Contenido
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- 1 ¿Cuál es la regla del 6-6-6 para estar en forma después de los 60 años?
- 2 ¿Cuáles son los beneficios de hacer la regla 6-6-6?
A medida que pasan los años, el cuerpo atraviesa cambios inevitables propios del envejecimiento. Se pierde densidad ósea, masa muscular… y con ello, fuerza.
Ante esta realidad, no hay que pensar que el ejercicio es cosa de jóvenes, sino justo lo contrario. Entrenar a los 60 cuenta, y mucho. No sólo influye en el aspecto físico; también determina la calidad de vida en los años siguientes. Un cuerpo en forma es la diferencia entre depender o ser autosuficiente en cualquier cosa: caminar, subir escaleras y, en general, vivir. Y para eso no hay excusa que valga.
¿Cuál es la regla del 6-6-6 para estar en forma después de los 60 años?
Para mantenerse en forma después de los 60 no es necesario ir al gimnasio ni levantar pesas. Existe un hábito que se ha vuelto viral y que es tan sencillo como potente: la regla 6-6-6. Se basa en hacer ejercicio cuando el cuerpo está más receptivo, y por eso funciona.
El nombre no tiene misterio, pero sí lógica. Se trata de caminar dos veces al día: a las 6 de la mañana y a las 6 de la tarde. Cada salida dura 60 minutos, y a eso se le suman 6 minutos de calentamiento antes de empezar y 6 de estiramientos al terminar. Claramente se puede ajustar el horario, pero esa franja tiene su razón de ser: por la mañana activa el metabolismo y por la tarde ayuda a soltar tensiones.
Es accesible, no requiere experiencia previa ni equipo especial, sólo hace falta compromiso, unas zapatillas y algo de voluntad.
¿Cuáles son los beneficios de hacer la regla 6-6-6?
Esta rutina no se queda unicamente en mover las piernas, sino que los beeneficios van mas alla y se ven en el dia a dia
1. Mejora la salud cardiovascular
Caminar dos veces al día, con un ritmo constante, hace que el corazón trabaje como debe. Se activa la circulación, la presión arterial tiende a estabilizarse y se reduce el riesgo de enfermedades coronarias. Si se suman el calentamiento y los estiramientos, las articulaciones también ganan en movilidad y resistencia.
2. Ralentiza el desgaste muscular
Una hora de caminata diaria ayuda a mantener el tono, estimula el metabolismo y frena la acumulación de grasa. Traducido al día a día se ve en más agilidad, más equilibrio y menos caídas.
3. Levanta el ánimo y despeja la cabeza
Empezar el día caminando activa el cuerpo, pero también ordena la mente. Mejora el estado de ánimo, reduce la apatía y, por la tarde, ayuda a desconectar. Ese paseo final, además, favorece un sueño más profundo y reparador.
4. Protege la memoria y combate la soledad
Seguir esta rutina acompañado tiene un efecto directo sobre el bienestar emocional. Se charla, se crean vínculos, se rompe el aislamiento. Y más allá de lo social, el hecho de mantener un hábito regular estimula la mente y ayuda a frenar el deterioro cognitivo.
Hacer ejercicio no significa pasar horas en un gimnasio ni cargar discos de hierro. A veces basta con salir a caminar, solo o acompañado. Si se va solo, unos cascos con música o ese podcast pendiente hacen buena compañía. Y si se va con la pareja o con amigos, mejor aún: se convierte en una excusa para moverse, charlar y cuidar la salud casi sin darse cuenta.