Desde un sillón inspirado en las butacas de la Ópera de París hasta la silueta de la barra de ballet en la consola, Charlotte Juillard fusiona danza y diseño en su nueva colección para Tikamoon y la Ópera Nacional de París. Un diálogo entre artesanía y tradición que cobra vida en imágenes exclusivas con Claire Gandolfi y Arthus Raveau, figuras del Ballet de la Ópera de París. Hablamos con la diseñadora sobre el origen, los retos y la esencia de esta colección de muebles llamada a ser el centro de todas las miradas.
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La colección está formada por seis piezas de mobiliario (sillón, espejos de pie y de pared, mesa auxiliar, alfombra y consola) que homenajean los 150 años de la Ópera de París. Mostrando su historia a través de una colección que abraza la artesanía y la tradición, inspirada en los emblemáticos edificios de la Ópera (el Palacio Garnier y la Ópera Bastilla). La colección estará disponible a partir de hoy, 5 de febrero, en la tienda en línea de Tikamoon. También estará expuesta en uno de los salones de la Ópera Garnier durante un mes y en las dos tiendas Tikamoon de París y Lille.
«El sillón rinde homenaje a los icónicos asientos rojos de la Ópera»
Pregunta: ¿Cómo surgió la propuesta de crear una colección con la Ópera Nacional de París?
Respuesta: Esta colección es la historia de un encuentro fortuito entre Tikamoon y los equipos encargados de las colaboraciones con la Ópera Garnier, que deseaban desarrollar una colección de mobiliario. Cuando los equipos de Tikamoon se pusieron en contacto con la Ópera para la colaboración, mi nombre salió rápidamente a relucir. Era un nuevo reto para Tikamoon, que nunca había trabajado con un diseñador externo.
P: ¿Qué significa para usted esta colaboración?
R: «Esta colaboración era muy importante y única para mí. Practiqué danza clásica durante mucho tiempo y la Ópera de París es un verdadero sueño para cualquier joven bailarín. También era la primera vez que trabajaba para dos socios con identidades tan diferentes; tenía que responder a las expectativas de cada uno y, al mismo tiempo, encontrar una historia común. La Ópera de París es una prestigiosa institución francesa, símbolo de refinamiento y excelencia, por lo que los diseños tenían que estar a la altura de sus expectativas y, al mismo tiempo, atraer al público de Tikamoon.
«Los movimientos del ballet inspiraron las formas ondulantes de los muebles»
P: ¿Cómo fue el proceso de diseño?
R: Al principio, había muchos dibujos y collages. Jugué con fotos de cuerpos de bailarines, fragmentos de los dos edificios de la Ópera, texturas de madera… Intenté encontrar conexiones y movimientos que me inspiraran y que pudiera trasladar a la colección.
Empecé diseñando el sillón, centrándome en el detalle del ensamblaje entre las patas traseras y delanteras, que debía evocar una sensación de equilibrio. Luego, los demás elementos de la colección siguieron de forma natural.
Después de los dibujos, pasé a la fase en la que modelo todas las piezas hasta encontrar las proporciones adecuadas. Es entonces cuando empiezo a trabajar en los detalles. Después creo impresiones en 3D de mis diseños para tener una sensación general de equilibrio. Por último, presento todo el proceso de investigación a mi cliente.
P: ¿Cuál fue el principal reto a la hora de crear las piezas?
R: El mayor reto de crear estos muebles fue crear esta colección en el brevísimo plazo de que disponíamos, sin renunciar a la excelencia en la ejecución. Sólo transcurrieron seis meses entre los primeros bocetos y la recepción de los prototipos, que teníamos que validar absolutamente.
Apenas pasó un año entre nuestras primeras conversaciones y la presentación de la colección al público. Este logro fue posible gracias a un increíble trabajo de equipo, tanto en el aspecto técnico y de desarrollo, incluida la ebanistería, como en el de la comunicación, con fotos tomadas en la Ópera y una partitura original compuesta íntegramente para la ocasión por Arthus Raveau, compositor y bailarín principal de la Ópera.
«Sólo seis meses entre bocetos y prototipos: un reto sin renunciar a la excelencia en estos muebles»
P: ¿Qué te gustaría que percibiera la gente que vea las obras?
R: En primer lugar, me gustaría que la gente conectara con los diseños, ya que estoy convencida de que hoy en día el diseño gira en torno a la emoción. Después, me gustaría que apreciaran la artesanía que hay detrás de cada pieza. Cada detalle de estos muebles ha sido cuidadosamente considerado sin ser ostentoso: la medalla incrustada en la madera de cada pieza, la silueta de la barra de ballet en la consola, la etiqueta bordada en la alfombra, la barra detrás del espejo, la funda de tela extraíble del sillón… todos estos elementos sutiles refuerzan los guiños a la Ópera.
P: ¿Por qué decidiste crear estas 6 piezas? ¿Qué simbolizan para ti y qué relación crees que tienen con la ópera?
R: Quería incluir un sillón en la colección como un sutil homenaje a los icónicos asientos rojos de la Ópera. Sin embargo, no quería que fuera una reinterpretación, sino más bien una pieza central que mostrara la artesanía de Tikamoon al tiempo que ofreciera un guiño a la Ópera. La idea de la medalla incrustada que firma cada pieza se inspiró en la butaca de la Ópera.
El espejo psyché también era una pieza clave, ya que los espejos desempeñan un papel importante en la danza. Quería que esta pieza fuera imponente y radiante, como los elementos de gran tamaño de un decorado de ballet o de ópera. Las demás piezas se diseñaron para complementar la colección. Al principio, una lámpara colgante inspirada en el tutú de una bailarina iba a ser la pieza central de la colección, pero por falta de tiempo tuvimos que renunciar a ella.
«Los espejos desempeñan un papel clave en la danza y el diseño»
P: ¿Qué es lo que más te ha inspirado del Palacio Garnier y la Ópera Bastilla en el diseño de las piezas?
R: Son muchas las inspiraciones que han alimentado esta colección de muebles. Ante todo, quería evocar los dos teatros de la Ópera y la dualidad entre estos edificios, tan diferentes pero pertenecientes a la misma institución. El primero, el Garnier, representa el esplendor y la opulencia de la arquitectura neobarroca del siglo XIX, mientras que el segundo, la Bastilla, encarna la modernidad y la funcionalidad de la arquitectura contemporánea. Esta colección se inspira en estos dos mundos y, al igual que las Óperas, se divide en dos conjuntos distintos.
El sillón, la consola y el espejo… Estos muebles se inspiran en la acumulación de materiales característica de Garnier, con formas ondulantes que recuerdan los gráciles movimientos del ballet. Esta dualidad se acentúa aún más con la yuxtaposición de dos tonos de madera contrastados, que rinden homenaje a la superposición de estilos dentro de la gran Ópera y hacen un guiño al famoso pas de deux.
Por otra parte, el psyché, la alfombra y la mesa auxiliar se inspiran en la Bastilla y sus formas imponentes y generosas. Las curvas se hacen eco de la estructura del edificio al tiempo que evocan el movimiento. Estas dos subcolecciones se unen para formar un todo único, rico en detalles extraídos de este universo fastuoso y único.
