El truco infalible para que tu retenedor deje de oler mal según una dentista

El truco infalible para que tu retenedor deje de oler mal según una dentista

La férula dental o retenedor es un dispositivo muy útil para tratar diversas afecciones bucodentales, como el bruxismo o la apnea del sueño. Sin embargo, su eficacia depende en gran medida de su correcta limpieza. Si no se mantiene de manera adecuada, la férula puede acumular bacterias, hongos y residuos de alimentos, lo que no solo afectaría su funcionamiento, sino que también podría generar problemas de salud bucal como mal aliento, gingivitis o infecciones. Por eso, es fundamental adoptar hábitos de higiene adecuados para garantizar que tu retenedor dental no solo esté limpio, sino que también prolongue su vida útil.

El Centro Odontológico Avanzada Villanueva explica que «las férulas dentales son dispositivos hechos a medida que se colocan en los dientes para cumplir una variedad de funciones relacionadas con la salud bucodental. Pueden estar indicadas para tratar diferentes problemas, como el bruxismo (rechinar o apretar los dientes durante la noche), los problemas de alineación dental e incluso pueden estar indicadas para después de los tratamientos de ortodoncia». Mantener el retenedor bien limpio es clave para evitar problemas como la proliferación de bacterias, hongos y mal olor. Requiere de una rutina constante y cuidadosa que incluye enjuagues con agua tibia, cepillado para eliminar residuos, uso de productos específicos como limpiadores de férulas o dentadura, entre otros. Además, una limpieza regular y adecuada puede prevenir la aparición de manchas y decoloraciones en la férula, prolongando su durabilidad y asegurando su efectividad a largo plazo. A continuación, te contamos los trucos, consejos y recomendaciones para mantener el retenedor en buen estado.

¿Por qué es importante higienizar el retenedor dental?

Prevención de infecciones orales

Al estar en contacto constante con la boca, la férula puede acumular bacterias y otros microorganismos que, si no se eliminan, pueden ingresar al organismo. Esto puede provocar infecciones en las encías, como la gingivitis, una enfermedad que causa irritación, enrojecimiento e inflamación.

Cristina Cumbre, higienista bucodental, explica que es una enfermedad a la que no le damos importancia, que nos hemos acostumbrado a vivir con ella, pensando que es algo normal. Pero no es normal que las encías sangren y duelan.

La gingivitis no se va a quitar con una pasta dental ni colutorios; no son fórmulas mágicas. Lo que realmente va a curar esta enfermedad es localizar el foco, saber qué es lo que está produciendo esa gingivitis y qué mejor que tu dentista.

Mal aliento

Si no se limpia adecuadamente, la férula puede acumular restos de alimentos y saliva, lo que favorece la proliferación de bacterias responsables de generar mal aliento.

Conservación del retenedor

Un buen cuidado prolonga la vida útil del dispositivo. Las bacterias y residuos pueden dañar el material de la férula con el tiempo, afectando su forma y ajuste.

Prevención de otras complicaciones bucales

Si no se limpia, las bacterias pueden contribuir a la aparición de caries o periodontitis, lo que puede generar problemas graves de salud bucal.

Consejos para la limpieza de tu férula dental

Enjuagar la férula después de cada uso

Uno de los pasos más básicos y fundamentales es enjuagar la férula dental con agua tibia inmediatamente después de usarla. Esto elimina la mayoría de los residuos de saliva, alimentos o partículas que se han acumulado durante el uso. Evita el uso de agua caliente, ya que puede dañar la estructura del material de la férula.

Uso de productos naturales desinfectantes

Es importante desinfectar el retenedor de forma periódica. La Clínica Dental Mediterráneo propone algunas soluciones naturales para una higiene más prolongada:

Estas soluciones, aplicadas una vez a la semana, ayudan a eliminar bacterias y hongos sin dañar el material de la férula.

Cepillar la férula de forma regular

El Colegio de Higienistas de Madrid explica que «el cepillado debe tener una duración aproximada de cinco minutos. Se tiene que eliminar todo indicio de placa y han de cepillarse las dos superficies del retenedor (la externa, más pulida, y la interna, menos pulida para que no pierda la retención)».

Es recomendable cepillar este dispositivo dental con un cepillo de dientes de cerdas suaves y un limpiador suave. Puedes utilizar jabón neutro o limpiadores especiales para férulas, disponibles en muchas farmacias. Utilizar pasta de dientes puede ser contraproducente para la conservación de la férula.

Secado adecuado

Después de limpiar y enjuagar la férula, asegúrate de secarla bien antes de guardarla. La humedad puede ser un caldo de cultivo para las bacterias, por lo que es recomendable dejarla secar al aire o con una toalla limpia.

Almacenaje adecuado

Cuando no uses la férula dental, guárdala en un estuche adecuado y ventilado. Un estuche cerrado sin ventilación puede fomentar la acumulación de humedad y bacterias.

 

 

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