Ha pasado un año desde que la DANA arrasó parte de la Comunidad Valenciana, dejando a su paso talleres inundados, almacenes destruidos y colecciones enteras perdidas bajo el fango. Lo que comenzó como una tragedia natural se convirtió también en una historia de resistencia, de creatividad y de fe en lo que uno hace. Porque si algo demostraron las marcas valencianas afectadas, es que la moda (cuando nace del alma) siempre encuentra la manera de volver a florecer.
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Hoy, a un día de la tragedia (29 de octubre), esas firmas que un día pidieron ayuda para sobrevivir, vuelven a levantar cabeza. Y hacerlo comprando en ellas sigue siendo la mejor forma de apoyar un tejido artesanal y local que se niega a rendirse.
Singularu: el gigante que resistió
Aunque hoy vuelva a brillar con normalidad, Singularu (una de las marcas de joyería más populares de España) vio cómo la riada arrasaba por completo su almacén. Fueron días de incertidumbre, de pérdidas materiales enormes y de un esfuerzo titánico para volver a ponerse en pie. La Reina Letizia a lo largo del año no ha dudado en lucir unos pendientes de esta marca, mostrando su apoyo.
Pero lo lograron. «El sustento de más de 350 familias depende de nosotras», decían entonces. Y ese mismo espíritu solidario es el que hoy las mantiene creciendo, innovando y apostando por el talento local. De hecho para este Halloween ha lanzado su campaña Truco o Joya con descuentos hasta el 30% y piezas terroríficamente preciosas.

Hortensia Maeso: del barro al brillo
Cuando el agua entró en su taller de Picanya, el equipo de Hortensia Maeso lo perdió casi todo: tejidos, maquinaria, mobiliario, ordenadores… Pero entre tanto caos, un detalle les recordó quiénes eran. Parte de su colección de mujer (cubierta de barro, pero intacta) resistió como una metáfora de lo que estaba por venir. Un año después, la diseñadora valenciana ha vuelto a presentar colección, sigue vistiendo a invitadas y novias con esa elegancia que la caracteriza y ha convertido la DANA en un símbolo de transformación. «De la destrucción puede nacer algo nuevo», decía entonces. Y lo cumplió.

Sure Jewels: pequeñas, familiares y más fuertes que nunca
Sure Jewels nació en Alfafar y sufrió daños severos en su taller central, aunque sus tiendas en Valencia lograron salvarse. Durante semanas trabajaron contrarreloj para reabrir su web y volver a producir. Ahora, un año después, siguen siendo una de las marcas más queridas por su espíritu mediterráneo y su joyería con alma artesanal. «El apoyo de nuestros clientes fue lo que nos permitió seguir adelante», cuentan desde la firma. Y es que cada compra, cada pedido, fue entonces (y sigue siendo hoy) un acto de confianza.

Topise: las bailarinas que no se rinden
En plena tendencia del balletcore, las bailarinas de Topise se convirtieron en el complemento perfecto para muchas mujeres. La DANA, sin embargo, puso en riesgo el sueño de esta firma artesanal valenciana. Su taller sufrió importantes daños, pero ni siquiera el agua logró frenar sus pedidos.
Hoy sus bailarinas siguen fabricándose a mano, con esa suela cosida en cadeneta que las hace tan cómodas como un guante.

Lola Guarch: cuando la moda te salva
El caso de Lola Guarch fue uno de los más duros. Su tienda quedó completamente destrozada y su equipo tuvo que ser rescatado con el agua al cuello. Aun así, sobrevivieron. La firma boho-chic valenciana volvió a abrir sus puertas, más fuerte y más agradecida que nunca. «Volver a empezar ha sido duro, pero también hermoso», cuentan. Y lo cierto es que sus prendas siguen teniendo ese aire boho y luminoso que tanto se necesita después de la tormenta.

Ninet&Co: moda infantil con alma luchadora
Para Ninet&Co, la DANA fue un golpe durísimo. Sus colecciones (diseñadas para vestir a los más pequeños con tejidos de calidad) estuvieron a punto de perderse. Pero lejos de rendirse, el equipo decidió convertir la tragedia en una lección. Un año después, han vuelto a lanzar nuevas líneas, reforzado su tienda online y demostrado que la moda infantil también puede ser un ejemplo de superación.

Gracia by Yolanda: joyas que vuelven a brillar
La joyería Gracia by Yolanda también fue una de las víctimas de la DANA. Su taller quedó arrasado, pero poco a poco han ido recuperando maquinaria, materiales y, sobre todo, ilusión. Sus piezas (atemporales, elegantes y con ese toque artesanal que las distingue) son el mejor reflejo de su renacimiento. Cada joya es, de algún modo, una declaración de amor a lo que hacen. Blanca Padilla es una de las gran adeptas de esta marca.

El agua lo arrasó todo, pero no pudo con ellas. Un año después, estas marcas valencianas no solo han sobrevivido: han vuelto a crear, a vender, a inspirar.
