conectar contigo mismo.
El masaje es el gran adalid de esta tendencia de belleza, uno de los recursos terapéuticos más antiguos utilizados por el ser humano, relajar el cuerpo y la mente buscando bienestar.
La slow beauty implica también cuidar los detalles; la calidez, la música, los olores, las velas y el entorno… todo es importante.
Mandamientos
- Dormir 8 horas diarias.
- Comer sano, de forma consciente, despacio y disfrutando de cada bocado.
- Beber agua regularmente.
- Evita el estrés y las prisas.
- Desconecta al llegar a casa.
- Hacer ejercicio.
- Abrazar la positividad y evitar la negatividad.
- Aprender a no depender de los aparatos electrónicos.
- Disfrutar de hobbies tranquilos, por ejemplo leer.
- Evitar el alcohol diario.
- Crear una rutina relajante antes de dormir; masaje en los pies, una infusión, música…
- Limpiarse la piel cada noche y cada mañana, sin prisas y con mimo.