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El cortisol es una de las tantas hormonas que produce el cuerpo humano, también conocida como la “hormona del estrés”. Sabemos pocas cosas sobre ella y puede tener consecuencias en nuestro organismo.
Descubre por qué el cortisol engorda, en qué ocasiones, y cómo lograr equilibrar su funcionamiento.
¿Realmente el cortisol engorda?
Cada vez resultan más frecuentes las situaciones que nos causan estrés en la vida cotidiana. Nuestro cuerpo reacciona frente a ello, y produce una hormona denominada cortisol, que es la encargada de incrementar el nivel de azúcar en sangre y colaborar al metabolismo de grasas, carbohidratos y proteínas.
Cuando esta hormona se dispara por altos niveles de estrés tanto psicológico como físico, retrasa los procesos fisiológicos que no son necesarios para la supervivencia, como por ejemplo el metabolismo; y acelera los necesarios para atravesar el momento.
Cabe destacar que, como los momentos de estrés se repiten cada vez con más frecuencia en nuestra cotidianidad, esto produce estragos en nuestro cuerpo y mente.
“La condición de estrés, especialmente de tipo crónico, es capaz de exigir a la función neuroendocrina y sobrepasar los mecanismos compensadores. El exceso de cortisol favorece la ingesta de alimentos con elevada densidad energética, que junto con un estado de hiperinsulinemia contribuirían al establecimiento de obesidad, condición con un alto impacto en la salud pública mundial”, sostiene un estudio científico en Scielo.
¿En qué momentos engorda el cortisol?
Cuando el nivel de estrés de las personas aumenta, el cuerpo dispara una reacción en cadena que aumenta el nivel de producción de cortisol, lo que incrementa la presión arterial y la producción de insulina, a la vez que inhibe el sistema inmunológico.
Ese crecimiento en los niveles de insulina disminuye el azúcar en sangre, por lo que produce en la persona la necesidad de consumir alimentos azucarados y grasos, a la vez que ralentiza el metabolismo.
No hay una absorción de los nutrientes adecuada, acumulando la grasa en la zona abdominal que se traduce en cientos de riesgos para nuestra salud.
¿Quiénes son los más afectados por el cortisol?
Aquellas personas que están más expuestas a las situaciones de estrés son las que más producen cortisol. Según un informe sobre salud mental publicado por la Fundación Mutua Madrileña, “el 74,7% cree que en los últimos años la salud mental de la sociedad ha empeorado”.
En ese sentido, “las tres razones más señaladas como causas de este empeoramiento son: las dificultades económicas (91,4%), la incertidumbre ante el futuro (89,0%) y la presión, las exigencias y estrés del día a día (88,8%)”, lo que devela que la mayoría de la población está expuesta a situaciones de estrés.
¿Cómo se manifiesta en el cuerpo?
Tal como mencionamos anteriormente, se trata de una hormona que interviene en distintos procesos de nuestro cuerpo, por lo que afecta en diferentes puntos:
- Sistema inmunológico: Cuanto más cortisol produce nuestro cuerpo, más disminuyen nuestras defensas, por lo que quedamos expuestos a cualquier enfermedad respiratoria que esté en el entorno.
- Sistema gastrointestinal: debido a que el cortisol afecta a la absorción de nutrientes, produce indigestión, malestares, y hasta inflamación.
- Sistema cardiovascular: afecta al corazón, dando palpitaciones.
- Cerebro: cuando se trata de episodios constantes de estrés, ya que daña la conexión entre las células cerebrales.
¿Cómo reducir el impacto del cortisol?
Para poder combatir la segregación excesiva de cortisol, es importante reducir las situaciones de estrés a las que nos exponemos a diario.
Uno de los principales hábitos que se pueden adquirir para ello es la realización de ejercicio físico. Ello contribuye no sólo a quemar grasa y despejar la mente; sino también a que nuestro cuerpo elimine toxinas, y se reactiven procesos metabólicos que fueron retrasados por el cortisol.
Otro hábito que puede ser útil para reducir el impacto del cortisol en nuestro cuerpo es la alimentación saludable. Tener prácticas alimenticias que ayuden en la reducción de la ingesta de grasa y azúcares, incorporar legumbres, lácteos y alimentos ricos en Omega 3, que se encuentra principalmente en pescados, puede ayudar a minimizar el efecto de esta hormona.
Finalmente, un buen descanso es sinónimo de salud. Es importante poner en valor el tiempo de descanso, ya que ello es sinónimo de relajación y distensión en nuestro sistema nervioso. También, expertos aconsejan la incorporación de rutinas de meditación, o prácticas como el yoga para lograr un estado de bienestar que permita conciliar el sueño profundo y alcanzar un descanso reparador.
¿Por qué es importante combatir el cortisol?
En pocas palabras, reducir los niveles de cortisol en nuestro organismo es sinónimo de menos situaciones de estrés y contar con menos afecciones en nuestra salud.
El cortisol puede generar un gran impacto en nuestro bienestar, con el aumento de la irritabilidad; pero principalmente, es la hormona enemiga del cuidado del cuerpo y la salud, ya que no sólo impacta de lleno en el peso; sino también en el sistema digestivo, y en el cerebro, por mencionar algunos problemas.
Cuidarse lo máximo posible de las situaciones de estrés, sumado a buenos hábitos de alimentación, una rutina de ejercicio y un buen descanso, es una de las formas de luchar contra esta hormona dañina.