La doctora Carmen Martín es afamada por sus protocolos de última generación y creadora de la técnica de lifting Arcolift con hilos tensores. Es experta en tratamientos antienvejecimiento y posee la calificación Cum Laude en su doctorado, además, recibió el Premio Extraordinario de Licenciatura en Medicina y Cirugía en 1990. Con una trayectoria profesional de más de 20 años de experiencia ha realizado publicaciones tanto a nivel nacional como internacional.
En COOLthelifestyle tuvimos la oportunidad de conocer a la doctora de primera mano. Junto a ella, hemos ahondado en el mundo de la Medicina Estética, concretamente en la técnica de los hilos tensores. ¿Qué son los hilos tensores? ¿Cuánto duran? ¿A qué edad deberíamos empezar a hacernos retoques? No te pierdas la entrevista completa y ¡DALE AL PLAY!
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Hablamos con la Dra. Carmen Martín
La Dra. Carmen Martín Marcos es especialista en Medicina Estética y Cosmética con más de 20 años de experiencia. En su trayectoria ha ejercido como médico estético y directora médica en diversas clínicas. Una labor que aún mantiene y compagina con su propia clínica de medicina estética en Madrid y su faceta como investigadora y docente.
«Siempre digo que la medicina estética primero es medicina. Yo trabajo desde la salud del paciente. No voy a hacer tratamientos que vayan en contra de cualquier patología, o algo que pueda ser exagerado, antinatural… Hay que conocer al paciente, sus enfermedades, sus alergias, que eso es realmente lo importante de estar en un centro médico y con los conocimientos de medicina previos a la medicina estética».
No ha parado de investigar con técnicas y materiales y es pionera en emplear técnicas de hilos tensores y tratamientos faciales antiedad. De hecho, ha creado varias técnicas propias de lifting facial sin cirugía (como Arcolift o Global Face).
«Yo hago todo, facial y corporal. Es verdad que tengo más cantidad de pacientes que demandan facial y también es donde yo creo que el médico es más protagonista, porque en el corporal también interviene mucho la masajista o la esteticista, necesitamos mucha más colaboración de la aparatología, pero a nivel facial, aunque también nos apoyamos en estas técnicas, es un poquito más artístico.
En concreto mi especialidad es tensar el óvalo facial, lo que es la armonía del rostro. Casi todo el paciente a determinada edad ya empieza con las arrugas de marioneta y lo que quieren es tensar. Aquí yo juego o bien con los productos tensores o con los hilos tensores, también conocidos como Arcolift. Estos dan muy buenos resultados y sobre todo en pacientes que lo que quieren es tensar pero sin tener un aumento de volumen en la zona del tercio inferior o medio».
‘Arcolift’ o hilos tensores
Arcolift es un tratamiento contra la flacidez facial y corporal, sin necesidad de cirugía. Logra un efecto tensor y reafirmante del óvalo facial, el cuello y el cuerpo.
Para esta técnica se utilizan los hilos tensores más novedosos del mercado (con conos reabsorbibles), por lo que su efecto es más durarero. El tratamiento va dirigido a personas con flacidez facial, pérdida de volumen, caída de cejas, descolgamiento en la línea mandibular o flacidez corporal.
«Vamos colocando hilos según las líneas de tensión, en dirección ascendente. También en zona oblicua podemos delimitar un poquito el pómulo, pero tiene que ser una piel donde tenga un colágeno que pueda anclar. También lo utilizamos mucho en el cuello para esas arrugas que llamamos los anillos de Venus. También podemos rellenar el surco nasogeniano«.
El tratamiento se realiza en una sesión de 30 minutos. El efecto lifting se aprecia de manera inmediata, pero sus resultados son más evidentes a partir de los tres meses. Según la edad y la fisionomía del paciente, los resultados pueden mantenerse alrededor de un año.
«Sin embargo, el efecto que consigue el paciente depende de la edad, de la calidad de la piel del paciente, de cómo responda a la formación de colágeno, de su metabolismo y luego también de la calidad de vida que tenga: si no fuma, no bebe en exceso, no abusa del sol, hace una dieta equilibrada…». El efecto se aprecia el mismo momento de la aplicación, y de manera más evidente, a partir de los 3 meses.
Le preguntamos a la doctora qué es los tratamientos que más suelen solicitar sus pacientes. «Las mujeres más jóvenes, desde los 20 años hasta los 35 ya rozando los 40, como no necesitan tensar el volumen del pómulo, lo que buscan es rellenar un poco el labio, por ejemplo, si tiene el mentón un poquito deprimido lo quieren potenciar. Tratamos muchas patologías de acné, alguna mancha solar, rojeces, mejorar calidad de la piel, pieles deshidratadas… Las ojeras les preocupa mucho, azuladas, oscuras…
A partir de los 40, sigue siendo una persona muy joven, pero es verdad que ya busca reforzar el volumen del pómulo, también del labio, el mentón… Ya a partir de los 50 se empieza a caer todo. Empezamos con las arrrugas de marioneta, el cuello empieza a tener arrugas más marcadas. Aquí lo que tenemos que hacer es un Global Face, porque si nosotros queremos tensar el óvalo tenemos que posicionar los pómulos, tenemos que tensar, tenemos que delimitar el mentón y tenemos también que tratar el cuello».
«La técnica Global Face es un tratamiento integral que consiste en una remodelación facial completa, desde el cuello hasta las cejas. Con esta técnica se repone el volumen, se tensa y revitaliza la piel para conseguir un efecto lifting sin cirugía».
«Los hombres buscan más tratar el tercio superior, las arrugas de frente, entrecejo y patas de gallo… Actualmente nos llegan muchos hombres que quieren remarcar más lo que es el arco mandibular, darle un poquito más de proyección. Sin embargo, a más edad el hombre pide lo mismo que la mujer, a partir de los 50, 55, 60, ambos sexos piden lo mismo porque las patologías son las mismas».
¿A qué edad nos recomienda la doctora empezar con estos retoques estéticos? «Yo creo que los 30 años es una edad muy buena para ir manteniendo: hidratación, vitaminas, alguna cosa así muy suave… La barrera la encontramos en los 45, 47, 50, porque ahí es cuando las hormonas van decayendo a cada vez más velocidad. Yo creo que los 40 es una edad para empezar a hacer cosas si no lo hemos hecho anteriormente, pero desde luego los 60 ya es un poco tarde. O sea, no es tarde porque se puede recuperar. Pero claro, necesitamos ver al paciente cada dos o tres meses para poder ir haciendo cosas».