Si no puedes dormir, la ciencia tiene la solución: el suplemento que tienes que fichar

Si no puedes dormir, la ciencia tiene la solución: el suplemento que tienes que fichar

El descanso es una acción clave, fundamental e indispensable para la vida de todas las personas. El momento de dormir se convierte en un hábito natural y necesario que favorece la recuperación de energía que se destina en la realización de diferentes prácticas, tareas y actividades cotidianas. Cuando una persona duerme, logra mantener los sistemas y la integridad del cuerpo en un eficiente equilibrio energético y molecular, se protegen las funciones intelectuales, el estado de alerta y el humor. La dificultad para conciliar el sueño es una situación frecuente y masiva en un amplio sector de la población mundial, lo que muchas veces genera la compra de un suplemento para dormir.

Al lograr un descanso adecuado, regular y eficiente analizamos y pensamos, a la vez que podemos decidir con mayor claridad, los reflejos están más dinámicos y la concentración es más aguda y precisa. Si te encuentras ante una situación de pérdida de sueño, es muy probable que te resulte más complicado razonar, resolver problemas y prestar atención a detalles en tus ámbitos familiares, laborales o educativos. En todos esos escenarios, el rendimiento y la eficiencia se muestra muy reducida y, a su vez, se registran mayores probabilidades de padecer lesiones y accidentes. «El descanso afecta a casi todos los tejidos de nuestro cuerpo. Afecta las hormonas de crecimiento y del estrés, nuestro sistema inmunitario, el apetito, la respiración, la presión arterial y la salud cardiovascular», dice el Dr. Michael Twery, experto en sueño del Instituto Nacional de Salud del Gobierno de Estados Unidos.

Cómo actúa el suplemento para dormir

Ante dificultades y problemas para conciliar el sueño, muchas personas eligen incorporar un suplemento para dormir que contiene melatonina o valeriana. En el caso de la melatonina se trata de una hormona que el cuerpo produce de forma natural y que favorece el sueño. Mientras que, la valeriana, es una hierba con propiedades para favorecer la relajación y el sueño.

La Clínica Cleveland afirma que cada tipo de pastilla para dormir funciona de forma diferente: algunas pastillas para dormir provocan somnolencia, mientras que otras silencian la zona del cerebro que te mantiene alerta.

«La mayoría de las pastillas para dormir de venta libre contienen antihistamínicos. Los antihistamínicos actúan bloqueando las histaminas, que son sustancias del organismo que provocan el estado de alerta. Los ingredientes habituales de los antihistamínicos son la difenhidramina y la doxilamina», indican desde la institución.

En relación a los factores que pueden inhibir la producción de melatonina, se identifican la exposición nocturna a la luz, el envejecimiento y algunas enfermedades. La Fundación del Sueño explica que la melatonina podría ser una buena opción para las personas cuyas dificultades para dormir están asociadas con: niveles naturalmente bajos de melatonina, descompensación horaria, insomnio al inicio del sueño, sudores nocturnos en la menopausia, trastorno de fase retrasada y trastorno del sueño-vigilia no regulado durante 24 horas, trastorno del espectro autista (TEA) y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Los efectos del suplemento y las consecuencias de no dormir

Si bien los suplementos para dormir contribuyen en regular el descanso y facilitar la relajación corporal, algunas personas pueden experimentar durante el día episodios somnolientos, pensamientos confusos, experimentar mareos o problemas de equilibrio. De esta manera, los efectos de un suplemento pueden afectar negativamente capacidades para conducir, trabajar y estudiar.

Según la Clínica Cleveland, los suplementos para dormir de venta libre y con receta pueden provocar estos efectos secundarios: estreñimiento o diarrea, boca seca, dolores de cabeza, debilidad muscular, problemas digestivos (gases, acidez de estómago y náuseas), ronquidos y la apnea del sueño.

Existen diferentes estrategias y hábitos que pueden favorecer tu descanso como una manera de complementar a los suplementos o en el caso que desees reducir su consumo. La Universidad de Harvard desarrolla una serie de estrategias que podrían ayudarte a obtener cierto alivio para dormir.

«Trata la condición de salud física o mental subyacente, como el dolor de artritis o la ansiedad, que pueden interferir con el sueño; participa en actividades de estilo de vida saludables, como hacer ejercicio regularmente; practique buenos hábitos de sueño, como despertarse a la misma hora todos los días y mantener su dormitorio oscuro, tranquilo y fresco; evitar la cafeína al final del día y el alcohol cerca de la hora de acostarse y apagar los dispositivos electrónicos durante la noche», recomiendan los profesionales de la institución académica.

La investigación del Instituto Nacional de Salud del gobierno de los Estados Unidos demuestra que «la falta de sueño aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades del corazón e infecciones. Durante la noche, la frecuencia cardíaca, la frecuencia de respiración y la presión arterial suben y bajan, un proceso que puede ser importante para la salud cardiovascular. Mientras duerme, el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar las células y a controlar el uso de la energía que hace el cuerpo. Estos cambios hormonales pueden afectar su peso corporal».

En conclusión, un suplemento para dormir aporta dosis de melatonina y valeriana para intentar facilitar la relajación y el sueño para lograr un descanso regular, eficiente y seguro que te permita recuperar la energía necesaria que consume tu cuerpo durante las tareas diarias.

Cuántas horas de sueño son suficientes

El Instituto de Salud de Estados Unidos marca que la cantidad de horas de sueño necesarias varía según la persona y cambia a lo largo del ciclo de vida. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 8 horas de sueño cada noche.

Ahora bien, depende de la edad porque los recién nacidos, por otro lado, duermen entre 16 y 18 horas al día, y los niños en edad preescolar duermen entre 11 y 12 horas al día. Los niños y adolescentes en edad escolar necesitan, por lo menos, 10 horas de sueño todas las noches.

Algunas personas creen que los adultos necesitan dormir menos a medida que envejecen. Pero no hay evidencia que demuestre que las personas de edad avanzada puedan andar sin problemas con menos horas de sueño que las personas más jóvenes. Sin embargo, a medida que envejecen, las personas duermen menos o tienden a pasar menos tiempo en la etapa de sueño profundo y reparador. Las personas de edad avanzada también se despiertan con más facilidad.

El propio instituto concluye que dormir también es importante para tener un buen estado de salud. Los estudios demuestran que no dormir lo suficiente o tener una mala calidad de sueño de manera constante aumenta el riesgo de tener presión arterial alta, enfermedad cardíaca y otras condiciones médicas.

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