Contenido
- 0.1 El significado de escuchar un pitido en el oído sin motivo, según los expertos
- 0.2 El truco de Anthony Hopkins para sentirse «más despierto» a sus 87 años: «Lo he dejado hace un par de años»
- 0.3 Ni sombrero ni gorras: lo que deben llevar siempre encima los mayores de 65 años si salen a la calle en verano
- 1 Los podólogos eligen el zapato ideal para que los más mayores eviten el dolor en pies y rodillas
- 2 Por qué es importante elegir bien los zapatos cuando envejecemos
- 3 Los podólogos lo tienen claro: merece la pena invertir en calzado si estás jubilado
En la tercera edad la forma en la que nos vestimos cobra importancia. Ya no desde un punto de vista estético, sino funcional. Por ejemplo, en verano puede ayudarnos a combatir el calor; pero durante los 365 del año el calzado que elegimos será fundamental para nuestros pies y rodillas. Así lo defiende un grupo de podólogos.
Según el Instituto de Biomecánica de Valencia (IBV) ni los zapatos demasiado rígidos ni las plantillas que venden en cualquier tienda son una buena opción. Lo mejor es elegir un zapato con diseño anatómico y buena amortiguación para eliminar el dolor crónico y disfrutar de una caminata sin molestias.
Los podólogos eligen el zapato ideal para que los más mayores eviten el dolor en pies y rodillas
El IBV lo deja claro en su guía especializada: los zapatos ideales para mayores deben reunir tres elementos clave. El primero, una suela con buena amortiguación que absorba impactos y reduzca el estrés articular. El segundo, una plantilla anatómica que respete la curvatura natural del pie. Y el tercero, un diseño estable y antideslizante que evite tropiezos.
También es importante que el calzado tenga soporte lateral, contrafuerte reforzado en el talón y cierre ajustable (como velcro o cordones) para mantener el pie bien sujeto sin apretar. Todo esto contribuye a una pisada más segura y menos dolorosa.
Otro aspecto esencial es el material: debe ser transpirable pero resistente, y permitir cierta expansión sin deformarse. Nada de punteras estrechas ni tacones, aunque sean bajos. Lo ideal es que el zapato permita mover los dedos libremente y tenga una caída mínima.
Por qué es importante elegir bien los zapatos cuando envejecemos
A partir de los 60 años, los pies tienden a ensancharse, el arco plantar puede descender y se pierde grasa en la planta del pie, que actuaba como colchón natural. Según IBV, estos cambios alteran el modo de caminar, elevan el riesgo de caídas y aumentan la carga sobre rodillas y espalda.
Un error habitual en esta etapa es seguir usando el mismo tipo de calzado de siempre, cuando los podólogos insisten en que hay zapatos que no deberías utilizar.
Los pies de una persona jubilada no tienen las mismas necesidades que los de alguien joven. Por eso, el calzado debe adaptarse a estos nuevos retos con materiales suaves, diseño sin costuras internas y una base ancha que estabilice la pisada.
Los podólogos lo tienen claro: merece la pena invertir en calzado si estás jubilado
Hay quien piensa que comprarse unos zapatos de estas características puede ser un capricho, pero un buen calzado no sólo mejora el confort. Ten en cuenta que cada euro gastado en esto es una inversión destinada a mejorar tu calidad de vida.
También previene dolencias comunes como juanetes, fascitis plantar, artrosis de rodilla o lumbalgias. Y lo más importante: reduce el riesgo de caídas, un problema grave en la tercera edad.
En resumidas cuentas, al cruzar la barrera de los 60, toca revisar lo que llevamos en los pies. Porque el zapato adecuado no sólo quita dolor: da libertad, seguridad y ganas de seguir caminando.