Contenido
- 0.1 Los expertos de Harvard piden que dejemos de opinar de todo: esto es lo que debes hacer si te preguntan
- 0.2 Confirmado por los psicólogos: si te comportas de esta forma eres de clase media-baja, según estudio
- 0.3 La razón por la que a las personas mayores de 65 años les encanta contar historias, según la psicología
- 1 El humor no siempre es bueno: puede ser un síntoma de falta de habilidades sociales
- 2 El humor agresivo es una demostración de las carencias sociales
- 3 El humor también es un indicio de alta inteligencia, según los expertos
Hay señales como dar consejo sin que te lo pidan que demuestran que no tienen demasiadas habilidades sociales, pero según los expertos hay un indicio mucho más claro: hacer bromas durante todo el tiempo, incluso si no es lo más adecuado.
Hay bromas que unen y otras que alejan. Todos hemos conocido a alguien que, en un intento de ser gracioso, no para de lanzar comentarios fuera de lugar. No es algo puntual, sino que demuestra falta de inteligencia emocional.
Al menos eso es lo que defiende un estudio publicado en la revista Journal of Research in Personality, que analiza cómo el tipo de humor que usamos dice mucho sobre nuestra capacidad para relacionarnos.
El estudio, llevado a cabo por la Universidad de Western Ontario con una muestra de 111 estudiantes, distingue entre cuatro tipos de humor: afiliativo, de auto-superación, agresivo y autoderrotista. Por suerte no todos son malos.
Los dos primeros están asociados con el bienestar emocional, relaciones sanas y capacidad para afrontar el estrés. En cambio, los estilos agresivo y autoderrotista están vinculados a emociones negativas, baja autoestima y escasa habilidad para manejar conflictos.
Para que nos entendamos, las personas que hacen bromas a costa de los demás o de sí mismos, en lugar de fomentar la risa como vínculo social, lo que generan son tensiones, incomodidad y rechazo.
Reírse de uno mismo está bien, pero tampoco cayendo en la crítica excesiva y en la lamentación. Aunque se disfrace de chiste, no todo es humor: a veces sólo es mala gestión emocional.
El humor agresivo, es decir, ese que se basa en burlas, sarcasmo o ataques disfrazados de bromas es uno de los más estudiados en la investigación: mostró una correlación negativa con la capacidad de proporcionar apoyo emocional, manejar conflictos y relacionarse con empatía.
Es decir, quienes lo utilizan tienen más dificultades para conectar con los demás de forma sana y respetuosa.
Además, se observó que quienes abusan del humor autoderrotista, el que se basa en reírse de uno mismo para agradar a los demás, suelen tener peor autoestima, menos apoyo social y un peor manejo de sus emociones.
El humor también es un indicio de alta inteligencia, según los expertos
Las personas con alta inteligencia emocional tienen características en común y el propio estudio reconoce que el humor (bien entendido) es una de ellas.
Los que apuestan por un humor afiliativo y de auto-superación promueven la conexión, reducen las tensiones y mejoran el ambiente. En pocas palabras, saben usar la risa como una herramienta poderosa para construir relaciones sanas.
Además, en el estudio también observaron una relación productiva entre el humor positivo y las habilidades sociales. Es decir, quienes saben manejarlo tienen mayor capacidad para iniciar conversaciones, dar apoyo y resolver malentendidos. La clave es utilizarlo como un vehículo de empatía y no como un escudo o un arma arrojadiza.