A pesar de que estamos acostumbrados al uso de mucolíticos, sobre todo en las estaciones intermedias, como primavera o bien otoño, desconocemos cuál es el origen de muchos de ellos. En esta ocasión nos preguntamos qué es y para qué sirve la acetilcisteína, uno de los mucolíticos más utilizados tanto en el país como en el resto del mundo.
La acetilcisteína ha sido diseñada para favorecer la expulsión del moco en procesos de resfriados, catarrales y gripales, y es de venta libre en farmacias. Aclarado esto, los profesionales de la salud dicen que es conveniente tomar el medicamento bajo supervisión del médico siempre para no sufrir efectos adversos.
¿Para qué sirve la acetilcisteína?
Al tratarse de un medicamento mucolítico, como su nombre indica, su principal propósito es atacar los mocos reduciendo su viscosidad. A los pocos minutos, una aplicación de acetilcisteína producirá un espesamiento de los mocos. Eso evitará que para el paciente sea tan difícil e incómodo convivir con la mucosidad.
Esto no sólo mejora su calidad de vida, sino que impide que se desarrollen infecciones o reinfecciones que son clásicas de estos procesos virales o bacterianos.
El secreto de este mucolítico está en su acción, que se basa en romper las proteínas que están en la superficie del moco para disminuir su viscosidad.
¿Para qué enfermedades es útil la acetilcisteína?
Ésta es una pregunta habitual, y es que con frecuencia solemos confundirnos cuáles son las enfermedades que podemos atacar a través de la acetilcisteína. Echando un vistazo a la ficha técnica de este medicamento, podemos ver que debe suministrarse para afrontar procesos de resfriados, catarrales y gripales.
Ahora bien, en realidad no es tan relevante cuál es la causa de la mucosidad sino el propio síntoma. Lo fundamental es que el síntoma sea el moco espeso. Siempre que un paciente llegue a una clínica u hospital con ese síntoma, se le recomendará un mucolítico como éstos para eliminar el moco rápidamente.
La idea es que el moco espeso no quede atrapado, ya que eso propicia las infecciones y reinfecciones. Éstas pueden provocar patologías respiratorias graves. Aunque el tratamiento es parecido para todos los pacientes, la urgencia es mayor en aquellos con EPOC -enfermedad pulmonar obstructiva crónica- y otras afecciones de los pulmones y las vías respiratorias.
Al tratamiento con este mucolítico hay que sumarle medidas no farmacológicas, como el beber agua. Hidratando el cuerpo lo suficiente se reduce la viscosidad de los mocos, por lo que así se contribuye a la acción de la acetilcisteína de forma natural.
El estudio «Efecto de la N-acetilcisteína en la mortalidad de pacientes ingresados por COVID-19«, de la Revista Clínica Española, llegó a demostrar que una dosis de este mucolítico podía resultar beneficiosa para los pacientes con coronavirus. En este informe concluyen, tras varias investigaciones al respecto, que «los pacientes con COVID-19 tratados con N-acetilcisteína presentaron una menor mortalidad y mejor evolución» respecto de los que no recibieron el mucolítico.
¿Se puede tomar acetilcisteína sin receta médica?
En efecto es posible, ya que es de venta libre en farmacias. No obstante, no es aconsejable. Los doctores advierten que una dosis mayor de la recomendad podría generar todo tipo de desequilibrios orgánicos. Lo ideal es hacer una receta médica y un seguimiento por parte del profesional por aproximadamente 5 a 7 días.
Luego, hay diversos formatos de administración de este fármaco: comprimidos efervescentes, granulado efervescente y polvo; sin obviar las soluciones orales e inyectables que son las más populares. Esto permite que haya numerosas dosis, siendo la aconsejable para adultos de 200 mg tres veces al día.
Otra opción es la de recibir una sola dosis diaria de 600 mg. En cualquier caso, lo relevante es no pasarse de esa dosis máxima de 600 mg para impedir los efectos secundarios.
Precauciones y contraindicaciones de la acetilcisteína
La contraindicación primordial se relaciona con la alergia o hipersensibilidad a este principio activo. La acetilcisteína no debe combinarse con medicamentos para la tos porque si se inhibe la tos y el moco se vuelve más líquido puede acabar almacenado en los pulmones, agravando el problema. Tampoco debe solaparse con otros antibióticos. Intenta consumir únicamente la acetilcisteína hasta que finalices el tratamiento. Si fuera imposible, consulta a un médico por si acaso.
Uso de acetilcisteína en niños y embarazadas
Vademecum.es, reconocida por las autoridades sanitarias españolas, argumenta que «aunque los estudios en animales no sugieren efectos perjudiciales directos ni indirectos en términos de toxicidad para la reproducción, como medida de precaución es preferible evitar el uso de acetilcisteína durante el embarazo. Por tanto, no se recomienda su utilización durante el embarazo». La misma lógica se establece para las mujeres lactantes. Es conveniente no administrarla.
Respecto a los niños, no es común que se les suministre mucolíticos. En su caso, el modo de controlar los mocos y reducir su viscosidad es beber agua, darse duchas calientes al menos dos veces al día, los lavados nasales y exposiciones al vapor, etc. Sólo en situaciones extremas se les administrará acetilcisteína.