Contenido
- 1 ¿Qué son las transaminasas?
- 2 ¿Cuáles son las transaminasas más importantes en el ámbito médico?
- 3 ¿Cuáles son los valores normales de las transaminasas?
- 4 ¿Por qué se elevan las transaminasas?
- 5 Síntomas de transaminasas altas
- 6 Diagnóstico de las transaminasas altas
- 7 Tratamiento para las transaminasas altas
- 8 ¿Qué medidas preventivas se pueden adoptar para evitar que se eleven las transaminasas?
- 9 Bibliografía
Las transaminasas son enzimas producidas principalmente en el hígado y están involucradas en la producción de varios aminoácidos.
Cuando se elevan los niveles de las transaminasas es señal de que existe un proceso inflamatorio en el hígado, lo cual puede ser provocado por enfermedades autoinmunes, virus, infecciones o como resultado del uso de ciertos medicamentos.
En vista de que las transaminasas altas son un problema que puede generar preocupación, te invitamos a conocer con detalle qué son, por qué se elevan y cómo se tratan.
¿Qué son las transaminasas?
Las transaminasas son enzimas que se encuentran principalmente en el hígado, pero también en el corazón, los músculos y los riñones.
Estas enzimas son esenciales para el metabolismo de las proteínas y la producción de energía.
El hígado usa las transaminasas para realizar la tarea de sintetizar y descomponer aminoácidos.
¿Cuáles son las transaminasas más importantes en el ámbito médico?
Las transaminasas más importantes en el ámbito médico son estas:
- AST (aspartato aminotransferasa). También se conoce como GOT (glutamato oxaloacetato transaminasa). Estas enzimas se encuentran en los tejidos del corazón y el hígado, así como en ciertos músculos.
- ALT (alanina aminotransferasa). Se la llama también GPT (glutamato piruvato transaminasa). Estas enzimas se localizan sobre todo en las células hepáticas.
¿Cuáles son los valores normales de las transaminasas?
Aunque los niveles de las transaminasas pueden variar según el sexo y edad de la persona, por lo general se aceptan como valores normales los siguientes:
- Aspartato aminotransferasa (AST). Se consideran valores normales entre 14 y 20 U/L en hombres y 10 a 36 U/L en mujeres.
- Alanina aminotransferasa (ALT). Su rango normal en sangre es de 10 a 40 U/L en hombres y de 7 a 35 U/L en mujeres.
Se puede hablar de transaminasas altas cuando sus valores de ALT y de AST están por encima de 40 U/L.
¿Por qué se elevan las transaminasas?
Las concentraciones de transaminasas en sangre por lo general son bajas. Ahora bien, algunas patologías o factores externos relacionados con el estilo de vida de la persona pueden detonar el aumento de sus niveles.
Cuando las células del hígado se dañan o se inflaman, liberan transaminasas al torrente sanguíneo, lo que provoca una elevación de estas enzimas. Esto puede indicar una serie de problemas, entre ellos:
- Enfermedad hepática. Puede ser señal de hepatitis viral, cirrosis, cáncer de hígado, hígado graso no alcohólico y esteatosis hepática no alcohólica.
- Enfermedades autoinmunes. La elevación de las transaminasas pudiera deberse a la existencia de hepatitis autoinmune o colangitis esclerosante primaria.
- Enfermedad celíaca. Este trastorno autoinmunitario de tipo crónico puede causar daño hepático y elevar las transaminasas.
- Consumo de alcohol. El consumo excesivo de alcohol puede dañar el hígado, provocando un aumento de las transaminasas.
- Medicamentos. Algunos medicamentos pueden causar daño hepático. Entre ellos se encuentran las estatinas, esteroides anabólicos, píldoras anticonceptivas y los antiinflamatorios no esteroideos.
- Otras causas. Puede originarse también por obesidad, diabetes, trastornos metabólicos, enfermedad de Wilson, síndrome de Reye, intoxicación por metales pesados y traumatismos hepáticos.
Síntomas de transaminasas altas
Las transaminasas altas no suelen causar síntomas, pero pueden estar asociados con:
- Fatiga
- Pérdida de apetito
- Náuseas
- Vómitos
- Dolor abdominal
- Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
- Orina oscura
- Heces pálidas
- Sudoración excesiva
- Dolor en las articulaciones
Diagnóstico de las transaminasas altas
Un análisis de sangre que mide los niveles de AST y ALT es el principal método de diagnóstico.
Por otra parte, un análisis de perfil hepático permite que el profesional de salud determine cuál es el origen de la alteración hepática.
El médico también puede solicitar otros análisis de sangre, así como pruebas de imagen, como una ecografía, una tomografía computarizada o una resonancia magnética, para evaluar el estado del hígado.
Tratamiento para las transaminasas altas
El tratamiento para las transaminasas altas depende de la causa subyacente. Algunos tratamientos comunes incluyen:
- Medicamentos. Se indican fármacos para tratar la infección viral o la enfermedad autoinmune que esté produciendo el aumento de los niveles de las transaminasas, o para aliviar los síntomas.
- Cambios en el estilo de vida. Evitar el consumo de alcohol, mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y llevar una dieta equilibrada puede contribuir a bajar las transaminasas.
- Intervención quirúrgica. En algunos casos extremos, se puede requerir una intervención quirúrgica, como un trasplante de hígado.
¿Qué medidas preventivas se pueden adoptar para evitar que se eleven las transaminasas?
Los cambios en los hábitos cotidianos son fundamentales para prevenir que las transaminasas se eleven. Entre las medidas que son esenciales para conseguir esto se encuentran las siguientes:
- Tener una dieta equilibrada. Hay que evitar los alimentos procesados o grasos, así como el exceso de sal y azúcar. El consumo de vegetales, carnes magras y frutas ayuda a tener un hígado saludable. Cocinar los alimentos al vapor, a la plancha o al horno es más sano.
- Tener una buena hidratación. Beber al menos dos litros de agua al día ayuda a que el hígado pueda depurarse, eliminando las grasas. Puede ser útil también el empleo de infusiones para depurar el hígado, que estén respaldados por la comunidad médica.
- Evitar la automedicación. Es importante no tomar medicamentos sin consultar con un médico.
- Realizar ejercicio de forma regular. Efectuar ejercicios varias veces a la semana facilita la eliminación de grasas. Además, esta actividad física favorece la pérdida de peso. Por el contrario, un estilo de vida sedentario es enemigo de la salud hepática.
Las transaminasas son esenciales para el cumplimiento de las funciones corporales, pero hay que evitar que se eleven adoptando un estilo de vida equilibrado.
Bibliografía
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