El Consell y el Ayuntamiento asumen la restauración del Castillo de Alaró ante la inacción del Gobierno

El Ayuntamiento de Alaró y el Consell de Mallorca han formalizado un convenio de colaboración para llevar a cabo la restauración del Castillo de Alaró, uno de los monumentos más emblemáticos de Mallorca. Esta actuación urgente se ha impulsado ante la falta de respuesta del Gobierno de España, propietario del monumento, para hacer frente al deterioro de su estructura y garantizar la seguridad de los visitantes.

El alcalde de Alaró, Llorenç Perelló, y el presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, han firmado este acuerdo en el mismo recinto del castillo, destacando la importancia de proteger un Bien de Interés Cultural (BIC) que forma parte del patrimonio histórico y sentimental del municipio y de toda la isla.

«Hoy es un día importante para Alaró y para Mallorca –ha declarado el alcalde Llorenç Perelló–. Garantizamos la conservación de un monumento que representa la esencia de nuestro pueblo y agradecemos al Consell su firme compromiso con esta causa». Perelló ha indicado además que el Ayuntamiento ya se ha puesto manos a la obra y que esta semana se adjudicará la prospección arqueológica previa a la redacción del proyecto.

Por su parte, el presidente del Consell ha subrayado que «esta intervención supone un paso decisivo para evitar que el deterioro del castillo continúe, ante la inacción del Gobierno central».

El convenio, que tendrá una vigencia inicial de cuatro años con posibilidad de prórroga, establece que el Ayuntamiento de Alaró será responsable de gestionar los permisos municipales necesarios y de contratar la redacción del proyecto, además de aportar medios materiales y personales. Por su parte, el Consell de Mallorca financiará y ejecutará las obras de restauración, destinando una inversión inicial de 138.000 euros para la redacción del proyecto.

Además, se ha acordado la creación de una comisión de seguimiento formada por técnicos de ambas instituciones para supervisar la ejecución y el cumplimiento del proyecto. El Consell seguirá reclamando al Gobierno de España la cesión de los terrenos para completar las actuaciones y le remitirá los costos derivados de las obras.

El alcalde Perelló ha querido remarcar que esta actuación era una necesidad urgente, destacando que «hace años que esta restauración debería haberse llevado a cabo». Por su parte, el presidente del Consell, Llorenç Galmés, ha reiterado que «proteger el patrimonio histórico de Mallorca es una prioridad» y que, a pesar de las negociaciones abiertas con el Ministerio, «no podemos esperar más tiempo para actuar ante el riesgo que representa el actual estado del castillo».

Con este convenio, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Alaró reafirman su compromiso de preservar el patrimonio cultural y garantizar la seguridad y el disfrute de uno de los espacios más queridos por los alaronenses y visitantes de toda la isla.

Historia del Castillo de Alaró

En el monte que alberga el Castillo de Alaró hay yacimientos arqueológicos de la cultura talayótica. Los investigadores creen que durante la dominación del Imperio Romano se construyó ya algún tipo de fortificación. Hay constancia de construcciones con finalidades defensivas o fortificadas desde el año 902 durante la conquista islámica de Mallorca.

En el año 1229 durante la conquista de Mallorca, un grupo de musulmanes mallorquines huyen después de que el rey Jaume I entra en Madina Mayurqa. Primero se refugian en la parte montañosa de la isla y a partir de 1231, quedan poblaciones musulmanas alrededor de los castillos de Santuari (Felanistx), del Rey (Pollença) y el propio castillo de Alaró, los tres castillos son conocidos como castillos roquer.​

En 1285, después de la muerte del rey Pedro III de Aragón, su hijo Alfonso III de Aragón inicia la invasión de Mallorca para volver a anexionar el Reino de Mallorca a la Corona de Aragón después de que su tío Jaume II de Mallorca se proclamase rey.

La anexión se produce sin mayores altercados excepto por el Castillo de Alaró, que se había declarado fiel al rey mallorquín. La leyenda popular, recogida en las  Rondallas Mallorquinas, habla de dos capitanes fieles del rey mallorquín Jaume II que custodiaban la defensa del castillo eran Guillem Cabrit y Guillem Bassa, que se encargaron de organizar su defensa ante el inminente ataque por parte de las tropas de Alfonso III. Al ser derrotados y tomados como rehenes, murieron quemados en la hoguera.