Contenido
- 0.1 5 hábitos que tienen todas las personas con un coeficiente intelectual alto, según los psicólogos
- 0.2 La razón por la que las personas mayores de 70 años se vuelven más irritables, según los especialistas
- 0.3 Las personas más inteligentes siempre evitan este tipo de conversaciones, según un experto en inteligencia emocional
- 1 Creativos, líderes y con necesidad de estímulos: el perfil psicológico de un periodista
- 2 Por qué la personalidad influye tanto en la formación de un periodista
- 3 ¿Tener una personalidad creativa y abierta es indispensable para ser periodista?
Si para algunos las frases que elegimos pueden señalar nuestra capacidad intelectual, ¿no tiene sentido que la profesión que escogemos diga mucho de nuestra personalidad? Algunas corriente psicológica así lo piensa, sobre todo en carreras que son muy vocacionales.
En ese sentido, el periodismo es uno de los trabajos más famosos y que más valores se asocian a él. ¿Pero cómo se perciben los propios periodistas? Career Explorer ha realizado una encuesta a 8.847 periodistas y las conclusiones son claras.
Lo que la mayoría ha destacado como rasgo psicológico principal es la apertura mental, la cual vinculan directamente con otras características como la imaginación, la curiosidad y la atracción por las novedades.
Creativos, líderes y con necesidad de estímulos: el perfil psicológico de un periodista
Más allá del amor por descubrir historias, investigar la verdad o actuar como cuarto poder, la mayoría de periodistas se ubica dentro de dos grandes categorías psicológicas: emprendedores y artistas.
El periodista promedio no sólo es una persona creativa que busca expresarse en su trabajo, sino que también tiene una inclinación hacia el liderazgo. Disfruta convenciendo y desenvolviéndose con soltura en ambientes sociales.
Eso hace que la personalidad mayoritaria de un periodista sea extrovertida, lo que significa que necesitan estímulos externos para mantener su motivación. Por ejemplo, eso se ve en el trato con las fuentes, la redacción en ambientes movidos o el trabajo de campo, que alimentan esa necesidad constante de actividad e interacción.
Que combinen apertura y extroversión no es casual. Donde más puede prosperar un periodista es en un contexto donde se premie la iniciativa, la búsqueda constante de nuevos focos y el dinamismo profesional.
Además, es esa creatividad la que les permite abordar las noticias con enfoques originales, nuevos ángulos y generar contenidos que emocionen al lector, espectador u oyente.
Por qué la personalidad influye tanto en la formación de un periodista
Decía Gabriel García Márquez hace casi 30 años que el periodismo era el mejor oficio del mundo. Por las condiciones precarias, no todo el mundo piensa así; pero lo que sí es cierto es que es uno de los trabajos más vocacionales que existen.
Hay en empleos donde las habilidades necesarias se pueden aprender fácilmente, pero un periodista va ligado a unas características de la personalidad que se pueden entrenar, aunque son difíciles de modificar.
Un buen periodista, dicen en la encuesta psicológica, debe ser atrevido, tener cierto gusto por el riesgo, ser un líder, etc. ¿Puedes trabajar de ello si no eres así? Posiblemente, pero sin tener los mejores resultados.
¿Tener una personalidad creativa y abierta es indispensable para ser periodista?
Una cosa que sorprende de la encuesta psicológica de Career Explorer es la contundencia con la que hablan. Personas que prefieren tareas prácticas, bien estructuradas y monótonas pueden tener dificultades para adaptarse al mundo periodístico.
El periodismo requiere una enorme capacidad de adaptación, pensamiento crítico y tolerancia a la incertidumbre. Además, los horarios impredecibles, el estrés ante cierres de edición o la presión por cubrir noticias urgentes hacen que el carácter juegue un papel fundamental en la supervivencia profesional.
Por eso, no sorprende que esta encuesta también haya dado otra conclusión: los periodistas, en su mayoría, no se sienten atraídos por rutinas repetitivas o por estructuras rígidas. Buscan el cambio, la variedad y los entornos donde puedan tomar decisiones autónomas.